Lunes 06 de mayo | Mar del Plata
20/11/2017

Agroquímicos: investigadores del Conicet evalúan la laguna La Brava

Buscan concentraciones relevantes en el ambiente de Balcarce para luego investigar en el laboratorio los efectos en una planta o en un pez.

Agroquímicos: investigadores del Conicet evalúan la laguna La Brava
(Foto: Rucalauquen)

En el marco de evaluaciones que se realizan en torno a la presencia y efectos de agroquímicos en la zona, investigadores miembros del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) de Mar del Plata llevan adelante diversos estudios sen la Laguna La Brava de Balcarce, con el objetivo de buscar concentraciones relevantes en el ambiente para luego investigar en el laboratorio los efectos en una planta o en un pez.

A cargo del trabajo se encuentra Mirta Menone, investigadora independiente del organismo y miembro del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras, quien se recibió de Licenciada en Ciencias Biológicas en el año 1995 y desde allí comenzó su camino en investigación sobre los residuos de plaguicidas en el ambiente. Hoy es la presidenta de la Sociedad de Toxicología y Química Ambiental (Setac) en Argentina, una organización a nivel mundial y sin fines de lucro que reúne a miembros de la academia, industria y gobierno y que tiene como objetivo búsqueda de soluciones a problemas ambientales, regulación de recursos naturales, entre otros.

“Mi trabajo consiste en la investigación y análisis de la presencia de contaminantes orgánicos como los agroquímicos en ecosistemas acuáticos, principalmente de agua dulce por su cercanía a las zonas de aplicación. Esta investigación se realiza no sólo analizando las concentraciones ambientales sino en el laboratorio a nivel suborganismo, es decir, a nivel celular, cromosomas, ADN, genotoxicidad”, explicó la investigadora.

La genotoxicidad es el efecto dañino de contaminantes ambientales sobre el material genético, provocada no sólo por pesticidas sino también, por agentes físicos como la radiación ultravioleta del sol, entre otros. Estos efectos son alteraciones a nivel celular de los organismos, en su información genética y, por ende, en el ADN pudiendo desencadenar por ejemplo enfermedades como el cáncer.

Mirta Menone Conicet

(Foto: prensa Conicet)

Actualmente, su trabajo de campo es en la Laguna La Brava. “Para el estudio de la genotoxicidad, hasta hace poco tiempo, sólo se consideraban los modelosde plantas terrestres como el tomate o la cebolla, lo que impedía extrapolar las alteraciones detectadas al ambiente acuático. Fue un gran paso para la investigación la elección de especies acuáticas nativas de nuestra región, en su mayoría presentes en América Latina, como modelosde estudio”, explicó.

Así nombró como ejemplo el caso de las plantas acuáticas Bidens Laevis (comúnmente “Margarita”) y Myriophyllum quitense (“Gambarrusa”) y de los peces dulceacuícolas Australoheros facetus (“Chanchita”) y de Jenynsia multidentata (“Madrecita o tosquerito”).

Respecto a si se considera algún pesticida en particular para este estudio, la investigadora detalló que en un primer momento se consideraba el Endosulfan pero a partir del 2013 se prohibió su uso en Argentina y en el mundo, y ahora se investiga el Imidacloprid, un producto relativamente nuevo, es capaz de disolverse en agua y hallado aún en bajas concentraciones en el ambiente. Otro compuesto es el Azoxystrobina, que es “un fungicida muy poco estudiado en Argentina y en el mundo” pero es el que tiene mayor presencia dentro del ambiente estudiado, según detalló la investigadora.

“Lo que se busca son concentraciones relevantes de estas sustancias en el ambiente. Es decir, cuanta cantidad real existe, para luego investigar en el laboratorio los efectos en una planta o en un pez en función de estas concentraciones”, detalló y señaló que este trabajo “sería un disparador para hacer focos en potenciales problemáticas relacionadas a los peces que se consuman provenientes de la laguna La Brava, por ejemplo, el pejerrey”.

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20/11/2017