Playas públicas: “No falta arena sino que sobran carpas”
Desde la ONG En defensa de las playas públicas denunciaron que, ante el avance del mar, en distintos puntos de la ciudad los límites del sector privado llegan hasta la orilla, dejando un espacio ínfimo para el sector público.
Cada verano la situación se repite: el sector público de las playas de la ciudad se ve cada vez más acotado y cercano a la orilla, mientras que el privado permanece íntegro sobre arena seca. Desde la ONG En defensa de las playas públicas advierten una vez más por la falta de previsión a la hora de crear las concesiones y la falta de respuestas por parte de las distintas gestiones, tanto municipales como provinciales.
“La situación es la misma. No cambió nada. Está pasando todo lo que dijimos que iba a pasar”. El mensaje es tan claro como reiterativo y punzante. El avance del mar sobre la costa marplatense, la falta de obras, la viveza de los empresarios y las eternas concesiones que siguen sin tener en cuenta la dinámica del mar, son como un ciclo que encuentra su punto crítico en cada temporada de verano.
Mariano Gemin, integrante de la ONG, se refirió y lamentó la falta de obras: “El mar avanzó y nos encontramos con la falta de obras como el refulado de arena (extracción de arena del fondo del mar para reubicarlo en la playa), el cual iba a ser financiado por los empresarios de Playa Grande y por la crisis cambiaria se pinchó y una vez que pasó el plazo del dragado del puerto ya no se podían hacer las obras”.
Gemin insiste en que todo lo que está ocurriendo la ONG a la que represente lo viene denunciando hace tiempo: “Hoy en día el mar siguió avanzando y el mar ya llega a lo que es la primera línea de sombrillas, pero el negocio de los privados está asegurado. Por ejemplo en Playa Grande se puede ver cuando sube la marea y no queda playa pública en todo el frente de playa, y es un desastre”.
Además, advirtió que la falta de gestión no tiene que ver únicamente con las obras del refulado, sino también con la poca regulación de la superficie total de playa que se destina a lo privado y lo público.
“No es un problema de que falta arena sino que sobran carpas. En Playa Grande tenés 150 metros de largo desde la línea de costa hacia la orilla. Lo mismo pasa en Punta Mogotes o en el norte donde hay sistemas de escollerado que son obsoletos”, agregó.
En ese sentido, explicó la dificultad de hacer algo al respecto por la constitución misma de las concesiones: “No hay multas porque cuando el Municipio autoriza concesiones, que son de entre 20 y 30 años, son por una cantidad determinada de unidades de sombra y no se tiene en cuenta la dinámica del mar y ese es el problema que estamos teniendo ahora. Las concesiones no se pueden modificar porque es un documento legal y los empresarios están avalados por ellas mientras el mar avanza”.
“No se pueden seguir autorizando concesiones sin tener en cuenta la dinámica del mar, más con el cambio climático y en una ciudad con erosión costera. Es todo ridículo lo que se ha hecho”, apuntó.
Además, advirtió acerca de los polémicos movimientos de arena que realizaron los empresarios en Playa Grande, uno de los íconos de la costa marplatense: “Ahí los concesionarios lo que hicieron fue una extracción de arena del sector público, prácticamente de la orilla de la playa para arrojarla al sector de la playa privada, para defender sus intereses más que nada. Eso en teoría no debería estar avalado por el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible”.
Ante la falta de gestiones públicas al respecto, desde la ONG vislumbran un panorama negativo por las propias señales que dan desde, por ejemplo, el gobierno provincial. “No se ve una esperanza, se ve todo más complicado que hace cinco años, eso es lo triste”.
“La gobernadora viene a Mar del Plata e inaugura la playa pública equipada al lado del mayor desagüe pluvial de la ciudad que todo el mundo sabe que es la principal fuente de contaminación del mar. En esas políticas se ven las intenciones de la gobernación. No se habla de los riesgos para la salud que tienen esas playas públicas, riesgos avalados por estudios del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet)”, concluyó.
