¿Por qué se comen ñoquis los 29?
La tradición gastronómica se remonta trece siglos atrás en Italia. El clásico plato es el protagonista de las mesas argentinas.
Los ñoquis -del italiano gnocchi y también ‘grumo’ o ‘pelotilla’- tienen distintas opciones gastronómicas que varían entre ricota, sémola, calabaza o espinaca. Aunque su delicia no se pone en duda, los historiadores afirman que el auténtico ñoqui es el que se hace con papas. Generalmente se usa el eufemismo, también, como insulto a la dirigencia política corrupta y al vago, argumentando que en vez de presentarse a trabajar, se presenta los días 29 de cada mes a cobrar su sueldo sin trabajar.
La principal hipótesis data por 1880 en Italia. Dicen las malas lenguas que ante la suba de precios de la harina impulsada por los molineros mucha gente optó por mezclar un poco de ese producto con un puré de papas y, después de darle forma, hacer esos pequeños bollitos que luego se hervían en agua con sal y al agregarle salsa de tomates, se convirtió en un plato muy atractivo. En poco tiempo, aquella receta se convirtió en algo común, sobre todo en los hogares más humildes.
Aunque los ñoquis son típicos de la cocina italiana, existen platos con similar preparación en la cocina austriaca (Schupfnudeln), alemana, húngara, eslovena, rusa, argentina, chilena, paraguaya, uruguaya, costarricense, venezolana y polaca. Lo cierto es que esa mezcla de un producto del “Nuevo Mundo” como la papa, con otro del “Viejo continente” la harina de trigo o la sémola, generó la original creación.
Pero lo que provocó la tradición de servir ñoquis los días 29 fue otra acción. La historia se remonta al siglo VIII, en Nicosia (Asia Mayor) vivía un joven médico llamado Pantaleón, quien, tras convertirse al cristianismo, peregrinó por el norte de Italia. Allí practicó milagrosas curaciones por las que fue canonizado. Cuenta la leyenda que un día Pantaleón le pidió pan a unos campesinos vénetos, éstos lo invitaron a compartir su pobre mesa. Él muy agradecido, les anunció un año de pesca y cosechas excelentes. La profecía no solo se cumplió sino que estuvo acompañada de otros milagros.
El episodio con los campesinos ocurrió un 29, por esta razón se recuerda ese día con una comida sencilla representada por el ñoqui. Y el ritual que lo acompaña de poner dinero bajo el plato simboliza el deseo de nuevos regalos. Es costumbre dejar un billete debajo del plato para poder atraer de esta forma suerte y prosperidad al comensal.
Otra versión mucho más popular de la historia hace referencia a que al día 29, al ser uno de los últimos días del mes, las personas con pocos recursos o que cobran a principio de mes el sueldo no tenían dinero más que para comer lo que estuviera hecho de las materias primas más baratas.
