Jueves 02 de mayo | Mar del Plata
11/04/2015

Una caminata playera con escritores

De esta actividad especial, organizada en el marco del festival literario de la fundación Filba, participaron Edgardo Cozarinsky, Iosi Havilio y Guillermo Martínez, quienes junto a un pequeño grupo de personas pasearon y charlaron por la costa.

Una caminata playera con escritores
Cozarinsky, Martínez y Havilio, en la previa a la caminata. (Fotos Kito Mendes).

El plan de los organizadores del Filba era simple: una actividad especial dentro del festival que sea una caminata entre un escritor y un grupo de no más de cinco personas por la playa. Los elegidos fueron Edgardo Cozarinsky, Iosi Havilio y Guillermo Martínez quienes este sábado soleado, de un otoño ilógico, fueron hasta los lobos de la rambla, donde cada uno era esperado por fanáticos.

El Filba tiene estas ideas de hacer actividades para descomprimir, para desmitificar el mundo de libros y escritores. Y de repente uno se encuentra con que puede caminar por la playa, como podría hacer cualquier día en el que recuerde que Mar del Plata tiene una playa doce meses para ser caminada, con un tipo con el que nunca compartió ni un café, pero que tal vez leyó libros, vio películas, escuchó disertaciones. Que conoce de cierta forma, sin saber bien qué es conocer a alguien.

Edgardo llegó a la costa de impecable pantalón de vestir y camisa blanca, Guillermo pantalón corto, remera y acompañado por su hija e Iosi prefirió la comodidad de ojotas para caminar por la costa.

-¿Qué les parece está actividad, de caminar junto a personas como un guía turístico del pensamiento o como un profeta y su rebaño?

Edgardo Cozarinsky: No me gusta nada la idea socrática. No, no, yo creo que ninguno de los tres tiene algo que enseñar, pero sí algo que escuchar. Así que vamos a preguntar más de lo que hablemos.

Iosi Havilio: El rebaño lo dejamos de lado. Vamos a caminar y yo vengo más a escuchar que a departir. A recibir lecturas y otras cuestiones.

Guillermo Martínez: Espero que no sea así, no venía preparado para eso. Espero que sea una charla distendida con algunos lectores en un marco diferente.

-¿Qué aspectos de la vida les siguen llamando la atención y motivando?

Edgardo Cozarinsky: El tango, la milonga.

Iosi Havilio: Fundamentalmente criar a mis pibes, eso es lo que me conmueve y me motoriza a escribir y seguir escribiendo todo el tiempo.

Guillermo Martínez: La lectura, yo pude recuperar gran parte de las lecturas de la adolescencia que nunca pensé que iba a proseguir y estoy muy entusiasmado con eso.

-¿La escritura es una necesidad, un placer? ¿Para qué escribir?

Edgardo Cozarinsky: Necesidad que es placer. Sin dramatismo escribo para seguir vivo.

Iosi Havilio: Escribo para conocerme cada día un poco más, ese es el motor fundamental.

Guillermo Martínez: Tengo cuentos e historias anotadas desde hace mucho tiempo, soy muy lento y me gustaría ir terminando aquello que pensé en algún momento que sería interesante. No creo que por necesidad, tampoco es demasiado placer, sino por una pequeña misión que uno se propone a sí mismo.

El periodista deja de preguntar. Los escritores se preparan para caminar, cada uno con un grupo de no más de cinco personas, dispuestos todos a escuchar, hablar y pasear por la playa, con el mar de fondo para completar el cuadro.

DE PASEO CON HAVILIO: ESCRIBIR, DOSTOIEVSKI Y MAR

caminata escritor 02

A Iosi Havilio -escritor de las novelas Estocolmo (2010), Paraíso (2012) y Serenidad (2014)- lo esperaban un joven y una muchacha para salir a caminar. El escritor eligió ir hacia el Torreón del Monje, y en los primeros pasos se mostró sinceramente interesado por saber qué hacían sus acompañantes y quiénes eran.

El joven trabaja en una librería y confiesa tener una novela eternamente atascada en la página 40. A la chica le gusta escribir poesía y también trabaja en una novela, en la que quiere incluir “todo”: poemas, cartas y experimentar.

Iosi les pregunta por sus problemas y entonces ella dice que se aburre muy rápido de la historia y el joven dice que siente que su escritura queda siempre mimetizada en las obras que está leyendo.

-¿Y qué estás leyendo?

-El último tuyo.

-Una pésima influencia, dice el escritor y se ríe.

De camino a la arena se suma otro joven al grupo y también dos escritores de la costa: el marplatense Juan Carrá y el santateresitense (sí, ese es el gentilicio de alguien nacido en Santa Teresita) Carlos Ríos.

Carlos entra en la charla como si la hubiese estado escuchando a distancia y dice que uno de los vicios de la escritura es pensar que tiene que ser autobiográfica, que “uno está por encima de todo”. “¿Quién dijo que la literatura se basa en vos?”, pregunta al aire y se contesta: “Es mucho más interesante formar un campo de registro que pensar todo desde vos”.

Iosi cuenta que da clínicas de novela y siempre intenta lograr que contesten a una pregunta fundamental que es “¿quién narra?”. Y en su explicación, dice que incluso en esa tercera persona omnisciente hay un “yo”.  “La tercera persona siempre es un yo, aunque no lo diga. Y preguntarse quién es el yo es clave, ahí no te aburrís nunca”, dice el escritor.

El paseo y la charla fluyen. El escritor demuestra que se pueden hacer dos cosas a la vez y mientras camina responde una pregunta sobre la voz narradora del escritor ruso, Fiódor Dostoyevski: “Me parece un error hablar del autor y no de los mundos que va tratando. Ponerlo delante de los mundos. El Jugador lo escribió para ganarse el pan, son entregas que trata de su problema que es la adicción al juego, pero desde otro punto de vista”.

Carlos Ríos, que a esta altura es uno más en la lógica del grupo, agrega: “Dostoyevski es como un mazo de naipes que se va a abriendo en la cabeza del personaje”.

caminata escritor 04

Los pasos llevaron a Havilio y sus acompañantes a la arena, a la playa. Frenan y el escritor les pregunta a los presentes si tienen alguna lectura especial referida al mar. “Este verano leí Solaris (Stanisław Lem). Tiene una descripción del mar del planeta Solaris que es extraordinaria, que tiene que ver el mar como el reflejo de fantasmas”.

“Yo nacía frente al mar –dice Carlos Ríos- , pero la imagen que tengo del mar es a través de Salgari y ahí es donde se me configura el mar. En realidad, el mar arranca muy lejos y es como que tuve que hacer un camino inverso desde la literatura”.

Juan Carrá menciona a Moby-Dick como “el espacio de disputa con la bestia” y dice: “Los escritores que somos de la zona del mar no necesariamente producimos con el mar como escenario”.

“Soy de Bariloche, y me parecen una cagada las historias de duendes y el Nahuelito”, remata la idea Iosi y todos se ríen.

Frente al mar, en una charla entre amigos, aunque algunos no se conocían, Havilio tira una máxima del tipo que da clínicas de novela y dice que “el escritor inteligente es una endemia, es lo peor que le puede pasar a un mundo: un padre demasiado padre, demasiado inteligente y presente que no lo deja crecer, no lo deja ser”.

“Lo comparo con la crianza –continúa Havilio-, yo siento esa tensión de querer soltar y no querer soltar. Querés que sea libre, pero le agarrás la mano. Esa tensión es muy disfrutable y ahí se desmorona cualquier idea de efectismo. Esa de: “Quiero hacer una novela, terminarla y que sea la mejor”. No, flaco, no se trata de terminar, se trata de explorar”.

Havilo dice que “hay muchas experiencias de escrituras muy difícil que no tienen que terminar en libros”. Y entonces vuelve con uno de los primeros puntos de la charla, allá cuando recién empezaban a caminar y se estaba conociendo con los presentes: “Si se te empantana una escritura hay que festejarlo también, no puede ser siempre una frustración no llegar a las 250 páginas”.

Escritores y fanáticos se mezclaron entre sí en esta charla, en este paseo. Unos le pusieron rostro a quienes los leen, otros le pusieron risa, sangre, piel y cuerpo a esas letras que aparecen en las hojas que les gusta leer. Y alguien dijo una vez que el Filba tiene como objetivo contagiar las ganas de leer. Después de una actividades así, uno desea que ese contagio por la lectura se vuelva una auténtica epidemia y que sea celebrada.

Ver más: , , , , , ,

11/04/2015