Domingo 12 de mayo | Mar del Plata
23/08/2016

La piedra del apocalipsis

Editorial QUÉ, en la radio

 

El tiempo pasó y ya nadie se acuerda quién tiró la primera piedra. A nadie le importa. Pero en esta, como en toda historia post apocalíptica, todo estalló por una piedra.

Primero en el país empezó a acabarse el trabajo y miles de personas quedaron desamparadas. Sin protección, sin ayuda, sin nada. No les quedó otra que refugiarse en la periferia de las ciudades, esperando que la salvación llegara por algún lugar, pero no llegaba. La periferia odió cada vez más a la ciudad por tener de sobra todo lo que les faltaba y la ciudad le empezó a temerle a la periferia porque algún día tal vez tomarían venganza por todo lo que les quitaron.

Después, como sucede en las películas apocalípticas, se empezaron a agotar los recursos. Todos subieron el precio de todo. Comer se volvió prohibitivo. Respirar se volvió prohibitivo.

La electricidad fue lujosa, la nafta lujosa, el gas lujoso y finalmente el agua se volvió el último de los lujos, el más caro, el más raro.

Entonces se enfrentaron unos a otros con armas compradas en China, más baratas que las armas locales. Las bombas sonaron más fuerte en Tribunales, donde se sacudieron con munición gruesa de un bando y de otro, culpándose a unos y otros. El polvo cubrió el cielo. No se vio más nada. No daban Gran Hermano en ningún noticiero.

Silencio. El mar se ennegreció. Las calles se ennegrecieron. El cielo se ennegreció. El futuro se ennegreció.

Un chico, en un barrio perdido, tiró una piedra perdida. Dicen que la piedra fue hacia el presidente. Dicen que ese día empezó la guerra del apocalipsis, pero algunos saben que empezó antes, mucho antes y que la piedra sólo fue una excusa.

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23/08/2016