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Un investigador marplatense participó del desarrollo de una máquina para desinfectar calles

El investigador del Conicet formó parte del equipo que ideó y fabricó la maquina que permite desinfectar veredas y lugares públicos.

En el marco de la pandemia por el coronavirus la ciencia sigue realizando aportes. Y en esta oportunidad, el investigador independiente del Instituto de Investigaciones en Ciencia y Tecnología de Materiales (Intema / Conicet / UNMdP), Miguel Ponce, participó en la construcción de una máquina que permite desinfectar las veredas de Tandil y pueblos cercanos. Se trata de un pulverizador adaptado de maquinaria agrícola, utilizado para recorrer las calles de la ciudad y desinfectarlas evitando así la propagación de SARS-COV-2.

En colaboración con el Sistema Integrado de Salud de Tandil, Ponce fue parte junto a un grupo de voluntarios de la ciudad de la búsqueda de alternativas que permitan mejorar las condiciones para vecinas y vecinos. “Estando en la ciudad por razones familiares fui consultado por representantes del municipio sobre medidas para minimizar el impacto de la pandemia en la ciudad”, explicó el investigador.

“Entonces articulamos el trabajo entre los productores que tenían las maquinarias y gente de INTA, que tienen las herramientas para testear las pulverizaciones y los aplicadores. Así logramos armar los equipos pulverizadores que desinfectan veredas y espacios públicos”, completó Ponce. Y en este sentido detalló que los equipos que se utilizan para la aplicación de cloruro de benzalconio -la sustancia con la que se desinfectan materiales médicos- son nuevos y no han sido utilizados previamente con agroquímicos, lo que evita cualquier todo tipo de contaminación.

El pulverizador ya es utilizado para desinfectar las ciudades de Tandil, Bolívar y Río Negro. En el último tiempo se sumaron otras localidades que están interesadas en adquirir las maquinarias para la limpieza de sus espacios públicos.

“El valor emocional de estar trabajando y aplicando los conocimientos codo a codo con la gente de mi ciudad no tiene precio. Para mí significa sentirme útil más allá del trabajo cotidiano ayudando con la ciencia en donde nuestra sociedad lo necesita”, concluyó al respecto el investigador marplatense.