El precio de la seguridad
Editorial QUÉ, en la radio
Si el precio de la seguridad es el de miles de policías nuevos en la calle, sin vocación de servicio, sin formación, sin control, entonces el precio que pagamos es demasiado caro.
Si el precio de la seguridad es que la policía le pueda pedir documentos a cualquiera, pueda pueda apretar a cualquier, golpear a cualquiera, detener a cualquiera, amenazar a cualquiera, reprimir a cualquiera, entonces el precio que pagamos es demasiado caro.
Si el precio de la seguridad es que ahora les roban a los que menos tienen e importan, que ahora el robo es con el precio de la comida, que ahora el robo es la inflación que no porta arma, entonces el precio que pagamos es demasiado caro.
Si el precio de la seguridad es un policía que balea la casa de su suegra, efectivos acusados de torturar a un militante, oficiales señalados por golpear chicos, entonces el precio que pagamos es demasiado caro.
Si por seguridad vamos a pagar libertad, estamos pagando un precio demasiado caro.
