Sábado 29 de junio | Mar del Plata
16/06/2024

Verónica Llinás apuesta por “la irreverencia” del humor y lo espeja con “Antígona en el baño”

Previo a las funciones en Mar del Plata, la comediante confía en el “trabajo en equipo” y la necesidad de que la cultura “resista” para no ser una “colonia”.

Verónica Llinás apuesta por “la irreverencia” del humor y lo espeja con “Antígona en el baño”
(Fotos: prensa "Antígona en el baño")

Con la irreverencia y el humor que la caracteriza, Verónica Llinás vuelve a Mar del Plata con “Antígona en el baño”. Gracias a la gira nacional que emprendió con su proyecto más personal hasta el momento, la actriz asegura que tuvo una “intuición” que la hizo encarar la pieza desde la dramaturgia, dirección y actuación pero que el éxito radica en el “equipo potente” que supo reunir su talento en pos de la obra. Con una mirada crítica sobre la realidad, argumenta la importancia de fomentar las artes y la cultura y lamenta el “grado de virulencia” actual: “Al humorista, o a quienes actúan, no se les pide lo mismo que a los políticos”.

“Vuelvo con muchísima alegría a Mar del Plata”, aclara de entrada Verónica Llinás en una charla con Qué digital. En esta ocasión, la artista asume el protagónico con su proyecto más personal, pero además cumple otros dos roles fundamentales, ya que “Antígona en el baño” tiene coautoría junto con Facundo Zilberber y codirección con Laura Paredes. “Es una obra que me habían ofrecido hace muchísimos años pero en ese momento no la pude hacer, y Facundo (Zilberberg) me dijo que si me gustaba y la quería hacer me esperaba, lo cual también fue un gesto muy lindo”, comparte a días de sus dos funciones en la ciudad.

“Antígona en el baño” se presenta este jueves a las 21.30 y sábado a las 20 en el Centro de Arte Radio City + Roxy + Melany, ubicado en San Luis 1750 de Mar del Plata. Las entradas de entre $16.000 a $20.000 se pueden adquirir directamente en boletería o en la plataforma Plateanet, con un recargo administrativo.

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A lo largo de su carrera, Verónica Llinás encaró diferentes proyectos, algunos con los que hizo temporada en Mar del Plata, como es el caso de “Dos locas de remate” junto a Soledad Silveyra. “Después me ofrecieron obras que no me gustaban y en un momento me di cuenta que lo que quería hacer era esa obra que había leído“, sostiene.

En este sentido, comparte que originalmente el autor “la había escrito para un teatro más off, para gente más teatrera y tuve la intuición de que era una obra que podía ser para un amplio público, más popular y para eso necesitaba una adaptación”, destaca.

Verónica Llinás regresa a Mar del Plata con Antígona en el baño

“Cuando los productores me preguntaron qué quería hacer porque no me gustaba nada de lo que me ofrecían les hablé de esta obra y lo bueno es que me tuvieron confianza. Les dije que la iba a adaptar para el público que no conociera la tragedia de Sófocles”, recuerda y agrega: “Tanto ellos como el autor confiaron en que hiciera la adaptación y cuando la terminé le encantó, al punto que no la iba a hacer como era antes y me propuso hacer una coautoría”.

“Siempre me metí en los proyectos mientras los directores me dejaran, en general siempre me gustó proponer, por eso también me animé a hacer esto. Es un trabajo que ya venía haciendo en otras obras, solo que no era reconocido y ahora tiene mi nombre y apellido“, resalta.

EL HUMOR COMO “ESPEJO RIDICULIZADO” DE LA ACTUALIDAD

Desde el punto cero, Verónica tenía muy claro qué quería y cómo lo quería plasmar sobre el escenario. Pero como es complejo autodirigirse, la artista pensó en sumar a Laura Paredes, a quien define como “una excelente actriz, dramaturga y directora” además de su cuñada”. “Fue el combo perfecto de cariño y talento”, indica.

Es por eso que “Antígona en el baño” tiene el sello y la identidad humorística de Verónica Llinás. “Realmente tiene mucho de mí y se sumaron los actores ideales, en su momento con Esteban Lamothe que no podía salir de gira y ahora se sumó Darío Lopilato con toda su energía y Héctor Díaz que está desde el primer momento. Es un trabajo muy de equipo, muy generoso por parte de ellos porque le dieron los últimos toques con los ensayos”, señalá.

“Estoy muy contenta del equipo que pude armar, incluso la asistente de Dirección es Silvina Arias, que también es directora. Se armó un equipo de gente muy potente, talentosa y generosa en el cual me siento muy contenida”, subraya. Luego de haber protagonizado diferentes elencos en temporada, la actriz reafirma que en el teatro comercial “la modalidad de trabajo es muy antigua”. “Es un teatro que por lo menos a mí no me interesa. Me gusta lo que surge del trabajo en equipo, los actores que piensan en sus personajes en función de la obra”, define.

Verónica Llinás en Mar del Plata con su proyecto más personal

Ignacia es el personaje que interpreta Verónica Llinás, es una “estrella” de otra época que está a punto de salir a escena después de un largo exilio en la televisión. A la edad y la decadencia del cuerpo, se suman otros miedos inconfesables. “Ella que está traumada con un montón de cosas de nuestra existencia da pie a un montón de cosas delirantes“, adelanta.

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En la intimidad que propone un baño, la actriz entra en crisis y da pie para que aparezcan sus “aliados”. El hijo de su representante de siempre, con la actuación de Darío Lopilato, hace lo que puede. “La obra está plagada de momentos muy graciosos y le aportó toda la carga de comicidad que trae al personaje”, sugiere.  Además, se destaca el trabajo Héctor Díaz, quien está desde el inicio en la obra como un “coach ontológico” especialista en asistir a víctimas de tragedias. “Hay muchos truchos, y la tiene medio cooptada a Ignacia con eso de que hace paisajismos de la mente; es muy gracioso lo que hace”, comparte.

“Siempre es una pregunta cómo va a responder el publico. Acá en Buenos Aires están por ahí acostumbrados a ver propuestas no tan convencionales, y la verdad que lo que está pasando en la gira es alucinante. No se les escapa un solo chiste, están muy entregados, muy agradecidos y receptivos”, aprecia la profesional con amplia trayectoria.

“AL HUMORISTA NO SE LE PIDE LO MISMO QUE A LOS POLÍTICOS”

La actriz que comenzó su carrera en la década del ’80 con Las Gambas al Ajillo en el Centro Parakultural y se popularizó en los ’90 con “El palacio de la risa”, de la mano de Antonio Gasalla, sostiene que “se puede hacer humor con todo”. “En lo personal, hay cosas con lo que me cuesta más. No es lo mismo el humor que burla, hay un distanciamiento sobre el tema”, admite.

Sin embargo, Verónica no es inocente y plantea: “Ahora, con la situación que vivimos donde hay muchísima sensibilidad en la gente, donde se empezó a desarrollar una especie de cancelación y todo empezó a ser comprendido en términos binarios, ahí ya estamos más complicados y eso obviamente los productores no lo quieren porque también hacen un gran esfuerzo”.

Hay mucha gente que está predispuesta para ofenderse, entonces prácticamente no se puede hacer nada“, insiste y por eso establece: “En este momento, me da mucha pena y creo que a quien escribe, al humorista, o a quienes actúan, no se les pide lo mismo que a los políticos. Hay un grado de virulencia que es preocupante”.

El humor refleja la realidad en un espejo medio ridiculizado, lo que está sucediendo. No es responsable. El político es quien puede cambiar cómo se vive. Pero hay mucha gente que no lo ve así y se pone muy violenta; yo no tengo ganas de meterme en ese barro. Es una pena que no se den cuenta que se está perdiendo la irreverencia que tiene el humor.

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Para terminar, y en la previa de la continuidad de la gira de “Antígona en el baño”, Verónica Llinás comparte sus sensaciones frente al ataque que reciben por parte de la gestión política nacional los colectivos artísticos y en particular, la cultura. “Si nuestras expresiones culturales -nuestro cine, teatro, libros- empiezan a desaparecer, aquello que nos identifica y muchas veces nos representa y muy bien, vamos a empezar a ser una colonia de un imperio“, ejemplifica.

“La cultura y todas las artes son los pilares que tiene una sociedad pensante, como la ciencia o el desarrollo de la sensibilidad. Generar un país sin eso logra que se pueda dominar una sociedad más manipulable“, enfatiza.

Para reforzar esta idea, la actriz recuerda lo que escuchó en un podcast sobre la sociedad Neandertal. “Hace cien mil años atrás eran cazadores y recolectores. Ya en ese entonces hacían pinturas rupestres en sus cuevas y el tipo se preguntaba: ¿por qué una sociedad que estaba escapando de diferentes peligros ‘perdía el tiempo’ en hacer esas pinturas? Y así respondía que es el lenguaje simbólico que tiene que ver con el pensamiento, la identidad y, por lo tanto, con el devenir de nuestra sociedad“, cita.

Por este motivo, Verónica Llinás analiza el presente que atraviesa la sociedad y afirma que le da mucha tristeza que se den “este tipo de discusiones”. “No soy de creer que sin fomento del Estado no hay arte, porque soy un ejemplo de la autogestión, empecé a trabajar sin un peso estatal en un sótano y sin apoyo de nadie“, aclara.

“Lo que sí creo es que la gente que no tuvo la suerte de tener una infancia privilegiada como la mía, sin fomento del Estado no tienen oportunidades y va a quedar afuera. Se pierde de vista que las artes y la cultura son herramientas para salir de la pobreza, cambiar de realidad o de status social”, cierra.

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