Rigel: la respuesta de Prefectura al Concejo Deliberante
Seis meses después, el gobierno nacional, a través de Prefectura y el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, respondió que “no tiene los recursos” para que bajen buzos a recuperar los cuerpos de los tripulantes.
El gobierno nacional, a través de Prefectura Naval Argentina y del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, respondió al Concejo Deliberante de General Pueyrredon -seis meses después- sobre la posibilidad de que bajen buzos a buscar los cuerpos de los tripulantes desaparecidos del buque pesquero Rigel, y argumentó que no tiene los recursos necesarios. En los últimos días, el bloque de diputados nacionales del Frente para la Victoria presentó un proyecto en el Congreso.
“Así es la vida” o “No hay presupuesto”. Respuestas de este estilo reciben desde hace ocho meses los familiares de los tripulantes del buque pesquero hundido el 9 de junio, ya sea del propio presidente Mauricio Macri o del juez de la causa, Gustavo Lleral.
Ellos siguen golpeando puertas, como por ejemplo, las del auto de la vicepresidenta Gabriela Michetti, y mientras tanto siguen recibiendo respuestas poco convincentes por parte de las autoridades del Estado.
En este caso se trata de una presentación que había realizado el Concejo Deliberante de General Pueyrredon, dos meses después del hundimiento, donde solicitaba que el presidente se solidarizara con las familias y que gestionara la posibilidad de que se recuperen los cuerpos de los tripulantes.
El gobierno contestó en las últimas horas, seis meses después, con una nota firmada por la autoridad competente, el titular de la Dirección de Planeamiento de la Prefectura, Hugo Raúl García, quien volvió a repetir las excusas que los familiares escuchan recurrentemente.
“Pongo en su conocimiento que esta institución no cuenta con las capacidades técnicas y operativas para llevar a cabo las acciones que puedan permitir la recuperación de los cuerpos de los tripulantes del buque en cuestión”, dice el documento.
Los familiares de los tripulantes de todas maneras seguirán luchando, ya no desde la incomodidad del acampe que mantuvieron durante 100 días frente a la Catedral y juntando firmas, sino a través de los intrincados caminos judiciales, porque el tiempo les juega en contra y porque todavía esperar conseguir la igualdad para todos los trabajadores desaparecidos en el mar y, en consecuencia, los cuerpos de sus seres queridos.
