Tonolec: la precisa conexión entre lo nuevo y lo ancestral
La banda se presentó anoche en el jardín de la Villa Victoria. El recorrido por los diferentes paisajes sonoros funcionó a la perfección y entonces todo se transformó en un ritual artístico.
Sonidos finos. Un rasguido de la guitarra que dice tanto. Una base como respaldo característico. Y arranca el show. Tonolec vuelve a presentarse en Mar del Plata y Charo Bogarín vuelve a dejar en claro que tiene en su voz un poder tan especial. Diego Pérez es la otra pata, la que le da vida a una estructura de sonido única, con samplers, secuencias electrónicas y teclados.
Si había un lugar perfecto para que se presente Tonolec era el jardín de la Villa Victoria. La combinación de un ambiente natural y uno artístico tan arraigado a la tierra no podía fallar. Y no falló. Si no hubiera sido por ese puesto grande de publicidad de panchos ubicado en el ingreso, toda la Villa hubiera estado a tono.
Un show de Tonolec es un recorrido por diferentes paisajes, definirá Diego en un tramo. Un show de Tonolec es integración –palabra muy usada en la noche-, es una mezcla de sonidos nuevos y ancestrales, una conjunción de cantos nativos de las etnias toba y guaraní y de zambas de, por ejemplo, Ramón Navarro.
El show es muy hablado y es necesario que así sea. La presentación de las canciones supone una advertencia del nuevo camino que se va a emprender por tres, cuatro, cinco o seis minutos. “Nosotros hacemos ceremonias musicales, hacemos un ritual artístico, para transportar a la gente a esos lugares, al monte chaqueño, a la selva litoraleña”, explicaba Charo antes del show.
Tonolec es un mensaje en sí mismo, cada cosa dicha tiene un porqué y un para qué. Así Charo habla en el show de las tradiciones guaraníes y de los pueblos originarios. De cómo estar en equilibrio. De las generaciones. Y mientras tanto, en la Villa Victoria se come un pancho –que es gratis- y se toma una Coca Cola.
Entonces, Charo agarra la guitarra y sube un coro de niños marplantese -“Color Humano”- a cantar en lengua qom. “Ya que nuestros chicos aprenden tan fácilmente por fonética inglés por qué no hacer que aprendan nuestras lenguas originarias”, se pregunta, nos pregunta.
Tonolec se presenta esta vez en su formato de trío electrónico, con Lucas Helguero en la percusión, parte fundamental en los picos altos del show.
“Cantos de la tierra sin mal” es el último trabajo de los Tonolec y varias de sus canciones suenan esta noche. “Se las van a tener que llevar en su memoria”, se escucha desde el escenario. Es que el disco está agotado y sólo trajeron unos pocos para vender. Todo un síntoma de que el camino que eligieron les está dando frutos.
