Jueves 25 de abril | Mar del Plata
24/05/2015

Una asistencia “de corazón” y sin marketing

La ONG Pequeños Guerreros funciona hace cinco años en la ciudad y contiene a aquellas familias vulnerables con hijos pacientes oncológicos. Se trata de una red de ayuda conformada por unas 300 personas. Conocé su historia.

Una asistencia “de corazón” y sin marketing

Asisten y contienen a familias socialmente vulnerables de chicos que se encuentran en tratamiento oncológico. Lo hacen en base a la solidaridad. Y se trata de una red de ayuda integrada por unas 300 personas que de una manera u otra colaboran al bienestar de quienes enfrentan una dura enfermedad y una dura realidad social.

La ONG Pequeños Guerreros funciona desde 2009 en Mar del Plata y con el correr de los años ha tomado protagonismo en muchas familias desde el momento en que los pequeños comienzan sus tratamientos oncológicos en el Hospital Materno Infantil. Los casos de contención son rotativos, pero incluyen a entre 40 y 60 familias.

El vínculo con quienes necesitan esa contención desde diversos planos fue en aumento con el correr del tiempo y eso hace que la organización hoy tenga un objetivo próximo: contar con un edificio propio para poder profundizar ese lazo de solidaridad y ayuda. “No tenemos el objetivo de crecer como ONG ni ser un producto marketinero más de una sociedad capitalista que margina a esta gente, nosotros realmente trabajamos de corazón con un compromiso: hay que pensar siempre en los chicos”, dice a modo de principio Cristina Gramajo, fundadora de Pequeños Guerreros.

“Somos una red que asiste y contiene a familias en situación de riesgo con hijos que son pacientes oncológicos del Materno Infantil”, resume sobre el objetivo de la organización que, según cuenta, fue decantando con el paso del tiempo.

“Lo que a nosotros nos incentiva y nos mantiene en este camino es el gesto solidario del compromiso, del trabajo por el bien común. No hacemos caridad, somos personas que permanecemos en un ideal y creemos que hay que cambiar lo que uno exige y protesta por una acción. Y lo que hacemos es cambiar eso por la contención de las familias”.

Pequeños Guerreros es hoy una red solidaria en la que unas 300 personas están en incluidas con diferentes tipos y campos de participación. De Pequeños Guerreros son parte voluntarios de a pie, pero también instituciones, empresas, profesionales, comercios. Todos aportan para que las familias que lo necesitan puedan tener un presente y un futuro mejor.

“Las personas activas siempre van rotando, y tenemos una cantidad entre 50 y 100 que contienen en la práctica a las familias en diferentes áreas”, detalla Cristina.

LA ASISTENCIA

La asistencia principal de la ONG se produce en el proceso más complicado del tratamiento de los chicos, y luego continúa con un apoyo periódico de acuerdo al destino de la enfermedad.

La intervención de Pequeños Guerreros generalmente se inicia cuando los casos comienzan a ser tratados en el Hospital Materno Infantil. “No asistimos a todos los chiquitos que lamentablemente tienen que ingresar al hospital, solamente lo hacemos con las familias que están en situación de riesgo: con  los papás que están desempleados, con una vivienda precaria y cualquier situación de riesgo social”, puntualiza su responsable.

Esas dificultades que presentan las familias son atendidas con los distintos tipos de aportes de los  diferentes integrantes de la red.

Pequeños Guerreros trabaja con familias de Mar del Plata, pero también de la zona que se acercan al Materno Infantil.  En cuanto a la actividad y al rol de la ONG, Cristina grafica: “Si las familias son de la zona le brindamos un lugar para que tengan donde estar, para que puedan pagar un alquiler o mantener con alimentos las casas. Luego cuando ya pueden volverse a sus lugares, la atención se hace más periódica. Con los casos de Mar del Plata, la asistencia es similar: nace cuando el hijo está en el peor momento del tratamiento y después hacemos una asistencia mensual o quincenal de acuerdo a las necesidades”.

NUEVOS OBJETIVOS

Todo el apoyo de la entidad se realiza hoy sin una sede, que se ha convertido en el último tiempo en un objetivo cercano.

“Hoy necesitamos un edificio por la magnitud en la que se encuentra la obra. Hoy el papá llama por teléfono y ya nos pide cosas,  antes por ahí se trataba de acercarnos y estar y tratar de ayudar a los chicos. Hoy la demanda es mayor”, cuenta Cristina y reafirma: “Hoy la gente se apoya en la obra y sin sede es muy difícil la organización”.

Con ese objetivo en mente, la ONG comenzó a realizar eventos periódicos con el propósito de hacer girar una rueda y poder garantizarse así tener dinero para un alquiler mensual.

Entonces, Cristina sostiene: “No estamos pidiendo la sede, estamos trabajando para conseguirla. No es fácil, como todo lo que emprendemos, pero somos pequeños guerreros y grandes luchadores”.

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24/05/2015