“Es una burrada” dijo Carlos Arroyo la semana pasada en referencia al inicio de clases programado para el 29 de febrero. La frase generó críticas internas a partir de que por elevación el cuestionamiento fue contra el gobierno nacional y así lo reconoció el intendente este martes aunque volvió a sostener lo mismo. “Tengo que decir lo que pienso más allá de lo que diga el presidente o la gobernadora”, se defendió.
Las declaraciones de Arroyo se produjeron en el marco de una nueva convocatoria realizada para apuntalar el pedido de diversos sectores políticos, empresarios y gremiales de la ciudad para que las clases comiencen en marzo y no en febrero, tal como está previsto por el calendario oficial determinado por el Ministerio de Educación. El encuentro se realizó en el teatro Colón, y fue encabezado por el intendente, que ya había mostrado su oposición a la determinación nacional.
Arroyo elogió la iniciativa de la CGT de reclamar por el inicio establecido y consideró que la convocatoria es “altamente meritoria”. En este sentido, sostuvo que “los 190 días no garantizan nada, así fueran 500 días” y dijo que en prioridades primero debe atenderse las “escuelas deterioradas, sin gas con profesores que faltan y huelgas”.
En un tramo de su alocución, Arroyo hizo referencia a sus dichos sobre la decisión del gobierno nacional a la que calificó de “burrada” y fue por más. “Ya lo he dicho, es una burrada”, sostuvo y reconoció: “Me han criticado políticamente por decir eso, pero es así”.
De esta manera, señaló: “Yo tengo que decir lo que pienso más allá de lo que digan la gobernadora (María Eugenia Vidal) o el presidente (Mauricio Macri)”.