Viernes 19 de abril | Mar del Plata
01/11/2014

Niegan que diferir paradas biológicas genere más actividad

El biólogo Guillermo Cañete pidió “tomar decisiones consistentes en la pesca en base a información”. Y alertó: “Seguimos matando juveniles, pegándole en los tobillos a un recurso que es generoso, pero que tiene límites”.

Niegan que diferir paradas biológicas genere más actividad

“Hay que ponerse a pensar en serio en la pesca e ignorar el instrumento en sí mismo. El instrumento lo podés cambiar, no está escrito en piedra, pero el porqué lo cambiás, cuál es el objetivo, eso es otra historia. En definitiva lo que tiene que haber es un enfoque precautorio para garantizar la sustentabilidad del recurso”, sostuvo el biólogo Guillermo Cañete, referente del Programa Marino de Vida Silvestre, luego de anunciarse el diferimiento de la parada biológica pesquera hasta el 31 de diciembre y quedar bajo análisis la reducción de los 180 días que tienen los barcos para reparaciones mecánicas.

“Ustedes saben que sobre diciembre siempre tenemos el corazón en la boca porque se detienen los barcos, se capturan menos pescados y eso impacta en el trabajo”, sostuvo el intendente Gustavo Pulti luego de la reunión con autoridades del Ministerio de Trabajo y la Subsecretaría de Pesca. Ahora bien, ¿a qué responde esta situación que atraviesan los trabajadores del sector? ¿Tiene que ver con la imposibilidad de salir por paradas biológicas? ¿Se vincula a los costos que implican y que los empresarios ya salieron a advertir?

Para ahondar en la cuestión, que afecta a miles de trabajadores y trabajadoras del puerto de la ciudad, QUÉ dialogó con Cañete, quien se desempeñó durante 20 años como biólogo en el Inidep –el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero– y conoce de cerca el latir de la pesquería argentina.

“Es cierto que hay problema social, que hay menos trabajo en tierra, y eso no responde a las paradas biológicas sino a una situación económica. Las cámaras armadoras han presentado documentos explicando la situación, y de pronto el tema es que están saliendo más los congeladores o hay menos actividad de los buques fresqueros”, advirtió.

Dijo que es necesario hacer una revisión del estado del recurso para luego definir las medidas que permitan su conservación y faciliten el empleo. “Se supone que en estos meses va a salir el próximo informe del Inidep para conocer cuál es el estado del recurso, y a partir de ahí se podrá analizar qué impacto podría tener el levantar o disminuir las paradas”, comprendió.

“Las paradas biológicas tienen un nombre confuso: la mejor forma de controlar un barco es que esté en puerto. Y esto indica que los barcos tienen que estar en puerto determinado tiempo, como un mecanismo para regular el esfuerzo, que son las horas de arrastre que hay en el agua. Se supone que los armadores pueden planificar su actividad en función de la disponibilidad de recurso – a través de la cuotificación- y de los mercados. El hecho de que se regule cuántas mareas hacer por año, por mes, es una forma de controlar el esfuerzo”, explicó Cañete.

“Las paradas biológicas –continuó- tienen ese sentido. Si vos me decís que tenemos un año en donde los barcos han pescado menos –habría que hablar con los armados de buques fresqueros para ver cómo está la actividad- quizás no tiene impacto que se levante la parada biológica. Porque de hecho, ya ha habido una reducción de esfuerzo”.

– ¿La situación del recurso pesquero es una cuestión central a tener en cuenta a la hora de anunciar una medida de este tipo?

– Un esquema ideal, en una Argentina diferente, sería que el Inidep establezca o recomiende algunas medidas de manejo, a partir de la captura biológicamente aceptable, las áreas reproductivas importantes, cómo se mueven esas concentraciones. Porque en la medida que vos lo dejás crecer, aumenta en biomasa, y la pesquería gana. Que haya un grupo técnico mixto que vaya analizando los reportes. Los observadores están entregando información sistemáticamente, los partes de pesca, los capitanes mismos tienen información. Qué está pasando, dónde hay concentraciones juveniles detectables. Y tomar decisiones consistentes en base a información. Una parada biológica es una medida como otras, si no apunta a un objetivo claro, no tiene sentido. Quizás sea necesario incrementar las paradas biológicas, o no. Pero no la podés sacar fuera de contexto, y no va a garantizar de ninguna manera mayor actividad económica.

– Que haya un 82 % de la flota que ya cumplió su plazo de parada biológica anual, ¿esta medida puede tener un impacto real sobre la actividad y el empleo?

– Muy bajo. Generalmente lo que hacen es usar las paradas biológicas para hacer reparaciones, o dejarlas a final de año. No va a ser nada diferente a lo que ocurre todos los años y habría que ver si el anular las paradas biológicas o posponerlas, va a garantizar que los barcos fresqueros salgan para que trabajen los marineros del Simape y descarguen en tierra para que trabajen los estibadores del Supa y los fileteros del Soip.

– Las cámaras denuncian que hay un panorama económico desalentador que hoy está imposibilitando a los buques salir.

– Habría que ver qué piensa la gente del Soip para ver si realmente les genera expectativas de mejora que se levanten las paradas biológicas o es un discurso. De todas maneras, me parece que es normal y natural que existan estos pedidos, lo que debe haber es un mecanismo razonable de análisis y poner información confiable y actualizada para decir cuál es la situación.

UN PANORAMA COMPLETO

Cañete pidió poner sobre la mesa diversas cuestiones que hacen a la pesca. Pidió hablar de subdeclaraciones que se hacen en los puertos y los descartes en altamar, donde se depredan particularmente juveniles de merluza, que luego escasean. Y por lo pronto sostuvo: “Yo me negaría a empezar el año con las paradas biológicas suspendidas, no tiene sentido”, manifestó.

Habló luego de las vedas móviles: “Es lo que se llama manejo adaptativo. No están escritas en piedras las regulaciones, porque están hechas en un objetivo, y para cumplirlo están hechas, no para otra cosa”. Dijo que tener una veda gigantesca e inmóvil muchas veces puede evitar la preservación de juveniles que se detecten en otra zona, y que no estaría mal abrir sectores si el recurso lo permite, con un monitoreo permanente. “Los dispositivos de selectividad no se usan, y siguen muriendo juveniles”, alertó.

– ¿Hay alguna normativa que establece su uso?

– Se hizo la normativa en forma tal que pudiera quedar congelada. En realidad el Consejo Pesquero y el Inidep tenían que establecer cuáles eran los dispositivos de seguridad más apropiados, y como quedó congelado, nadie decidió nada. La industria tenía espacio para presentar su propio diseño, pero no se habló más del tema, y seguimos matando juveniles, pegándole en los tobillos a un recurso que es generoso, pero que tiene sus límites.

– ¿Los descartes siguen existiendo?

– Sí, siguen existiendo. Se siguen matando juveniles excesivamente, algunos se descartan, otros se procesan. Se puede ver en los informes de evaluación del Inidep. Cuando salga el del 2014 para el 2015, va a haber una tabla que diga, primero, cómo se recalculó el número de individuos capturados, utilizando estimaciones de descarte y subdeclaración, y cómo las capturas biológicamente aceptables, que salen del modelo, le restan la estimación del descarte y subdeclaración.

– Es decir que nadie lo reconoce, pero hay un órgano oficial que está diciendo que existe.

– Esto existe. Estamos certificando captura legal a la Unión Europea, pero existe un proceso de subdeclaración y descarte. Es un punto donde las autoridades han reconocido la necesidad de mejorar los controles. ¿Qué significa eso?

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01/11/2014