Transportistas escolares, entre los protocolos y la necesidad de trabajar
Tras un año sin actividad, regresarán a las calles en paralelo al inicio del ciclo lectivo de forma presencial. “Fue muy difícil esto para nosotros”, señalaron.
Luego de un año sin actividad debido a la suspensión de las clases presenciales en el marco de la pandemia de coronavirus, y tras el anuncio del regreso a las aulas a partir de esta semana, desde la Asociación Marplatense de Transportistas Escolares y Afines (Amtea) manifestaron su satisfacción por la vuelta al trabajo, un retorno a la actividad que tendrá como base los cuidados y protocolos para evitar la propagación del virus.
Mientras en la provincia de Buenos Aires niños, niñas y adolescentes se preparan para volver a las aulas de forma presencial –con todos los cuidados y las características particulares de este retorno- desde Amtea se mostraron conformes con el regreso de la actividad, aunque advirtieron acerca de la fuerte crisis en el sector producto de la suspensión de las clases.
“Fue muy difícil esto para nosotros”, se sinceró Cristina Rubio, integrante de la entidad y quien ahondó-en diálogo con Qué digital– acerca de la importancia del protocolo vigente, el cual contempla una ocupación del 100%, en muchos casos con “burbujas”, y con la salvedad de que las ventanillas deberán permanecer abiertas unos 10 centímetros para la ventilación y será obligatorio el uso de barbijo y alcohol.
“En lo posible vamos a hacer que los niños se sienten en el mismo lugar y siempre sea el mismo grupo que trasladamos. Después que se bajen todos se realizará una desinfección en el vehículo y los mayores cuidados posibles como corresponde para poder trabajar tranquilos nosotros también”, graficó.
En ese sentido, y en lo que hace al impacto del parate en la actividad, la trabajadora reparó en las dificultades del último año, un 2020 que debido a la pandemia implicó que muchos trabajadores y trabajadoras tuvieran que vender sus vehículos para poder subsistir, debido a que pese a los reclamos fue muy poca, o casi nula, la asistencia que lograron por parte del Estado.
“El 1 de marzo se van a cumplir 15 meses que estamos sin trabajar. Como ya dije, nosotros íbamos a ser el último eslabón y realmente lo estamos siendo. A raíz de esto, muchos trabajadores tuvieron que vender su transporte, y va a haber muchas escuelas que no van a contar con transporte porque debido a la necesidad económica tuvieron que dedicarse a otra cosa. Fue muy difícil esto para nosotros”, sumó.
Por eso, la vuelta a las actividades presenciales representa un alivio para este sector, que por el momento se muestra expectante: “Hay muchas consultas. Los chicos que ya se anotaron con nosotros son a los que anteriormente ya lo llevábamos a la escuela y muchos se anotaron porque saben de la seguridad que le vamos a dar y del cuidado que tuvimos siempre y que ahora lo vamos a extremar. Vemos una buena posibilidad de trabajo”.
Sin embargo, todo estará supeditado a los factores epidemiológicos y al cumplimiento de los protocolos que indican que, por ejemplo, ante un caso positivo se deberá aislar el grupo y suspender las actividades, en paralelo a lo que sucederá en los establecimientos educativos.
“Nosotros vamos a utilizar los protocolos que utilizan en la escuela. En principio los nenes tienen que venir con una declaración jurada y con la aplicación Cuidar. En el caso de que haya un caso, se aislará al grupo donde concurría y nosotros haremos lo mismo”, detalló Rubio en lo que hace al protocolo de acción ante la presencia de un caso positivo.
Por último, la trabajadora y referente de Amtea se refirió a la actualización tarifaria y graficó que en marzo del año pasado el precio del gasoil estaba a 60 pesos y en la actualidad ese valor se ubica en los 96 pesos “y sigue subiendo”. “Por supuesto que no son los mismos valores que cobrábamos cuando nos fuimos y por eso desde la asociación el valor estimativo (por el servicio) es de entre 4 mil y 5 mil pesos por chico”, concluyó.
