Jueves 28 de marzo | Mar del Plata
05/11/2014

¿Qué hace el sistema con los menores en conflicto con la ley?

Los fiscales del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil dan su mirada de la situación actual que atraviesa la ciudad con chicos que delinquen: la droga y la falta de políticas de Estado son los principales problemas que mencionan.

¿Qué hace el sistema con los menores en conflicto con la ley?

La sociedad parece estar preocupada por los chicos que delinquen, pero no tanto por ellos. Menores de 16 y 17 años son procesados y condenados por hechos graves, pero poco se hace por reinsertarlos una vez purgada la pena. Un Centro Cerrado con capacidad para 24 jóvenes, personal insuficiente y mal capacitado, droga, falta de recursos y un Estado muchas veces ausente son algunas de las variables mencionadas por los fiscales del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil.

Los fiscales, Mariana Baqueiro, Marcelo Yáñez Urrutia, Carlos Russo y Walter Martínez Soto hablaron con QUÉ de la situación que atraviesa la ciudad con los menores que están en conflicto con la ley y coincidieron en que la falta de un Centro Cerrado para atender las adicciones a las drogas y la carencia de una política de Estado son los principales déficits del sistema.

Si bien desde hace un tiempo está planteado el debate de si hay que bajar o no la edad de imputabilidad, el sistema muestra deficiencias en la situación actual. Los fiscales del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil dan su mirada al respecto.

Mariana Baqueiro: «Siempre está la droga de por medio. Hay muchos chicos en situación de calle, con vulnerabilidades y no hacen lo que tienen que hacer, como ir al colegio o hacer deporte.

»Mar del Plata para atender los conflictos de los menores tiene elementos, pero pocos. Los menores enfrentan tres tipos de problemas: adictivos, conductuales o psiquiátricos.

»Para tratamientos por adicciones, existe el Centro Provincial de Atención a las Adicciones (CPA), la Posada del Inti y El Faro, pero son comunidades abiertas. Es fundamental tener una comunidad cerrada para tratamientos de adicciones.

»Para los problemas conductuales, está el Arenaza, que es un hogar convivencial donde van los menores no punibles, pero conviven también con chicos de 5 o 6 años. Es muy difícil la convivencia, porque se trabajan otras cuestiones.

»Y en casos donde se detecten problemas psiquiátricos –que son los menos– hay clínicas, pero piden obra social y el servicio zonal tramita los casos de urgencia».

Walter Martínez Soto: «Hace falta educación, salud y contención familiar. Esa inversión es cara, lleva tiempo y no es visible a los ojos. Se llenan la boca de proyectos, de que los chicos están mejor, que juegan al rugby en el Centro Cerrado, y eso es para la película. Hacen falta medidas serias.

»Los elementos que se tienen en la ciudad son escasos. La reinserción cierta que tenemos acá no está funcionando. Lo punitivo es bárbaro: hay procesos, investigación y condenas. Pero los chicos reiteran su conducta. El abordaje, que debería acompañar al proceso penal, no funciona.

»Nunca se nos pregunta a los fiscales qué precisamos o cómo poder evitar que haya menos procesados, más prevención ni nada. El Fuero debe actuar en forma conjunta, no solo en el área punitiva (Poder Judicial), sino también en lo que hace a la prevención social y al desarrollo social (Poder Ejecutivo).

»Básicamente, hacen falta medios para que el que comete un delito tenga un plan de abordaje con objetivos a corto, mediano y largo plazo. Eso sería un avance para su reinserción.

»Para superar los problemas con las drogas, se necesita un instituto que no puede quedar en manos del CPA y se necesita en esa institución gente que tenga la vocación de ayudar, con un régimen progresivo y con internación, para que paulatinamente vaya ganando la libertad.

»Por otra parte, hemos propuesto desde el Fuero Penal Juvenil que no haya feria, porque en Mar del Plata uno no se puede tomar vacaciones en verano, pero si bien los cuatros fiscales del fuero estamos de acuerdo, otros jueces y fiscales no.

FISCALES

Walter Martínez Soto, Mariana Baqueiro, Marcelo Yáñez Urrutia y Carlos Russo.

Marcelo Yáñez Urrutia: «Hay que hacer hincapié en la prevención social y comunitaria, y darle celeridad al accionar del Fuero de Menores para dar respuesta a los jóvenes. Entiendo que no hay política ni interés en el Fuero y la problemática empieza en los jóvenes y en la infancia.

»No se está trabajando bien con el punible, con los jóvenes que se someten a proceso penal, porque el Instituto Cerrado de Batán tiene un habeas corpus por las malas condiciones edilicias, de trabajo con los jóvenes y de seguridad. No hay psicólogos, psiquiatras ni médicos permanentes para trabajar con los chicos. No hay planes para tratar adicciones. Y los chicos no tienen que salir del Instituto, es el Instituto quien les tiene que brindar los temas de salud.

»Si con los punibles trabajamos de esta manera, con los inimputables el trabajo es nada. Hay que aclarar que los inimputables no son solo chicos en riesgo o en situación de calle, son chicos que cometieron hechos muy graves. Hay que trabajarlos casi con institutos que sean como centros cerrados y acá en la ciudad no los hay. Es fundamental, además, tener un Centro Cerrado de asistencia para las adicciones.

»Si se tratara en la prevención desde los organismos del Estado, como el servicio zonal y Secretaría de Minoridad, no habría tanto conflicto con la ley penal. Esa es la pata floja de la mesa, no se trabaja como corresponde, no hay recursos ni infraestructura y falta personal. Y el personal que está, la mayoría no tiene compromiso.

»Por otra parte, un problema que tenemos es que no hay relación con el Ministerio de Educación. No tendríamos que tener contacto, porque si hubiera es por jóvenes que están en conflicto con la ley penal. Pero no tenemos colaboración cuando algo pasa en una escuela y la colaboración debería ser inmediata».

Carlos Russo: «Hace falta decisión, recursos económicos y dejar de lado egos e hipocresías.

»El Centro de Menores que tenemos es escaso. Mar del Plata tiene una población de 700 mil habitantes y el Centro de Recepción de Batán está excedido, se producen situaciones de hacinamiento que conspiran contra las necesidades que tienen ahí adentro los menores. Que es básicamente a lo que la mayoría aspiramos: que mientras purgan una medida cautelar o una pena, lleven a cabo tareas necesarias para poder resocializarse. Hoy por hoy, el Centro Cerrado no es apto para esos fines, por sus carencias en seguridad, estructurales y, además, no tiene el personal suficiente en cantidad y capacidad para atender esas problemáticas.

»Tampoco tenemos alternativas para los menores con adicciones, que requieren tratamiento específico y un lugar específico. Los menores tienen tremendos problemas de adicciones; es necesario un tratamiento de 24 horas. Necesitaríamos que se generara un Centro Cerrado, que esa misma medida cautelar de encierro la puedan purgar en un lugar cerrado, especializado en problemáticas de adicción. Estamos hablando de un problema de salud que el Estado no puede desatender.

»Por otra parte, no se articulan los distintos tipos de grupos de trabajo asistenciales, nacionales, provinciales y municipales. Muchas veces los esfuerzos que realizan cada uno de estos operadores se disipan.

»Lo ideal, creo, sería que a modo de política de Estado, y cruzando los tres estamentos de los poderes ejecutivos nacional, provincial y municipal, se creara un organismo único con la cantidad de recursos humanos y económicos. Con infraestructura suficiente para que el menor, mientras cumple su pena o medida cautelar, trabaje con un solo grupo, que conozca su historia, que sea el mismo psicólogo, asistente social y psiquiatra. Desde que se inserta en su problemática hasta que la supera.

»Hace falta una única política de Estado. Si atendemos esta problemática cuando empiezan a los 12 o 13 años a delinquir, cada vez vamos a tener una cantidad menor de delincuentes mayores de edad. Hay que trabajar desde abajo para que haya cada vez menos delito».

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05/11/2014