Bianchelli, entre el duelo y el análisis del descenso de Quilmes
El entrenador se tomó unos minutos para dialogar con QUÉ Digital tras el descenso de su querido “Cervecero” a la Liga Argentina. Los factores que influyeron, la situación anímica y el futuro.
Son horas muy difíciles para Javier Bianchelli, entrenador de Quilmes. No sólo por lo profesional, ante lo duro que puede ser afrontar un descenso, sino sobre todo desde el plano emotivo ante lo que significa el Cervecero para él. A pesar de todo, atendió a QUÉ Digital, contó sus sensaciones y analizó la temporada en la Liga Nacional, que tuvo el final menos deseado. Mientras tanto, su futuro aún es incierto: por el momento, el duelo se apodera de la escena.
Aunque todavía resta hacer el balance general junto a la dirigencia, está claro para Bianchelli que muchos factores incidieron en la caída inobjetable ante Atenas de Córdoba en el playoff por la permanencia. Entre ellos, las complicaciones que surgieron en el armado del plantel, el factor anímico y la falta de regularidad, formaron un combo difícil de sostener para el equipo de avenida Luro.
“Nos costó mucho desde el principio”, admitió el entrenador, a quien se le venció el contrato con la institución, pero que el viernes se reunirá con los dirigentes encabezados por Jorge Unzué. ¿Su futuro? Una incógnita. Por el momento todo es duelo, despejarse y “después estar fuerte y dispuesto para lo que venga”.
“El balance en general todavía no lo hice porque primero lo hago con mi cuerpo técnico y después lo expongo con la dirigencia, es mi manera de trabajar, siempre. Todavía me falta charlar algunas cosas. A nosotros nos costó mucho desde el principio de temporada tanto desde el armado, como cerrar el equipo con contrataciones, siempre nos costó. Son todas cosas que al momento del balance hay que tomarlas más allá del rendimiento deportivo, obviamente”, comenzó el entrenador en el diálogo con QUÉ Digital.
– ¿Cuál pensás que fue el factor más determinante por el que Quilmes se fue al descenso?
– Son un montón de cosas, no solamente una. Lo único que se termina viendo al final es el resultado deportivo, nada más. Nosotros, de haber ganado dos partidos más, no estaríamos en esta situación. No hubiéramos descendido. Pero tampoco en ese caso hubiera sido ‘un éxito’ la temporada. Nosotros desde un principio sabíamos que íbamos a ocupar el pelotón de abajo. Entonces el cierre definitivo es que no ganamos dos partidos o tres que tendríamos que haber ganado.
– ¿Cuáles son esos partidos en los que te quedó la espina?
– En todos los partidos donde lo perdimos en la última bola o que hicimos un trabajo o una planilla para ganar pero terminamos perdiendo: Quimsa en el Polideportivo, los dos clásicos, Instituto en Córdoba, Libertad en los dos partidos. Hicimos juegos muy buenos pero no pudimos cerrarlos.
A pesar de las carencias de Quilmes, la paridad de la zona baja dejó en claro lo difícil que se hizo esta Liga para varios clubes: “Hubo muchos equipos a los que les costó esta Liga Nacional. Con los que tuvieron un par de resultados a favor y estuvieron salvados poco antes de que termine la fase regular no había tanta diferencia con nosotros. Entonces la lucha por no estar abajo se hizo muy pareja. El que ganó dos partidos y encontró un poquito de solidez, en algún momento, en una semana, fue el que se pudo salvar”, analizó Bianchelli.
– ¿A ustedes les costó mucho encontrar esa solidez o regularidad aunque sea en cortas rachas de partidos?
– Sí, hasta dentro de los mismos juegos que hemos ganado nos costó encontrar regularidad y solidez. Fue un problema constante del equipo.
LA SERIE CON ATENAS, EL FACTOR ANÍMICO Y EL FUTURO
La serie con Atenas fue la punta de un iceberg muy difícil de esquivar, sobre todo para un equipo que venía golpeado y se mantuvo a flote -mientras tuvo la posibilidad- por el amor propio y el de su hinchada.
“Viéndolo ahora, a la distancia, me parece que el equipo empezaba bien, tenía en claro qué era lo que tenía que hacer, pero ya me parece que estábamos lastimados anímicamente. El primer juego de la serie, a tres minutos del cierre estábamos a cuatro o cinco puntos y la posesión: un par de errores y el resultado final fue de más de diez puntos y no tuvo nada que ver con el desarrollo del juego. En los dos juegos restantes pasó lo mismo, hicimos un primer tiempo muy bueno, cayéndonos al final del segundo cuarto y después nunca más pudimos volver a estar en partido. Más allá de los errores deportivos, estratégicos, tácticos que pude haber tenido, el equipo se sentía que estaba psicológicamente golpeado”, sostuvo.
– Por tu historia con Quilmes habrá sido una de las semanas más difíciles…
– Sí, pero yo separo las cosas. Así como siempre trato de separar la parte emocional con la profesional, aunque a veces no puedo, ahora lo tengo que hacer sí o sí y me sale todo mucho más fácil. En lo emocional y sentimental, es una marca que no me la voy a sacar en toda mi vida. No va a haber cosa que me borre el mal momento que pasé y que estoy pasando. En lo profesional, haciendo un análisis frío de las situaciones se le puede encontrar alguna razón o buscarle la parte racional a todos los resultados.
En cuanto al futuro, Bianchelli no dio mayores detalles: “Este era mi último año de contrato. El viernes seguramente me junte con la dirigencia para cerrar la temporada, como acostumbro a hacerlo. No tengo nada hablado ni nada. Ahora solamente quiero que pase el tiempo, despejarme un poco y después estar fuerte y dispuesto para lo que venga”, cerró el entrenador.
