Sigue el paro y empezó una nueva semana sin servicio nocturno de colectivos
Este lunes se cumplió el octavo día consecutivo sin transporte público de pasajeros entre las 22 y las 6 por reclamos gremiales y también empresariales.
La semana empieza con la continuidad del paro de colectivos en Mar del Plata: por octava jornada consecutiva no habrá servicio de transporte público de pasajeros entre las 22 y las 6 de la mañana en el marco de un reclamo gremial, con un trasfondo empresarial. Las últimas unidades salen de las cabeceras a las 20.45.
Prácticamente sin el inicio de una negociación o un intento de avanzar hacia una resolución del conflicto, al menos públicamente, desde hace ocho días que no hay servicio nocturno de colectivos en General Pueyrredon, con todo lo que eso significa para los trabajadores esenciales que lo utilizan para llegar a sus lugares de trabajo en medio de la pandemia de coronavirus.
“No tuvimos respuestas y sigue el paro”, expresaron fuentes de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) ante a consulta de Qué digital. Es el gremio de los choferes quien encabeza los reclamos contra las suspensiones que comenzaron a implementar los empresarios, con Juan Inza a la cabeza, en virtud del impacto económico de la pandemia en el sector.
Es que, sin cuestionar directamente a la patronal, el foco pareciera estar puesto en que el Estado, ya sea a partir de u aumento de boleto que está en curso en el Concejo Deliberante o a través de la provisión de más subsidios para los empresarios, ayude a mantener la regularidad de las fuentes laborales.
Mientras el pedido de aumento realizado por los empresarios de llevar a $42,12 el precio del boleto se mantiene sin mayores avances en el Concejo, la última jugada del gobierno municipal fue la de pedir subsidios al Ministerio de Transporte de la Nación, en línea con el municipio de Bahía Blanca, aunque aún sin novedades.
Los concesionarios, además, insisten en que no pueden cumplir con los contratos de sus trabajadores por dos cuestiones: por un lado, la caída abrupta en la recaudación producto de la pandemia y las restricciones de circulación, y en segundo término por no haber podido acceder al Programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP) por percibir otros subsidios gubernamentales.
