Aldosivi, complicado: “No se puede jugar al ritmo de la gente, pero sí se la entiende”
Tras el empate ante Villa Dálmine, el último de la tabla, el entrenador Mariano Charlier se refirió al presente del club en las últimas fechas del torneo.
Después de haber empatado este domingo ante el último de la tabla, el entrenador de Aldosivi, Mariano Charlier, analizó que al equipo le “está costando mucho cambiar el estado de ánimo y la confianza que se necesita para poder jugar” y, ante las quejas que crecen partido a partido por parte de las y los hinchas, respondió que “a la gente se la entiende” aunque de todas maneras planteó que “no se puede jugar a su ritmo”.
Aldosivi sumó este domingo ante Villa Dálmine una nueva frustración y no logra sacar la cabeza del agua. Ya encadena ocho partidos sin conocer la victoria y el empate contra el último de la Zona B solo termina siendo positivo en su aspecto matemático. Es que Tristán Suárez, rival directo en la lucha por la permanencia, tampoco termina de hacer pie y se compromete aún más con la “promoción”.
Ganar hubiese significado para el equipo del Puerto un paso decisivo hacia la salvación. Con 9 por delante, tenía la posibilidad de sacarle siete puntos a Tristán Suárez. La igualdad, no obstante, le permitió alejarse uno más y estirar a cinco la diferencia que lo separa de la posición que obliga a jugar un partido contra el anteúltimo de la Zona A para definir el tercer descenso.
Desde lo futbolístico, sin embargo, la igualdad ante un equipo casi descendido caló hondo en los hinchas que hicieron notar su malestar. En ese sentido, Mariano Charlier, que sumó su cuarto encuentro al frente de Aldosivi luego de la renuncia de Gastón Coyette, entiende el reproche de la gente pero sabe que los jugadores y el cuerpo técnico deben “tener la tranquilidad suficiente para poder seguir afrontando los partidos como tiene que ser”.
“No se puede jugar al ritmo de la gente, pero sí se la entiende”, expresó el entrenador en conferencia de prensa luego del partido.
Para un equipo que hacía cinco partidos que no convertía, el gol de Elías Britez a los 11’ del complemento estuvo lejos de otorgarle la tranquilidad que necesitaba, situación que se agravó por la inmediatez del empate. “Entre un gol y el otro pasaron seis o siete minutos de juego y en ningún momento nos pudimos sentir cómodos”, analizó Charlier y aseguró: “Una vez que hicimos el gol no pudimos asentarnos ni siquiera para defenderlo bien ni para tener la pelota”.
La igualdad del miramarense Vicente Barberini sumió a Aldosivi en un estado de impaciencia potenciado por la reprobación de la gente que veía cómo se les escurría una victoria esquiva desde hacía siete encuentros. “Después del empate el partido entró en un ida y vuelta que podía ser para cualquiera y ya ahí perdés el control del juego”, aseguró el DT que pensó cambios para fortalecer la zona defensiva una vez conseguida la ventaja. “No queríamos mandar ese mensaje a los jugadores de sacar a algún volante o delantero para meter un defensor más, faltaba mucho todavía por jugar”, explicó
En el desorden, lo pudo ganar pero también se descuidó y quedó expuesto a un Villa Dálmine modesto que en más de una ocasión merodeó el área del Tiburón con cierto peligro. Fue empate y, si bien el colchón de cinco puntos lo hace depender de sí mismo para asegurar su continuidad en la segunda categoría del fútbol argentino, el entrenador es consciente de lo costoso que se les está haciendo conseguir un triunfo y del impacto que ello tendría en el estado anímico del plantel.
“Nos está costando mucho cambiar ese estado de ánimo y esa confianza que se necesita para poder jugar. Necesitamos un triunfo para cambiar el estado de ánimo y poder jugar con más tranquilidad, con más confianza, con más soltura. Que a los jugadores que les toque entrar lo puedan hacer en un ambiente un poco más cómodo para ellos. No es fácil entrar hoy”, concluyó Charlier que ya piensa en el duelo del próximo lunes cuando el Tiburón visite desde las 15:30 a Deportivo Riestra por la fecha 32 de la Primera Nacional.
