Viernes 17 de mayo | Mar del Plata
04/04/2015

Ser vegano, todo un estilo de vida

Un grupo de jóvenes activistas de Mar del Plata compartió los detalles de esta “cultura ética” sobre la que aún pesan prejuicios. Su alimentación, el impacto sobre la salud y el amor por los animales, parte de una filosofía que pone en jaque “lo normal”.

Ser vegano, todo un estilo de vida
(Fotos: Lucho Gargiulo)

Existe una concepción social que divide a “lo normal” de lo otro, lo diferente, lo alternativo. Entre el desconocimiento, la ignorancia y un prejuicio en franca caída, muchos son los que piensan que veganos son simplemente aquellas personas que no consumen carnes. Otros creerán que solo se alimentan a base de semillas, soja y frutas, y que esto es perjudicial para la salud. Pero estos preconceptos, son falsos. Y para refutarlos, alrededor de una mesa de deliciosa comida, un grupo de jóvenes veganos de Mar del Plata le contó a QUÉ cómo es su estilo de vida dentro de lo que definen como “una cultura ética”.

Hay empanadas, salchichas, medialunas y tortas. Ivo, Natalia, Ana y Oba fueron los encargados de preparar los platos con la excusa de hablar sobre veganismo, el estilo de vida que eligieron y que -aseguran- no solo mejoró su salud, sino también su energía y vitalidad.

El primer paso consiste en aclarar un punto clave: la diferencia entre una persona vegetariana y una vegana. “Tenemos una dieta vegetariana estricta, pero el veganismo es el estilo de vida que llevamos”, afirmaron los jóvenes y luego garantizaron: “No nos falta nada en la alimentación”.

Según comentaron, en general las personas se vuelven veganas a partir de una conciencia ética y ecologista, o bien para preservar su salud. En ambos casos, hay una premisa que se comparte: evitar y repudiar el maltrato animal, y concebir a los animales como seres iguales. Y entonces, como pares, en esta lógica no hay necesidad de maltratar a otro para subsistir.

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“El estilo de vida que estamos eligiendo es mejor para nosotros, para ellos (los animales) y para la tierra. Es la forma de vivir en este paradigma causando el menor daño posible”, aseguró Ivo durante el almuerzo, al que luego se sumaron Fernando y Olivia, otros dos jóvenes veganos que comparten el amor por los animales.

EL PREJUICIO: ¿CÓMO NO VAS A COMER CARNE?

Para aquellos que -por ejemplo- se criaron en una zona rural, donde matar a un animal para su consumo es una práctica diaria, puede llegar a ser inentendible e irreproducible el concepto de veganismo. También resulta difícil de comprender entre quienes, por distintos motivos, jamás se plantearon que comer alimentos derivados de animales conlleva un maltrato hacia los mismos.

Muchos de los jóvenes que eligieron este estilo de vida tuvieron que lidiar con padres y abuelos para que aceptaran y respetaran su decisión, que va más allá de dejar de comer carne.

“Cuando le conté a mis viejos que era vegano, les mostré lo que era y se adaptaron, porque no les implicaba ningún problema. Se preocuparon por mi salud, pero vieron que estaba todo bien. Fuimos a una nutricionista que es vegetariana y nos dijo que mi alimentación estaba bien”, explicó uno de los activistas.

Sin embargo, aseguran que ese prejuicio va en caída. Hoy, cuando Ana prepara su comida, sus padres se animan a probar y disfrutan de ese sabor diferente.

Pero ser vegano va más allá de no comer carnes. “El veganismo es una cultura ética. No vamos a circos, zoológicos… no consideramos que los animales sean recursos, sino seres independientes”, aclararon.

A su vez, tampoco utilizan productos testeados en animales, es decir, que involucren cierta “crueldad animal”. Este aspecto incluye todo tipo de productos, incluso aquellos de higiene personal.

“Investigamos qué marcas no testean con animales. Hoy por hoy corre mucha información. Entonces te vas enterando y le vas contando a los demás”, señalaron.

En este sentido, advirtieron que “lo que permite que la gente cometa crueldad contra los animales es la desinformación”, ya que “desde chicos nos educan y nadie le enseñaría al otro a hacerle mal a un animal, pero a lo mejor no sabés que le estás haciendo mal”.

 ¿ES MÁS CARO SER VEGANO?

En el aspecto económico, la alimentación vegana “es como todo”. Los activistas afirman que “podes llevar una dieta muy cara o muy barata”, como quienes sí comen todo tipo de comidas.

“Yo particularmente como mucha fruta y me sale bastante barato. Hay gente que está acostumbrada a hacerse recetas bastante elaboradas y complejas, que está muy bueno y hay comida muy rica, pero sale más caro”, aclaró uno de los jóvenes.

En Mar del Plata son escasos los locales gastronómicos que cuentan con platos en el menú especialmente preparados para veganos, pero no hay comercios íntegramente veganos como sí ocurre en Buenos Aires, otras capitales provinciales o bien en otros países

“Como el veganismo está en crecimiento, muchos quieren captar ese público. Pero muchos mienten o hacen publicidad engañosa”, aclararon.

A COMER

Como en cualquier tipo de cocina, la comida vegana requiere de la inventiva y la creatividad. La alimentación puede ser igualmente estricta de la mano de comidas simples o bien con platos elaborados.VEGANOS 03

Dentro de este estilo de vida en alza, existen ingredientes que reemplazan a otros y una combinación de sabores que, en algunos casos, puede lograr que un almuerzo sea más rico, nutritivo y sano que uno “normal”, según la concepción social.

La carne vegetal, conocida como seitán, combinada con fécula de mandioca, puede dar como resultado unas deliciosas empanadas.

Las leches vegetales (de coco, alpiste y maní, entre otras) permiten hacer quesos, leche, dulce de leche y todo tipo de derivados lácteos.

Recientemente este grupo de jóvenes activistas de Mar del Plata descubrió que, en recetas dulces, el huevo puede ser reemplazado por banana con el mismo resultado. Y que a partir del agua de los garbanzos se puede hacer merengue.

Medialunas con margarina vegetal, salchichas con gluten, tortas también aptas para celíacos y recetas con semillas, enriquecen el libro de recetas de la cocina vegana.

En definitiva, “con un poco de inventiva en la cocina podés hacer de todo”. Además, aseguran que la comida vegana “es más liviana: comes mucho y tardás más en llenarte”.

ACTIVISMO

Los activistas que comparten este estilo de vida están convencidos de que es posible vivir sin explotar a otros animales. Entonces, analizan: “Si no necesitamos comerlos para estar sanos, ¿para qué les vamos a generar dolor?”.

Fernando y Natalia son veganos desde hace tres años. El primer paso fue dejar las carnes. Afirman que no les costó y que fue “de un día para otro”. Pero la alimentación vegeteriana, en el marco de este estilo nuevo de vida, les pareció “una hipocresía”, porque sí seguían consumiendo alimentos y productos elaborados a base de animales.

Entonces, de a poco, llegó a sus vidas ese cambio de mentalidad. El que les permitió comprender que la industria láctea conlleva un “maltrato” hacia las vacas; que el consumo de carnes se desprende de matar a otros animales; que la miel también es parte de esa supuesta superioridad del hombre por sobre los insectos; y que la vida de un ser humano puede desarrollarse sin la necesidad de explotar a otros seres vivos.

Esa mentalidad, es parte del cambio social que los activistas promueven. Saben, sin embargo, que ir contra los prejuicios que aún rigen, no es tarea fácil. Sin embargo, quienes llevan una dieta vegetariana saludable y un estilo vegano comparten una filosofía de vida, un respeto superlativo por los animales, una revisión de lo socialmente instaurado y un movimiento clave sobre el tablero para poner en jaque lo que por costumbre se concibe como “lo normal”.

“Llegará un tiempo en que los seres humanos se contentarán con una alimentación vegetal y se considerará la matanza de un animal como un crimen, igual que el asesinato de un ser humano”.

Leonardo Da Vinci

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04/04/2015