“La historia del ruido” es el nombre de la micronovela recientemente publicada por el periodista y escritor marplatense Agustín Marangoni. Desde una profunda brevedad y con la casualidad como hilo conductor de una historia divida en menos de 60 capítulos de ágil lectura, el libro -el tercero de su autoría- será presentado este sábado a las 16 en el Club TRI, en 20 de Septiembre 2050, con entrada libre y gratuita.
En una amena charla con QUÉ a horas de la presentación, Agustín cuenta que destina casi el 80% de su tiempo a escribir. “Incluso a veces estoy escribiendo cuando no estoy escribiendo”, admite al reconocerse como un escritor “muy metódico” y después de haberle dedicado durante casi un año, alrededor de tres horas diarias a la búsqueda de las palabras e ideas justas para unir decenas de microrrelatos en la historia que le da vida a esta micronovela, diferencia clave con su anterior libro, “Nadie escuchó el último secreto”, que contiene un conjunto de microrrelatos sin esa correlación entre un texto y otro, donde cada fragmento es una historia en sí misma.
“Escribir micorrelatos te obliga a leer microrrelatos, como escribir novelas de alguna manera de demanda leer novelas”, explica Agustín y rápidamente, en cuanto al formato -tal vez uno de los puntos más llamativos de la publicación-, explica: “El microrrelato no es el resumen de una historia, sino una idea en sí misma. Una historia que se cuenta desde la brevedad. De todas maneras puedo estar días o semanas trabajando en una oración, como también a veces puedo no avanzar o incluso retroceder”.
A la hora de hacer periodismo, cuenta Agustín, “una crónica puede tener 500 o 600 palabras porque es el formato de la crónica y hasta te puede sobrar alguna idea, alguna oración; lo mismo ocurre con una novela o un cuento”, pero en el microrrelato eso no ocurre, “no puede haber oraciones porque sí, sin un sentido, y ese también es un desafío interesante”.
El tercer libro de Agustín Marangoni es de rápida lectura. Los microrrelatos se suceden entre la relectura de las ideas contadas desde la brevedad y la necesidad casi obligada de dar vuelta la página para descubrir la siguiente y seguir adelante en la historia.
Por último, a la espera de una “breve” y “distendida” presentación este sábado en el Club Tri, donde se dispondrán ejemplares a la venta, reconoce: “No pienso en hacer plata con los microrrelatos; en este momento de mi vida es lo que tengo ganas de hacer, lo que me sale, lo que me gusta. Mi cabeza está funcionando así y me sale pensar con brevedad historias que necesito escribir todo el tiempo”.