Lunes 13 de mayo | Mar del Plata
28/06/2015

“Mecheras”: el perfil de un delito menor con elevada reincidencia   

Según datos de la Fiscalía de Flagrancia, el 90% de las mujeres que opera bajo esta modalidad tiene entre 30 y 40 años y “son siempre las mismas”. La mayoría de los hechos ocurre en supermercados y locales de ropa. Solo una minoría es denunciada.

“Mecheras”: el perfil de un delito menor con elevada reincidencia   
La mayoría de los hechos se produce en supermercados (Foto: ilustrativa / QUÉ Digital)

Dos o tres mujeres entran a un local de ropa. Simulan ser clientas y una de ellas mira las prendas a la venta mientras las otras se encargan de distraer a la empleada para que la primera, disimuladamente, se guarde mercadería en una mochila o entre la misma ropa que lleva puesta. La modalidad solo a veces es detectada, la mayoría de las veces no se denuncia y en el 90% de los casos las denominadas “mecheras” son mujeres de entre 30 y 40 años que en caso de ser aprehendidas quedan detenidas por algunas horas, pero luego salen en libertad y la mayoría reincide.

Si bien las “mecheras” son asociadas al hurto en comercios de indumentaria, lo cierto es que en Mar del Plata la mayoría de los hechos se produce en los supermercados. Al menos, es donde con mayor frecuencia se detectan, debido a la presencia de personal de seguridad.

La modalidad es la misma, solo que en este caso los bienes sustraídos son generalmente comestibles o productos de higiene de todo tipo.

Fuentes de la Fiscalía de Flagrancia del Departamento Judicial Mar del Plata consultadas por QUÉ indicaron que los robos de “mecheras” en supermercados “son prácticamente diarios” o al menos “se registran varios cada semana”. Buena parte de ellos se ocurre en el sector de góndolas de “lácteos”, “limpieza” y “perfumería”.

APREHENDER SIN PREVENIR

La forma en la que particularmente en los supermercados las mujeres que delinquen son detectadas y demoradas genera una controversia dentro del Poder Judicial.

Al respecto, desde la Fiscalía de Flagrancia dejaron entrever que el problema radica en que si bien el personal policial que está en los supermercados ya conoce a quienes roban de esta manera, en general esperan hasta que lleguen a la línea de cajas para secuestrarles los artículos que intentan ser robados y luego proceden a aprehenderlas, cuando algunos jueces señalan que se debería advertirlas al ingresar para que no lleguen a consumar el hecho. Pero sin dudas la contracara de esta visión, por el principio de inocencia, es el prejuicio.

EL DELITO

El perfil de las “mecheras” está configurado en función de las mujeres que son aprehendidas por esta modalidad delictiva. En promedio, en el 90% de los casos tienen entre 30 y 40 años, son reincidentes y “lo hacen por necesidad”. Sin embargo, habitualmente se registran casos que involucran a mujeres mayores y sin aparentes necesidades económicas.

La mayoría de los hechos en los que “mecheras” logran ser aprehendidas, la causa queda caratulada como “tentativa de hurto”, un delito menor que deriva en no más de unas horas o días de reclusión en la Unidad Penal Nº 50 de Batán.

“En general quedan libres al poco tiempo y vuelven a delinquir”, comentaron fuentes de la Fiscalía de Flagrancia.

Los hechos no respetan zonas, sino que se producen sobre todo en las grandes superficies comerciales tanto del centro de Mar del Plata y los alrededores, como en los barrios y las ferias comunitarias.

Sin embargo, la cantidad de hechos bajo la modalidad de las “mecheras” es significativamente inferior al que llega a denunciarse. Mientras que en los supermercados, por la presencia de personal de seguridad, en varias oportunidades se concreta la aprehensión y la denuncia, en los locales de ropa es muchas veces el propio personal del comercio el que debe accionar y dar aviso a la policía, ya que -según indicaron- naturalmente los hurtos se registran en mayor medida en aquellos que no tienen vigilancia.

PEQUEÑOS COMERCIOS, UN GRAN PERJUICIO

Para los comercios del rubro textil, la problemática de las “mecheras” no es nueva, aunque sí más recurrente que antes desde hace algún tiempo. La mayoría de los hechos se registra en aquellos que venden indumentaria femenina.

En muchos locales se ven obligados a contar con más de una empleada para evitar justamente la estrategia que usualmente implementan: la distracción.

“Si tenés una sola empleada es más fácil que te roben y ni se da cuenta. Pero a veces lo cierto es que no podés pagar dos empleadas porque tampoco hay venta y entonces terminás perdiendo por evitar que te roben”, comentó un comerciante de la calle Rivadavia.

Otro comerciante del microcentro explicó también que “son siempre las mismas, todos las conocen”. “Van y vienen, andan por el centro, distraen y donde pueden te roban. A veces ni se toman la molestia de distraer a la empleada. Entran y te sacan la ropa del perchero de una”, sumó.

Fuera de la temporada, cuando las ventas bajan y lo que a muchos les queda es “pasar el invierno”, el robo de mercaderías en pequeña o mediana escala puede generar “un gran perjuicio” en los comercios más pequeños del rubro.

Así, el comerciante es consciente y tiene prácticamente naturalizado que por el encuadre legal del delito, seguramente no será la última vez que el robo bajo esta modalidad ocurra en su local.

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28/06/2015