Viernes 19 de abril | Mar del Plata
13/05/2015

“Me sentiré segura cuando sea la sociedad la que esté atenta”

Lo dijo Anahí, quien sufrió durante dos años el hostigamiento y acoso de su expareja, Eduardo Rodríguez, que fue detenido este miércoles por violar una orden de restricción que no permitía que se acercara a la mujer.

“Me sentiré segura cuando sea la sociedad la que esté atenta”
(Foto: QUÉ Digital) ©

Anahí sabe que Eduardo Rodríguez, el hombre con el que salió tan solo dos meses en 2013 y que luego la acosó durante dos años, fue detenido este miércoles al mediodía por violar la orden de restricción contra su persona, pero igual sale de la Universidad -donde ella trabajaba- acompañada por un amigo hasta el café donde se dispone a contar su historia, no sin antes mirar a todos los presentes y a los autos que pasan una y otra vez.

Siento una amenaza permanente por tener una persona peligrosa obsesionada conmigo. Él dice que le cagué la vida porque soy una puta. Es lo que está siempre presente en los casos de violencia de género”, dice Anahí, y confiesa que el saber que Eduardo esté esta noche en la cárcel le da un poco de tranquilidad. Solo un poco.

Anahí dice que está paranoica, que siempre mira a todos los remises, que no puede caminar sola de noche y que siempre piensa que Eduardo la está siguiendo. Así son sus días, siempre. Por más que hasta se haya tenido que ir de la ciudad para alejarse de su ex. Por más que él esté esta noche en la cárcel. Ella siente que está ahí, vigilando, acosando, hostigando.

Soy una exiliada, porque alguien tuvo la decisión de actuar sobre mi vida y nadie le puso un freno. Es momento de hacer algo ¿o quieren que pase algo irreparable?”, cuenta Anahí y dice que “siente que su problema es una problemática social”, ya que le parece que “el Estado no pone a disposición recursos para situaciones así”.

“Todos los perjuicios económicos, mi tranquilidad, el bienestar de mis hijos, todo eso es terrible. Yo creo que me voy a sentir más segura cuando sea la misma sociedad la que esté atenta y no que digan `no te metas que es una pelea de pareja´, remarca Anahí.

Finalmente, Anahí dice: “Yo confié en que no tenía que estar con esa persona, porque podía ser perjudicial para mí” y en casos de violencia de género recomienda “hacer la denuncia y que investiguen los que tengan que investigar. Hay que hacerlo público. Sin miedo, pero con cuidado”

UNA HISTORIA DE OBSESIONES Y HOSTIGAMIENTOS

La historia de Anahí con Eduardo comenzó en junio de 2013 cuando conoció al remisero en el bar Domo de la calle Alem. “Era encantador, un caballero”, recuerda y se sorprende nuevamente de haber sido engañada por alguien a quien considera “un psicópata”.

La relación duró solo dos meses. En ese lapso, Anahí sintió que Eduardo era controlador y obsesivo. La llamaba a toda hora para preguntarle dónde estaba, le mandaba mensajes de otros teléfonos para invitarla a salir y ver qué respondía. También la vigilaba desde afuera de la casa.

Eduardo ya tenía una historia de violencia y acoso a mujeres. Anahí cuenta que Eduardo estuvo un año y medio preso por haberle disparado a la pareja de su exmujer. También denuncias por lesiones por haberle pegado a su ex y otras denuncias por violar restricciones y acoso. Al enterarse de estas historias, Anahí quiso dejarlo, pero se preocupaba por la reacción de Eduardo, hasta que un día le dijo que la relación no iba más.

Eduardo no aceptó que Anahí no quisiera verlo más. Él fue a la casa de primas de ella para pedirles ayuda y solo logró asustarlas. A los pocos días, le envió un ramo de flores “carísimo” al trabajo de Anahí en la Universidad y ella se sintió más humillada que halagada.

Anahí no quería ver a Eduardo ni saber nada de él. Pero la situación empezó a empeorar, ella escuchaba timbres a toda hora en su casa, recibía llamados y mensajes. El acoso y el hostigamiento aumentó: una noche el cuarto de su casa fue incendiado y se tuvo que mudar al departamento de una amiga.

Anahí no tenía paz. En ese departamento, que casi nadie de su entorno conocía la dirección, también le tocaban el timbre en la madrugada y a los pocos días se cruzó a Eduardo por la calle. “¿Por qué no me querés ver?”, preguntó Eduardo, quien estaba intranquilo y quería saber si Anahí había denunciado el incendio y pedido peritajes.

El 16 de noviembre de 2013 quedó marcado en la historia de Anahí y Eduardo. Ese día ella estaba con una amiga en el departamento y al salir las cerraduras del auto de su amiga estaban tapadas por clavos. Fueron a la comisaría e hicieron la denuncia contra Eduardo. Esa misma noche le prendieron fuego en la puerta de la casa del novio de la amiga, quien, asustada, le pidió a Anahí que dejara el departamento.

En enero de 2014 el auto de la actual pareja de Anahí apareció incendiado en la puerta de la casa de ella. Una vecina le pidió que se fuera del lugar, por todos los problemas que sucedían.

Anahí no se podía sacar de encima a Eduardo. Se lo cruzaba por la calle en la madrugada, en cualquier momento. Un día le cortaron el celular porque un hombre había dicho que se lo habían robado. Eduardo, de alguna manera, consiguió el teléfono de todos los vecinos de ella y los llamó haciéndose pasar por policía para sacarles información de la actual vida sentimental de Anahí.

La situación empeoraba todavía más. Anahí tuvo que mudarse al centro, para estar en una zona más concurrida. Pidió unos días de licencia para acomodarse y, una mañana la llamaron de su trabajo para avisarle que las paredes habían sido pintadas con mensajes contra ella. “Puta”, “Atorranta” y otras palabras más se podían leer en su lugar de trabajo. Al poco tiempo, una misma pintada en su gremio y luego otra pintada más en su trabajo.

Anahí perdió contra Eduardo y pidió el cambió en el trabajo y la mandaron a otra ciudad. Pasaron unos siete meses y, al volver a Mar del Plata, ayer se “encontró” a Eduardo en la terminal ferroautomotora. Anahí estalló, empezó a gritar, a perseguirlo, a insultarlo, hasta que personal de seguridad y de la policía fueron a ver qué pasaba.

Gracias a la reacción de Anahí, Eduardo fue demorado en la comisaría y entrevistado por el fiscal de flagrancia por haber violado la orden de restricción. Hoy al mediodía fue detenido y pasará la noche en la Unidad Penal 44 de Batán. Por el delito de haber violado la orden de restricción, puede recibir hasta un año de prisión.

DÓNDE DENUNCIAR O PEDIR AYUDA

Ante situaciones de violencia de género, estos son las direcciones y teléfonos en los que se brinda asistencia en la ciudad:

– Por emergencias, llamar al 911.

Comisaría de la Mujer: las 24 horas en Independencia 2447 casi Falucho, 2º piso.

– Línea Malva 108, de lunes a viernes de 8 a 20, para consultas.

Dirección de la Mujer: de lunes a viernes de 8 a 16 en Alberti 1518.

Centro de Atención a la Mujer Maltratada: lunes, miércoles y viernes de 14.30 a 17 en Larrea esquina Salta (472-0524).

EnRed: Días y horarios de atención de marzo: para consultas, lunes de 11 a 13 y viernes de 17 a 19; para asesoramiento legal, martes de 9 a 11 y viernes de 17 a 19. Santa Fe 2946, pasillo al fondo. Mail: redviolenciasabusotrata@gmail.com (0223 156017711).

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13/05/2015