Miércoles 08 de mayo | Mar del Plata
01/07/2016

Encuentros sonoros, un espacio de intercambio cultural

Una apuesta musical sin escenarios elevados, que propone otra manera de relacionarse con el arte. “En los encuentros predomina el silencio y la máxima atención al artista”, dicen quienes se encargan de la organización.

Encuentros sonoros, un espacio de intercambio cultural
Postal de uno de los encuentros sonoros realizado en la ciudad (Foto: Valentina Baldini)

Fue el cumpleaños de Juan Espósito y el homenaje fue un nuevo encuentro sonoro. Juan es saxofonista y viajante -con sólo 26 años conoció más de 35 países en los distintos continentes-  y todos esos lugares los recorrió con la palabra y la música. Así fue que conoció gente como él, con ganas de juntarse, tocar y cantar.

Los encuentros sonoros son espacios de intercambio musical en donde no hay escenario elevado pero sí se destina un lugar definido para los instrumentos con micrófonos y amplificadores de uso común. Surgen en el aire del vivo, cuentos y notas de todo el mundo. De gente que anduvo de “acá pará allá” y retuvo en su mente historias de vida que sólo sabe transmitir desde el arte.

Este domingo hubo un encuentro realmente inolvidable para todas las personas que allí estuvimos. Nos sobrevolaron con destreza mantras, coplas, tangos, folklores, vidalas, rocks, jazz, cumbia, reggae, fusión y por supuesto, sonidos imposibles de clasificar. Sonaron instrumentos extraños y refinados como los cuencos tibetanos y el armonio hindú, entre las guitarras clásicas y eléctricas. Llegaron los relatos de algunos linyeras, de algunos besos, de algunos desamores y de otras experiencias no menos importantes.

Para saber más sobre la teoría y la praxis de todo esto, le pedí a Juan que explique sus ideas para QUÉ; porque a este diario online le interesa la cultura que se gesta en Mar del Plata.

– ¿Qué son los encuentros sonoros?

– Son espacios de expresión. Conciertos donde se presentan entre cinco y siete espectáculos musicales (pueden ser solistas, o pequeños grupos). Cada artista toca unas cuatro o cinco canciones lo que genera dinamismo y sobre todo, hace que la expresión del artista sea corta y concreta, dejando claro su mensaje. Esto hace al público predisponerse a recibir, independientemente del gusto por género musical, timbre de voz o instrumentación. En los encuentros predomina el silencio y la máxima atención al artista, no tanto desde la intelectualidad, sino desde la transmisión de la emoción. También ocasionalmente se han sumado intervenciones de pintura en vivo, lectura de poesías o narraciones.

– ¿Quiénes  pueden participar? 

– El mejor adjetivo para definir al público que asiste es perceptivo, es decir, artistas de la escucha. En general, la mayor parte del público que asiste a ver, tiene alguna implicancia con alguna rama del arte. Al tratarse de una casa, asisten entre 40 y 50 personas por evento, y por eso, quienes tocan también pasan a ser parte del público, generando una sana y necesaria interacción entre pares, encontrándose y compartiendo desde ambos lados.

– ¿Cuál es el objetivo?

– La idea es generar un espacio donde no haya intermediarios entre el corazón del artista y el corazón de la audiencia. En un bar o en otros lugares destinados para recitales o conciertos, la atmósfera es diferente y es más difícil expresarse desde la pureza.

– ¿Querés agregar algo más?

– No circula dinero en ninguna de sus formas (nadie cobra, nada se vende). Está todo hecho desde el amor: alguien abre las puertas de su casa y siempre están quienes traen los equipos de sonido, quienes decoran el lugar, quienes limpian, ordenan y hacen asistencia en general. Se forma así un lindo equipo, espontáneo y desinteresado. Por último, quiero decir que hay disposición a nuevas propuestas para la gente que le gustaría abrir su lugar como así también para los artistas que busquen un espacio como éstos para compartir sus canciones.

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01/07/2016