“Un tarro de pintura no vale nuestra dignidad”
Desde el Centro de Residentes Bolivianos rechazaron la decisión del TOF de otorgarle la probation a Carlos Pampillón, quien realizó pintadas discriminatorias. “Recibimos agresiones de gente que está ahora en ejercicio”, apuntaron.
Indignación, bronca y decepción. Esos tres conceptos podrían resumir las sensaciones de los integrantes del Centro de Residentes Bolivianos, quienes este miércoles participaron de la audiencia en la que el Tribunal Oral Federal (TOF) Nº1 decidió otorgarle la probation al líder de ultraderecha Carlos Pampillón y de esta manera suspender el juicio oral previsto para esta semana.
“Un tarro de pintura no vale nuestra dignidad como bolivianos”, expuso Milena Nava Solís, secretaria del Centro de Residentes Bolivianos, respecto a la decisión de la Justicia de concederle el beneficio a Pampillón, quien admitió haber realizado las pintadas discriminatorias en la sede del Centro, a cambio de pagar por los daños, cursar Derecho Constitucional y no participar de las actividades del Foro Nacional Patriótico por tres años.
En ese marco, y tras la audiencia, la referente de la colectividad se mostró decepcionada y dijo que se acercaron al TOF para defenderse “de la agresión escrita por una persona de alma negra y despreciable, porque no se ofende a una colectividad que deja sus pulmones, deja sus fuerzas, que trabaja 24 horas al día”.
“No dejamos a nuestros hijos abandonados, enseñamos la cultura, las buenas costumbres. Y acá no hemos hecho daño ni hacemos daño a nadie”, se lamentó y dijo que rechazaron la propuesta de probation “porque un tarro de pintura no vale nuestra dignidad como bolivianos”.
En ese sentido, Nava Solís admitió que el accionar de Pampillón les inculcó miedo y deshonro. “Nos han enraizado y es una cosa que no se va a borrar”, enfatizó y dijo sentirse sorprendida por la resolución de la Justicia, porque esperaban “otra actitud de los jueces”.
Finalmente, Nava dijo que continuarán trabajando como lo hacen hasta ahora y aprovechó para cargar contra la actual administración, y particularmente el jefe comunal, Carlos Arroyo, quien durante la campaña fue acusado de xenófobo por sus declaraciones en relación a la comunidad.
“Nosotros siempre recibimos agresiones de gente que incluso está ahora en ejercicio en un escritorio”, deslizó, sin dar nombres, y completó: “Recibimos la agresividad de gente que viene a extorsionarnos, a quitarnos un medio de transporte, una bicicleta; lamentablemente no nos escuchan, como ocurrió ahora”.
