Una escuela clausurada por la Justicia
La resolución abarca a la Primaria 2 y la Secundaria 46 por las malas condiciones edilicias. El Juzgado de Responsabilidad Penal Juvenil Nº2 dio lugar a una medida cautelar presentada por los padres.
Que las escuelas están en malas condiciones edilicias ya es una costumbre. Que cada tanto una escuela suspenda las clases temporalmente se volvió habitual. Que un buen número de escuelas funcionen con horarios reducidos hace tiempo dejó de sorprender.
A lo que por el momento no se había llegado era a que la Justicia clausure una escuela hasta tanto se hagan las obras necesarias para que los alumnos y los trabajadores no corran riesgo. Eso ocurrió en las últimas horas con la escuela Primaria Nº 2 y la Secundaria Nº 46, que funcionan en el edificio de Dorrego 633.
Concretamente, el Juzgado de Responsabilidad Penal Juvenil Nº2 dio lugar a una medida cautelar presentada por un grupo de padres y clausuró el establecimiento por 90 días hasta tanto sea puesto en condiciones. Además fijó un plazo de 96 horas para que las autoridades establezcan un lugar alternativo para que se continúe con el dictado de las clases.
Paredes electrificadas, docentes que los días de lluvia hacen barreras para que los chicos no se apoyen, mamposterías con constante peligro de derrumbe, persianas rotas, falta de mobiliario. Las postales se repiten, ya suenan conocidas. Y las soluciones no llegan, hasta parecen inalcanzables.
Son más de 600 alumnos los que concurren diariamente a esa institución y los que día a día asistieron hasta ayer a un lugar que no estaba en las condiciones adecuadas para recibir educación por parte de un Estado que no da respuestas.
Desde la Asociación de Trabajadores Estatales (ATE) también mostraron su preocupación a partir de que no se les fue informado “qué va a pasar con el personal”. “Ayer cuando nos enteramos de la medida nos comunicamos con gente de Recursos Humanos del Consejo escolar y nos dijeron que no sabían nada”, se quejaron.
“Denunciamos estos hechos como consecuencia directa del feroz ajuste que se viene implementando en la Provincia y que tiene a las niñas, niños y jóvenes como preferenciales rehenes”, apuntaron desde el gremio.
UN PASADO CON TOMAS Y PROMESAS
Cuando en mayo de 2013 unas 20 escuelas secundarias de la ciudad fueron tomadas por alumnos en reclamo de mejoras edilicias, el problema estalló, se hizo público, visible. Después del mes que duró esa protesta llegaron las promesas y los anuncios.
El establecimiento de Dorrego 633 fue ocupado por los estudiantes de la Escuela Secundaria 46. Reclamaban y les mostraban a todos los que se acercaban los graves problemas que sufría la institución: agujeros en los techos que provocaban que ante cada lluvia el agua recorriera las escaleras, una importante cantidad del mobiliario roto, pintura deteriorada y los matafuegos vencidos.
Un año y medio después la soluciones no llegaron y la Justicia ordenó la clausura.
