Ganar y aferrarse a un casi imposible
Unión, con la soga al cuello, intentará conseguir este sábado un triunfo que le permita soñar con la permanencia, aunque parece estar condenado. Visita al duro Villa Dálmine en Campana.
Unión está aferrado a un casi imposible. Las cuentas comienzan a dar negativo. De hecho, aún ganando los cuatro partidos que le restan no podrá asegurar su permanencia en la B Nacional. Depende de los seis equipos que lo superan en la tabla de los promedios. El margen es casi nulo, por tanto ya un mínimo traspié decretará el descenso. Debe ganar lo que resta para mantener la ilusión.
El primero de esos cuatro cotejos será este sábado, a las 15.30 frente a Villa Dálmine en Campana. Un rival que pugna por meterse entre los primeros y poder meterse al reducido por el ascenso a Primera. Una realidad completamente opuesta a la de los marplatenses.
Decir que será complicado, ya es una obviedad. No porque Unión tenga un mal momento futbolístico, sino por el aspecto psicológico. El ánimo del plantel repercute en el juego claramente, más allá que sea superior al rival de turno. Algo que se acrecienta, sumando que ya son 15 los partidos consecutivos sin victorias.
Una racha que se inició bajo la conducción técnica de Gustavo Noto, pero que Walter Otta no pudo torcer. El nuevo entrenador tiene dos empates y tres derrotas desde su llegada. Buscó variantes, darle su idea al plantel, pero hasta el momento no hubo caso.
Para el partido de esta tarde, retornarán tras purgar sus respectivas fechas de sanción Sebastián Álvarez y Juan Ignacio Alesandroni. El defensor reemplazará a Brian Cucco, respecto del equipo que viene de igualar sin goles con Ferro; mientras que el capitán lo hará por Jorge Peirone, corriéndose Ezequiel Melillo a la franja derecha del mediocampo. El resto, igual.
