Estudio revela “malos hábitos” en la manipulación de alimentos
Un trabajo elaborado por el observatorio de la Universidad Fasta da cuenta de numerosas “irregularidades” a la hora de la adquisición, conservación y preparación por parte de los marplatenses.
El manipulador de alimentos, como agente activo en la cadena alimentaria, fue el objeto de un análisis elaborado por el observatorio de la Universidad Fasta, que demostró ciertos “malos hábitos” utilizados por marplatenses a la hora de la adquisición, conservación y preparación de alimentos.
El estudio incluyo una muestra conformada por 536 personas mayores de edad, principalmente empleados y estudiantes, que realizan compras y almacenan los productos alimentarios que se consumen en su hogar.
Respecto al comportamiento de los encuestados al momento de adquirir productos alimentarios, tres de cada cuatro tienen en cuenta el estado del envase del producto que adquiere. Los que lo hacen a veces, refirieron hacerlo ante productos enlatados.
Por otro lado, el estudio establece que menos de la mitad de los encuestados lleva a cabo de manera adecuada la compra de los alimentos, teniendo en cuenta la conservación de la cadena de frío de los productos frescos. “El 52% adquiere los productos antes o durante el transcurso de las compras o bien, lo hace en sitios diferentes al común de la mercadería y esto implica mayor tiempo”, detalla.
En cuanto a la conservación de los alimentos, el informe se centró en el huevo. “Es un alimento de alto riesgo, poseedor de condiciones necesarias para el crecimiento, desarrollo y reproducción de la bacteria Salmonella. De allí el riesgo que acarrea el conservar dicho producto, sin el acondicionamiento adecuado, directamente en la heladera, favoreciendo la contaminación del resto de los alimentos refrigerados”, introduce.
En ese sentido, da cuenta que esa conducta inapropiada es la más implementada por la población objeto de estudio, realizada en el 65% de los casos. “Lo mismo sucede en el caso del 13% de los encuestados implementa técnicas inadecuadas guardándolos sin acondicionamiento previo en la heladera e higienizándolos sólo antes o en el momento de usarlos”, suma.
La encuentra realizada por el observatorio hizo foco en que el 86% de los encuestados señalaron que al menos en alguna oportunidad cocina los alimentos que se consumen en su hogar. A partir de allí detallaron que el 70% identifica la temperatura para que la cocción sea correcta e inocua (mayor a 70ºC).
Por otro lado, advierte que un amplio porcentaje de los encuestados emplea conductas potencialmente riesgosas de generar contaminación cruzada durante la preparación de alimentos para su consumo. “La contaminación cruzada, generada tras la mezcla de utensilios o contacto entre alimentos crudos y cocidos, es un gran factor desencadenante de intoxicación o infección alimentaria”, explica.
A modo de evaluación general, el informe establece que “más de la mitad de los encuestados manifiesta no atribuir la suficiente importancia a sus prácticas de manipulación y conservación de alimentos”.
“La realidad es que todas las personas en algún punto son manipuladores de alimento: compran, almacenan, elaboran y/o conservan alimentos para sí o para otros, por lo que sería interesante e importante que la capacitación fuera generalizada, incluyendo tanto a quienes elaboran alimentos en su hogar, a quienes trabajan con alimentos, al personal docente y sanitario”, concluye.
