“Baile, Arroyo, baile“, gritaban los jóvenes que el jueves habían ido hasta la Municipalidad para manifestar su desacuerdo a la prohibición de las fiestas electrónicas. Finalmente el intendente Carlos Fernando Arroyo autorizó que se realizaran dos eventos de ese tipo este fin de semana en la ciudad y en la fiesta del viernes, en Destino Arena, si bien él no bailó, gran parte de su gabinete fue hasta el lugar y sí lo hizo.
El secretario de Gobierno, Alejandro Vicente, fue en su auto hasta el lugar acompañado por el secretario de Legal y Técnica, Gustavo Gil de Muro y la concejal de Agrupación Atlántica Patricia Serventich. “Uno es del palo“, dijo el funcionario en tono de broma mientras el personal de seguridad de Destino Arena lo obligaba a bajar del auto para controlar que no llevara droga. Los funcionarios no llevaban ni “pastillas”, “pastis” o “pirulos” y pudieron ingresar libremente.
Dentro de Destino Arena Vicente, Gil de Muro y Serventich se encontraron con el secretario de Hacienda, Gustavo Schoereder, la secretaria de Desarrollo Social, Vilma Baragiola y otros miembros del Ejecutivo de Carlos Arroyo. La escena era un poco extraña: los funcionarios estaban cerca del escenario, al costado de cientos de personas que bailaban al ritmo frenético de la electrónica. A los políticos que habían respaldado prohibir las fiestas electrónicas se los notaban fuera de hábitat en una fiesta electrónica, a la que acudieron en un gesto de “lealtad” a un decreto que tanto ruido había generado.
“Baile, Arroyo, baile“, que si no baila el intendente, baila todo su gabinete por él.