Jueves 02 de mayo | Mar del Plata
29/10/2016

“Mi relación con la música es de necesidad espiritual”

El virtuoso guitarrista Luis Salinas presentó en el Auditorium “El tren”, un álbum quíntuple en el que toca solo, acompañado con su hijo y con banda completa. “En lo afectivo, es un disco muy importante para mí”, dijo el músico.

“Mi relación con la música es de necesidad espiritual”

“Hay músicos que tocan y otros que si no tocan se mueren, yo siempre he sido de los últimos y no le busco mucha explicación”, dice Luis Salinas, como si estuviera definiendo en muy pocas palabras toda la concepción de su vida como artista. “Mi relación con la música es de necesidad espiritual”, completa.

La música como necesidad. En tiempos donde todo está cuestionado, donde la política está cuestionada, el fútbol está cuestionado y la cultura está cuestionada, Salinas lanzó el quíntuple disco El tren y habla de la música como necesidad. Lejos de cualquier pose intelectual sensible, el guitarrista habla de la música como necesidad. Se necesita música.

Luis Salinas presentará este sábado desde las 21 El tren en la Sala Piazzolla del Teatro Auditorium. El tren es un disco quíntuple dividido en tres “vagones”: El tren sólo guitarra, interpretado íntegramente en solitario por Salinas; El tren sólo Salinas, grabado a dúo con su hijo Juan y El tren Latin Rock, donde aparece junto a su banda compuesta para la ocasión por José Reinoso, Christian Galvez, Martín Ibarburu, Pocho Porteño y nuevamente su hijo.

La música como necesidad.

El tren aparece 5 años después de Sin tiempo, el anterior trabajo discográfico de Salinas, un tiempo que para los años de consumo caníbal actual pareciera una eternidad, pero para el músico fue el justo, el necesario.

“Me gusta siempre mirar atrás cuando hago un disco y el disco anterior había sido muy fuerte. Un disco grabado en el estudio de Lito Vitale, que se comportó como un hermano que te da las llaves de su casa para que hagas lo que quieras. Fue un disco en el que tocó Tomatito y Diego Amador y tuve la dicha y el honor que le pusiera una letra a un tema mío Spinetta y lo cantara. Fue un disco que fue nominado a un Grammy, fue muy fuerte”, recuerda Salinas antes de ponerse a hablar de El tren.

La música como necesidad.

-¿Por qué llega este disco ahora?

-Al no estar con una compañía discográfica que te obligue a grabar un disco por año lo bueno es que uno graba cuando lo necesita. Y yo necesité después de cuatro años volver a grabar. Y al mirar para atrás hice un solo de guitarra, que es la continuación del primer solo de guitarra que hice en el 2000, cuando Juan tenía un año; después el dúo, porque me pareció que era el momento para que Juan grabara. Y después, entró el grupo, con Chirstian Galvez que para mí es el mejor músico chileno de todas las épocas, José Reynoso que es el pianista más fino que escuché en Uruguay, Pocho en la percusión, Martín Ibarburu en batería y la frutilla del postre es Juan, que le da esa cosa rockera con su guitarra rockera.

-¿Cómo surge el nombre?

-No sabía que nombre ponerle. Había pensado en “El regreso”, pero me parecía muy grandilocuente. Después “La vuelta”, porque hay un tema que se llama así en el disco, pero también me parecía grandilocuente. El disco empieza con el tema “El tren” con guitarra sola, se repite a dúo con mi hijo y después con la banda entera. Entonces Juan me dice: “El disco es como un tren que sale de la estación y se va subiendo gente”. Así que le pusimos El tren, tiene que ver con la necesidad de ser del disco, de cosas que yo pienso y luego van sucediendo.

-¿Por dónde pasa esa necesidad de la que hablás?

-Siempre digo que una cosa es tocar porque te gusta, porque querés y otra es porque necesitás hacerlo. Hay músicos que tocan y otros que si no tocan se mueren; yo siempre he sido de los últimos y no le busco mucha explicación. Es como la diferencia de decirle a una mujer “quiero verte” o “necesito verte”. Mi relación con la música es de necesidad espiritual. Es algo difícil de explicar con palabras. Mi relación con la guitarra es que si tengo una cita de cualquier tipo y agarro la guitarra antes llego tarde, más vale que no la agarre.

-¿Pasa seguido?

-(risas) Sí, muy seguido por suerte.

-¿Cuánto fue el máximo tiempo que estuviste sin tocar?

-Cuando hice la colimba, fue muy duro. Tenía 18 y estuve dos años en Infantería de Marina. Por suerte siempre aparece una guitarra.

La música como necesidad.

-¿Cómo fue grabar con tu hijo?

-Difícil explicar. Es una sensación de amor y de responsabilidad, para mí fue un regalo de Dios. Uno con los hijos quiere que sean sanos y felices y de golpe me encuentro haciendo lo que amo con mi hijo y es muy fuerte.  Es una situación de emoción hacer un disco con mi hijo, estuvo siempre conmigo. Estuvo en la mezcla, casi en la producción, se involucró en todo. Es inolvidable para mí.

-¿Qué le dijiste a tu hijo cuando empezó a tocar con vos?

-Le dije que tiene que sentir sus notas, escuchar a los compañeros y disfrutar, que no tiene nada que demostrar. Lo demás se da solo. Cuando empezamos a tocar le ponía un disco de Santana y le decía que intentará sacarlo y que después lo tocara para desarrollar su personalidad. Y eso es en lo que andamos para que haga él su carrera. Tiene que dejar de tocar conmigo y empezar a tocar solo, en eso andamos, los pasos tienen que ser lentos, pero seguros.

-¿Por qué remarcarle que desarrolle su propia personalidad como músico?

-Porque es más fácil ser uno mismo que otro. Lo importante no es llegar a algún lado sino encontrar el camino, ir caminando y disfrutar ese camino.

La música como necesidad.

-¿Por qué hacer un disco quíntuple?

-Nunca pensé si es comercial o no, fui uniendo una cosa con la otra: primero el solo de guitarra, después el dúo y termina con el grupo. Algo simple. Trato de unir porque me parece que una cosa tiene que ver con la otra y representa un momento. Si pensará bien no haría nada de eso, no hubiese hecho un montón de cosas de mi carrera. Lo hago porque lo siento, gracias a Dios he ganado 8 Gardel sin pensar en ganarlos, he estado nominado a los Grammy sin pensar en una cosa comercial. Lo veo como la necesidad de decir algo en ese momento, mis discos son de catálogos, diferentes historias que quedan y que tienen que ver uno con el otro.

-Decías que tu disco anterior fue muy fuerte ¿y este?

-Este disco tiene muchas cosas afectivas importantes, porque hay una canción para mi hija Rita; otra para mi hermano Pascual y padrino de Juan, que se fue hace dos años y se llama “No se va”, un tema dedicado a Paco de Lucía, otros dedicados a Juan. En lo afectivo para mí es muy importante.

Luis hace una pausa. Piensa al otro lado del teléfono unos segundos. Esta noche se presenta en el Auditorium acompañado por su hijo y por una banda especial para el show integrada por Martín González Puig (batería), Hubert García Martínez (piano) y Esteban Martinez Prieto (bajo). El silencio se rompe y Salinas concluye: “Yo he luchado mucho en mi vida para ser libre como persona y artista para poder manejar mis tiempos en la música y en todo”.

Luis Salinas, la música como necesidad.

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29/10/2016