Molinos de viento
Editorial QUÉ, en la radio
El Ministerio de Trabajo continúa tomado por los trabajadores de Argen-pesca y ya parece una joda de mal gusto. Hace cuarenta días que duermen, comen, respiran y viven ahí y lo único que pasó fue que el Ministerio de Trabajo se mudó de lugar y funciona, a los ponchazos, en otra oficina. En vez de solucionar el tema para que todo vuelva a la normalidad, la burocracia se corrió de lugar.
Cuarenta días en los que los trabajadores están encerrados, enrejados por la policía que decidió aislarlos todavía más. Cuarenta días en los que decidieron tomar el Ministerio de Trabajo, al que de símbolo de respaldo a los trabajadores le quedó poco. Cuarenta días en los que con la toma quisieron visibilizar un reclamo que se volvió invisible, un reclamo quijotesco contra los molinos de viento, movidos por ese viento que soplan siempre los mismos empresarios y políticos.
Y hoy estarán otra vez en el Ministerio de Trabajo, y mañana habrá audiencia y el viernes silencio y el fin de semana vaya uno a saber qué. Y los trabajadores contra los molinos de viento haciendo una pelea imposible, esperando que alguna vez, el viento sople también para ellos.
