En el marco de lo que meses atrás denominó sería una gestión austera, el intendente Carlos Arroyo decretó en las últimas horas suspender el otorgamiento de horas extras a empleados municipales, congelar los ingresos a la planta municipal y no pagar vacaciones no gozadas, al menos por 120 días.
En ese sentido, y con el objetivo de reducir el gasto público, el jefe comunal resolvió adoptar las nuevas medidas, que serán de efectivo cumplimiento en lo inmediato y por 120 días. En detalle, la decisión del intendente implica congelar los cargos vacantes existentes en la planta estable de personal y los que se produzcan a futuro, tanto en la administración central como en los entes descentralizados.
Además, el Ejecutivo suspende desde agosto el otorgamiento de horas extras, la ampliación de módulos horarios y el pago de licencias no gozadas al momento en que cesan los agentes en sus funciones “sin que implique afectar derechos adquiridos”. En ese marco, se establece que por excepción, y solo si las mismas están debidamente justificadas y fundadas, se autorizará el dictado de horas extras y nombramientos para servicios indispensables.
En cuanto a los argumentos esgrimidos por el gobierno de Carlos Arroyo figuran la “delicada situación en la que se encuentran las finanzas municipales”, “la inflación que afecta a nuestro país” y “los problemas derivados de los discutidos aumentos de tarifas“, lo que ha verificado un retraso “en la cobrabilidad de las tasas y derechos municipales”.
El decreto abarca las Secretarías de Gobierno, Seguridad, Economía y Hacienda, Salud, Desarrollo Social, Educación, Cultura, Coordinación de Gestión y Modernizción, y los entes descentralizados de Turismo, Deporte, Vialidad y Alumbrado y Obras y Servicios Urbanos.