Sábado 27 de abril | Mar del Plata
29/03/2015

Un teatro que no se ve, se siente

Desde hace algunos años Mar del Plata cuenta con el “Teatro sensorial a oscuras”, una experiencia que narra historias a través de sensaciones sonoras, olfativas y táctiles. El próximo viernes vuelve a presentarse.

Un teatro que no se ve, se siente
(Foto: Prensa "El Arca")

Una sala oscura. Espectadores con antifaces. Actores entre medio del público. Los sentidos, menos la vista, en su máxima expresión. “Teatro sensorial a oscuras”, se denomina la experiencia que lleva adelante la productora independiente “El Arca”, basada en la ausencia de luz que trasladada al público a un universo de sensaciones sonoras, olfativas y táctiles. El próximo viernes volverán a presentar la obra “Una carta para Antonia” en la sala La Bancaria.

“La estrella es la imaginación de cada uno puesta en ese lugar, que es con la que nosotros recreamos los diferentes escenarios”, dice Silvia Di Scala, una de sus directoras. Se trata de la primera vez que en Mar del Plata un grupo de teatro independiente produce este tipo de disciplina, que cuenta a nivel global con un desarrollo con mucha fuerza en Nueva York y Francia hace varios años, y que ha llegado a Argentina, especialmente a Capital Federal, en los últimos tiempos.

“La idea surgió hace unos cinco años más o menos. Con Marcelo Altable –el otro director­ venimos del teatro convencional, pero teníamos ganas de incursionar en algo diferente y comenzamos a buscar distintas vías para poder realizar”, explica Di Scala sobre el origen del proyecto. Con ese propósito, se pusieron a investigar y a buscar qué querían contar y cómo querían hacerlo.

“Después de un año de trabajo nació el primer trabajo que es ‘Una carta para Antonia’, una historia de inmigrantes italianos, una historia de amor, que la contamos en forma sensorial”, cuenta la directora y también actriz de la obra. El elenco de esta experiencia está compuesto por siete integrantes que se destacan en la música, la actuación y la danza: Gabriel González, Laura Gregori, Damian Katz, Yamila Urizar y Daniel Niro, más sus dos directores.

Hay un elemento que les resulta principalmente atractivo a los integrantes del “Teatro sensorial a oscuras”: trabajar en la antidisposición. “Hacemos todo lo contrario a lo que estamos acostumbrados. Trabajamos en la oscuridad generando algo que es totalmente diferente a subirse a un escenario y mostrar una escena”, resume Di Scala.

LA EXPERIENCIA

Ir a ver “Una carta para Antonia” en el marco del “Teatro sensorial a oscuras” es encontrarse con una oscuridad casi total en la sala. A cada espectador se le entrega un antifaz, para reforzar el concepto. “El objetivo es profundizar un poco más el tema de la oscuridad porque la idea, principalmente, es tener el sentido de la vista reprimido durante la mayor parte de la obra y que se destaquen los otros”, resume la impulsora de la experiencia en la ciudad.

De esa manera, transcurre gran parte de la obra y sobre el final se le pide a los espectadores que se quiten los antifaces para advertir un cierre visual. “Nuestra estrella en el espectáculo y en la puesta es la imaginación de cada una de las personas que está ahí sentada, con un antifaz puesto, y en casi una total oscuridad, siendo parte de esta experiencia”, reafirma Di Scala.

Las respuestas y el resultado de los espectadores, cuenta, siempre son muy variables. “Una vez que termina la historia la gente nos comenta cómo fue para cada uno vivir esa experiencia y son todas totalmente diferentes porque, básicamente, el imaginario de cada uno es diferente”. 

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29/03/2015