Playas y espacio público: “No se abordó el problema en su real complejidad”
Desde el Colegio de Arquitectos volvieron a referirse en medio del desarrollo de la temporada a la “escasa o nula cesión de espacios de arena de acceso público”.
Al referirse a los “cambios vertiginosos” que impone la pandemia del coronavirus en la temporada de verano y al pedir “estar muy atentos para no provocar males mayores o perdurables” en espacios públicos, desde el Colegio de Arquitectos consideraron que en torno a la cesión de espacios de arena en playas para un acceso público se cayó “en soluciones que no abordaron el problema en su real complejidad“.
Ya en agosto pasado, cuando empezaba a proyectarse una temporada atípica atravesada por la pandemia del coronavirus, desde el Colegio de Arquitectos mostraban su preocupación por la falta de previsión para la generación más espacio público sobre las playas, un punto de conflicto cada verano.
A ese reclamo se fueron sumando cada vez más sectores -como cada temporada, por fuera de la particularidad del distanciamiento al que obliga la pandemia-, y finalmente a mediados de diciembre el Ente Municipal de Turismo (Emtur) y la Cámara Empresaria de Balnearios, Restaurantes y Afines (Cebra) firmaron un convenio por medio del cual desarmaron 900 carpas y sombrillas en búsqueda de garantizar más espacio público a cambio de una reducción en el canon anual que pagan los concesionarios al Municipio en relación a esas unidades de sombra levantadas.
En este contexto, y ante la mayor actividad desplegada sobre los espacios públicos, desde la mesa directiva del Colegio de Arquitectos distrito 9 volvieron a referirse a la situación y así, inicialmente, recordaron: “Desde nuestra entidad, hemos sido críticos en reiteradas ocasiones sobre la escasa o nula cesión de espacios de arena de acceso público irrestricto en Mar del Plata”.
Y así analizaron el acuerdo del gobierno con la cámara de balnearios privados y plantearon que a través de ese convenio “se logró liberar solamente unos 15.000 m2 de superficie”. “Es decir algo así como una hectárea y media, para una ciudad que cuenta con 650.000 habitantes y recibe a millones de visitantes por año”, graficaron.
En ese sentido, consideraron: “Los distintos referentes no estuvimos a la altura de las circunstancias, cayendo en soluciones que no abordaron el problema en su real complejidad“.
Por otro lado, desde la institución trazaron una evaluación sobre lo que consideraron en esta temporada “un juego de intereses de distintos actores sobre el espacio público, producto de la coyuntura sanitaria”, y así remarcaron que “actividades económicas que se han visto muy perjudicadas por efectos de la pandemia, hoy tienen la necesidad de recuperar pérdidas” y pidieron, ante “cambios vertiginosos” en el espacio público, “estar muy atentos, para no provocar males mayores o perdurables”.
Así, evaluaron que “la arena también se convierte cada vez más en un territorio a ‘desnaturalizar'” y enumeraron la presencia de “barreras permanentes que restringen el libre acceso fuera de temporada estival, pantallas de vidrio y contaminación sonora como otra forma de negar lo ‘natural’”. “También la nocturnidad comienza a pujar por su espacio, con estructuras que no tienen aspecto de ser removibles, ni tampoco un uso que esté permitido por las autoridades municipales”, apuntaron.
