Viernes 26 de abril | Mar del Plata
25/01/2018

Los días de Lula en Mar del Plata: un “visitante ilustre” condenado

En medio de la polémica por la ratificación de la condena por corrupción, el recuerdo de su última visita a la ciudad. Fue distinguido por el Municipio en 2012 y abrió el Coloquio de IDEA. Años atrás, vino a la Cumbre de las Américas.

Los días de Lula en Mar del Plata: un “visitante ilustre” condenado
(Fotos: Coloquio de IDEA y Prensa MGP)

Luiz Inácio Lula da Silva pisó dos veces Mar del Plata en los últimos años. La primera en el 2005 para la Cumbre de las Américas, cuando todavía ocupaba el rol de presidente de la República de Brasil. La segunda, más reciente en el tiempo, se concretó en 2012 y fue para abrir el 48° Coloquio de IDEA con una magistral exposición en la que convocó a empresarios argentinos y de su país a construir alianzas y crear compañías binacionales.

Con el voto de los tres jueces del Tribunal Regional Federal de Puerto Alegre, la Justicia brasileña decidió en las últimas horas confirmar la sentencia contra el expresidente brasileño, a quien le elevaron la condena de nueve años y medio a 12 años y un mes de prisión por cargos de corrupción. A pesar de este revés judicial, Lula lanzó hoy su candidatura presidencial después de que el Partido de los Trabajadores (PT) lo ratificara como su candidato para las elecciones de octubre.

Hace poco más de cinco años Lula da Silva fue declarado “visitante ilustre” de Mar del Plata. El 17 de octubre de 2012, en el Día de la Lealtad, Lula arribó al aeropuerto “Ástor Piazzolla” en medio de un fuerte operativo de seguridad. Por entonces ya no era presidente de Brasil, Dilma Rousseff lo había sucedido en el cargo. Era la primera vez que salía de su país tras padecer un cáncer de garganta.

Lula Da Silva Coloquio de IDEA2

Fue el invitado de lujo del Coloquio de IDEA, que celebraba su edición N°48. La cena de inauguración se concretó al día siguiente de su llegada, el jueves 18 de octubre. Más de 400 empresarios, de los más fuertes e influyentes de la Argentina y algunos extranjeros habían colmado el salón del Hotel Sheraton de la calle Alem de cara a la apertura y al discurso que brindaría Lula da Silva.

La invitación al expresidente brasileño constituyó -en los años del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner- una apuesta al diálogo, dado que su figura resultaba por aquellos años aceptada tanto por la ortodoxia como por la heterodoxia económica.

Con Lula como orador invitado, el sector empresario reforzó en Mar del Plata la intención de que el modelo brasileño fuese el eje de los encuentros de este estilo.

Pero antes de la cena de apertura, el expresidente de Brasil fue distinguido por la Municipalidad de General Pueyrredon. El exintendente Gustavo Pulti le entregó en mano el reconocimiento de visitante ilustre de Mar del Plata, mención aprobada por el Concejo Deliberante.

“Lula es una personalidad de la época que ha ingresado en la historia a partir de las transformaciones sociales, económicas, educativas, ambientales en Brasil. Ha revalorizado la identidad, la dignidad y la inteligencia propia por sobre modelos copiados. Además, planteó la creación del Mercosur con los demás países de Latinoamérica, que tiene por fin generar mayor progreso social, mejores condiciones de convivencia, la lucha contra la pobreza y el mejoramiento de la calidad de vida de todos los hermanos de Latinoamérica”, manifestó el entonces intendente de la ciudad.

Cerca de las 20 de aquel 18 de octubre Lula da Silva ingresó entre aplausos de pie al salón de conferencias del Sheraton. Saludó a empresarios y en especial al exministro de la Producción, Ciencia y Tecnología, Cristian Breitenstein.

Un amplio grupo de fotógrafos de Mar del Plata y de distintas latitudes de Argentina había sido autorizado a tomar imágenes de los primeros segundos de su discurso en el salón principal del hotel cinco estrellas de la ciudad.

La organización del Coloquio evitó el contacto directo de Lula con la prensa. Los periodistas fueron enviados a la “sala de prensa” montada en otro sector del hotel, donde la expectativa por escucharlo crecía en busca de sacar los primeros títulos sobre su discurso, mientras en simultáneo la polémica por las denuncias de corrupción ya ocupaba espacios en los periódicos y canales de la televisión de Brasil.

El ex presidente abrió el Coloquio criticando el “proteccionismo” de los países centrales y en los primeros minutos llamó  a construir una alianza entre empresarios de su país y de la Argentina para crear grandes compañías binacionales, y destacó que Brasil crecía “con inflación controlada”. Fue lo primero que marcó.

“Los empresarios argentinos y brasileños deben aprender a hacer alianzas, tenemos que asociarnos para poder construir empresas binacionales, compañías grandes que puedan disputar mercados con las grandes empresas del mundo“, sostuvo Lula.

“Tenemos conocimiento y tecnología, pero todavía no tenemos sabiduría para poder construir esas alianzas y competir con las principales compañías del mundo”, enfatizó y dijo que eso sería bueno para los demás países de la región.

En los primeros párrafos Lula diferenció las políticas de gobiernos como el suyo y el de Dilma Rousseff, junto a los de Néstor y Cristina Kirchner, de las aplicadas en administraciones anteriores.

“Me acuerdo de la época en que (Carlos) Menem y (Fernando Henrique) Cardoso competían por ver quién era más amiguito de (Bill) Clinton. Aprendí que en la vida ningún ser humano respeta a quien no se respeta así mismo”, sostuvo Lula al hablar ante más de 400 empresarios en el 48° Coloquio de IDEA.

Lula subrayó que la Argentina y Brasil son aliados estratégicos. “En diez años los gobiernos de Brasil y de la Argentina hicimos más por nuestros países que los 50 años anteriores”, destacó.

Advirtió allá por el 2012 que “el principal reto” sería a corto plazo “fortalecer estructuras que ya existen en un planeta que tiene una distribución desigual” y explicó que “cuando hablamos de desarrollo sostenible hablamos de reducir la pobreza y la desigualdad”.

“Cuando el mundo enfrenta una crisis fenomenal, es necesario construir experiencias colectivas, tenemos que buscar convergencias para el sector público y privado para enfrentar la crisis”, dijo Lula, quien en todo momento buscó hacer bromas a su auditorio, como cuando rogó: “Ni se les ocurra ganar el Mundial de fútbol en Brasil”.

Lula reconoció que la Argentina era el primer país que visitaba después de padecer un cáncer de garganta. Dijo estar “feliz de visitar Mar del Plata” y compartir con el país “muchos ideales” y “una larga amistad”, por lo que se sintió “como en casa” al venir aquí.

El ex presidente de Brasil se quejó de que “las medidas que tomaron los países ricos no surtieron los logros que imaginaban” y ratificó su interés por la educación al defender las políticas aplicadas en su país: “En el aula es donde podemos hacer una educación más justa e igualitaria”.

Luego, al hacer una defensa del mercado interno, Lula recordó que cuando llegó al poder en plena crisis, grabó un spot televisivo en el cual señalaba: “Es verdad que la crisis puede hacer que pierdas su empleo, pero también es verdad que si no consumes, las empresas no podrán producir y tú te quedarás sin empleo seguro”.

“Ningún brasileño y ningún argentino pueden mirarse uno al otro como adversarios y competidores, tenemos que vernos pensando qué sería Brasil sin Argentina, que sería Argentina sin Brasil. Si nuestros gobernantes piensan así, y nuestros empresarios piensan así, si decidimos ejecutar juntos, este nuevo modelo de desarrollo puedo decirles que en los próximos diez años Argentina y Brasil serán muchos más fuertes”, siguió.

Lula dijo que “si se llega a ese acuerdo estaremos dentro de diez años en Mar del Plata, en un día de calor, celebrando la situación de Argentina y Brasil”.

Lula Da Silva Coloquio de IDEA1

En otro pasaje de su discurso, destacó las políticas que llevó adelante en su país para convertirse en una potencia mundial, pero a la vez estimó que no “sirve que su país crezca como una isla” en la región y necesita de un “crecimiento de sus socios”.

“Brasil no puede ser una isla, tiene que formar parte de un archipiélago que se desarrolle juntos, así será mejor para todos, pero no solo sirve un Brasil rico, sino una región pareja”, sostuvo Lula.

Ya en el cierre, en Mar del Plata y ante cientos de empresarios, advirtió: “No sirve ver a empresario brasileño caminado por las calles de Argentina comprando empresas. Es un momento muy importante. Tenemos potencialidades pero nos falta aún sabiduría para construir juntos alianzas que sirvan para calificar y disputar espacios con las potencias económicas del mundo”.

“El problema -agregó Lula- no es solo económico, por eso hay que apelar a la política para enfrentar la crisis”.

“Ya no soporto mirar gobernantes argentinos, también de Brasil, bolivianos mirando al norte y que nos demuestran que aún nos quedan dirigentes colonizados”, disparó por último.

Poco más de 24 horas duró su última visita a Mar del Plata. El 19 de octubre ya había regresado a Brasil, donde el despertar de la polémica por denuncias de corrupción lo esperaba. La vuelta lo encontró ya habiendo sido declarado “visitante ilustre” de la ciudad balnearia. La invitación del Coloquio de IDEA a Luiz Inácio Lula da Silva costó millones para la organización del evento empresarial.

Aquella estadía fue incluso más breve que su anterior viaje a la ciudad. Hacía siete años que no venía. Lo había hecho en 2005, cuando estuvo entre tres y cuatro días en la zona céntrica de Mar del Plata para participar da las reuniones desarrolladas en el marco de la Cumbre de las Américas, en las se sumó al rechazo de la conformación del Área de Libre Comercio Americano (ALCA) y contribuyó a la integración y la unión de los pueblos del sur.

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25/01/2018