Cansada de ser acosada, Jaqueline eligió las redes sociales para hacer pública su situación. Según expuso la joven de 19 años, hace dos meses es perseguida por un hombre, a quien conoció debido a que era cliente del local en el que trabajaba. Sin embargo, la situación en las últimas semanas pasó a mayores luego de que esta persona atacara el comercio propiedad de su mamá y el de sus abuelos. Pese a que efectuó numerosas presentaciones judiciales y obtuvo una orden de restricción, asegura que la Justicia no actúa y dice tener miedo.
De acuerdo a su relato, ella conoció a Gabriel Quiroga -quien en las redes sociales se autodenomina Samurai- hace unos dos meses, ya que atendía un local que era frecuentado por Quiroga. En ese contexto, el hombre comenzó a seguirla, llamarla y hasta llegó a pasar por su casa diez veces por día. “Mi mamá le dijo que la termine, que lo iba a denunciar por acoso, pidió disculpas y se fue”, recordó Jaqueline.
Sin embargo, en la madrugada de ese mismo día, Quiroga prendió fuego la cabina de gas del local de su mamá e intentó prender fuego el local de sus abuelos. A raíz de esta situación fue radicada una denuncia, pero no hubo demasiados avances. Algunos días después, Jaqueline volvió a cruzarse al hombre por la calle y esa noche su agresor volvió a atacar el local de su mamá.
La familia hizo una nueva presentación judicial y, según su relato, cuando el hombre fue notificado respecto a la denuncia, pasó por la esquina de la casa de la joven y “le hizo señas a mi mamá de que le iba a pegar un tiro”, de acuerdo a lo que expuso. Luego el hombre volvió a prender fuego el local de sus abuelos, lo que implicó una nueva presentación judicial, que finalmente decantó en una orden de restricción, mediante la cual la Justicia le prohibió a Quiroga acercarse a menos de 200 metros de Jacqueline y su familia.
“Hace unos días nos enteramos que compró bombas en un local del barrio, así que estábamos ahí, esperando que llegue y haga algo más, durmiendo en el local hace un mes por miedo; finalmente puso una bomba en el porche del local de mi mamá. Ella y mi padrastro dormían dentro, explotó todo, están bien de suerte nada más”, relató la joven en su Facebook y dijo estar cansada de vivir así.
MIEDO Y DESESPERACIÓN
En ese sentido, y notablemente decepcionada por el accionar judicial, Jaqueline consideró que “una persona así no puede estar suelta, no podemos esperar que venga otra vez”. “¿Qué sigue después de esto?”, se preguntó y dijo que es lamentable que su familia vaya a la comisaría y le digan que hasta que no le haga algo a ella “no pueden actuar”.
“Es horrible que mi familia llegue a querer sacarme de la ciudad porque no puedo ir ni a la esquina; tiene que terminar esto y no culpo a la policía porque cumplen órdenes nada más, culpo a la Justicia de este país”, apuntó y dijo que continuará con todas las acciones legales necesarias para, nada más y nada menos, poder vivir tranquila.