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Lucía Pérez: el juicio, a la espera del testimonio de los peritos

Tras la primera semana, este lunes declararán todos los médicos que presentaron conclusiones disimiles a lo largo de la investigación. Ya declaró el entorno de la adolescente, los médicos de la sala de salud y los policías que intervinieron.

Durante los primeros cuatro días del juicio por el crimen de Lucía Pérez, ocurrido en octubre de 2016, ya se sumaron las declaraciones de sus familiares, amigas, los médicos que recibieron el cuerpo ya sin vida en la sala de salud y los policías que intervinieron ese día y los que formaron parte de los posteriores allanamientos. Y, para este lunes, está prevista la presencia de todos los peritos que participaron en la investigación y que presentaron conclusiones disímiles en torno a tres puntos centrales para las acusaciones contra los tres imputados: el causal de muerte, la existencia de abuso sexual y si el cuerpo fue acondicionado, tras la muerte de la joven, para ocultar el crimen.

Los primeros cuatro días del juicio en el Tribunal Oral en lo Criminal N°1 -compuesto por los jueces Pablo Viñas, Facundo Gómez Urso y Aldo Carnevale- evidenciaron el dolor de una familia que busca justicia y que, pese a las circunstancias, mostró una gran entereza al responder en sus declaraciones las preguntas de las partes, muchas de ellas vinculadas a cuestiones de la intimidad familiar y, fundamentalmente, de Lucía. La mamá, el papá y el hermano de la adolescente fueron los primeros en declarar el martes ante una sala del tribunal -muy pequeña, como todas- repleta.

Tras su testimonio, en cada una de las audiencias de esta semana los familiares siguieron el debate desde la primera fila de asientos detrás del fiscal, Daniel Vicente, y de su abogado, Gustavo Marceillac, con una foto grande de Lucía colgada en el cuello y un rosario enroscado en la mano. A unos pocos metros, se mantuvieron sentados dos de los acusados -Matías Farías y Juan Pablo Offidani- dado que Alejandro Maciel no participó de las audiencias, más allá de la inicial, debido a una “descompensación” de salud.

En ese marco, de la primera proyección en relación a la cantidad de testigos a presentarse, el número fue reducido tras un acuerdo entre las partes, para que finalmente la cantidad de testigos termine siendo menor a 40. Después de la familia, esta semana fue el turno de declarar de dos amigas de Lucía y de una psicóloga que expuso la imposibilidad de que otra joven pudiera hacerlo, teniendo en cuenta su complejo estado de salud actual.

TRES HECHOS, TRES ACUSACIONES

La causa, tal como fue elevada a juicio, se centra en el análisis de tres hechos:

HECHO 1. La tenencia de estupefacientes con fines de comercialización agravado por ser en perjuicio de menores de edad por parte de Farías y Offidani. Concretamente, a ambos se los acusa de haber tenido en una camioneta -en la que se habrían desplazado el día del crimen y el anterior- 38 gramos de cocaína y 220 de marihuana “con inequívocos fines de comercialización destinada a personas menores de edad”, según sostiene la acusación que se sustenta no sólo en la requisa que se hizo en la camioneta una vez que fueron detenidos ambos acusados sino también en testimonios recabados en la causa y en mensajes de Whatsapp del propio Farías.

Según la reconstrucción realizada en el marco de la causa, el viernes 7 de octubre de 2016 Farías y Offidani tuvieron el primer contacto con Lucía Pérez en la esquina de la Escuela Media N° 3, cuando le vendieron estupefacientes a bordo del vehículo conducido por Offidani.

A la mañana siguiente –luego de intercambios de Whatsapp– pasaron a buscar a la joven por las inmediaciones de su domicilio y para ello utilizaron la camioneta de Offidani, quien los dejó en la casa de Farías.

HECHO 2. La muerte de Lucía. En este punto a lo largo de la investigación aparecieron múltiples divergencias entre los peritos intervinientes.

Según la acusación fiscal, una vez que Farías llegó a su casa con Lucía “le proveyó estupefacientes” y “aprovechándose de la situación de vulnerabilidad mantuvo relaciones sexuales con ella”. Asimismo, apunta que “esa actividad sexual yuxtapuesta al consumo de cocaína, causó una asfixia tóxica, con congestión y edema pulmonar, lo que causó la muerte de la menor”.

El episodio fue provisionalmente calificado como abuso sexual con acceso carnal agravado en concurso ideal con femicidio y se le atribuye a Farías en calidad de autor y a Offidani como partícipe necesario.

HECHO 3. Se centra en el delito de encubrimiento agravado por la gravedad del hecho precedente y se le adjudica a Maciel. Concretamente, se lo acusa de que aquel 8 de octubre, luego de ocurrida la muerte de Lucía en el interior del domicilio, ayudó a Farías y Offidani “a borrar los rastros del delito, ayudando al acondicionamiento del cuerpo de la víctima, lavándolo, vistiéndolo, antes de llevarlo a una sala sanitaria, y retirando del lugar los estupefacientes que se habían proveído a Lucía”.

Ya tras la primera jornada, el miércoles comenzó el paso por la sala de audiencias del médico de la sala de salud de Playa Serena que recibió el cuerpo sin vida de Lucía, que ocasionalmente fue el subsecretario de Salud municipal, Pablo de la Colina, además de un enfermero que estaba aquel sábado 8 de octubre por la tarde en el lugar.

A ellos le siguieron -además de algunos testigos presenciales de, por ejemplo, la llegada al centro de salud de los acusados con el cuerpo de Lucía- una decena de policías: quienes estuvieron desde el momento que ingresó el cuerpo al centro de salud -teniendo en cuenta que la comisaría del barrio está ubicada al lado y que por “protocolo” fueron avisados inmediatamente-, quienes tomaron las primeras declaraciones testimoniales por disposición de la fiscal María Isabel Sánchez -que luego de una licencia sería desplazada de la Fiscalía N°8- y quienes formaron parte de los diversos procedimientos y allanamientos dispuestos por la Justicia.

Para cada uno de ellos durante miércoles, jueves y viernes las consultas estuvieron orientadas, entre otras cuestiones y dependiendo de su intervención, al accionar, la actitud y los dichos de los tres acusados el día que trasladaron el cuerpo hacia la sala de salud, al estado en que observaron el cuerpo de Lucía y a los recuerdos en torno a lo encontrado y visto en los procedimientos y allanamientos.

Si bien varios testimonios en una primera instancia podrían no coincidir por sus descripciones con las acusaciones tal y como se encuentran, algunos otros también permitirían inferir lo contrario. En ese marco, naturalmente, todos los elementos ventilados durante el juicio serán analizados y tomados particularmente por cada una de las partes a la hora de plantear sus alegatos.

En ese contexto, a lo ya expuesto por la veintena de testigos que pasaron por el juicio, para este lunes se espera uno de los días claves del proceso, ya que deberán presentarse a declarar todos los peritos que dieron sus conclusiones -no coincidentes- a lo largo de la investigación.

LA TRES DIVERGENCIAS ENTRE LOS PERITOS

CAUSAL DE LA MUERTE. En este aspecto, los distintos peritos intervinientes expresaron un mayor grado de consenso en establecer, según se desprende de la causa, “la congestión y edema pulmonar de causa tóxica,probablemente vinculada al consumo de cocaína” en relación a la causal de muerte y como “mecanismo altamente probable”.

En el inicio de la investigación, el Ministerio Público Fiscal se había apoyado en los primeros informes periciales que daban cuenta de un “violento abuso sexual”. La fiscal, en conferencia de prensa, afirmó que según esos estudios se había producido un “reflejo del nervio vago, que es provocado por un excesivo dolor que provoca un paro cardíaco”. Incluso, los profesionales que realizaron la autopsia plantearon un posible abuso sexual con la utilización de objetos.

ABUSO SEXUAL. En este punto es en el que surgieron mayores diferencias entre los peritos intervinientes: tres médicos -quien realizó la autopsia, quien se encontraba a cargo del cuerpo médico local y un perito del Ministerio Público Fiscal de Lomas de Zamora- se pronunciaron sobre la probabilidad de que haya existido abuso sexual. Por su parte, los peritos de la Asesoría de la Suprema Corte de Justicia expresaron que “aunque existen signos de brusquedad, no pueden afirmarlo ni excluirlo”.

Mientras tanto, la perito de la defensa sostuvo que la causal de muerte es indeterminada, y que no puede afirmarse la existencia del abuso.

ACONDICIONAMIENTO DEL CUERPO PARA OCULTAR EL CRIMEN. En este punto también las posiciones de los peritos fueron contrapuestas. La médica que realizó la autopsia, el médico que en se encontraba a cargo del cuerpo médico local y un perito del Ministerio Público Fiscal de Lomas de Zamora se inclinaron por una respuesta positiva, mientras que los restantes peritos lo negaron.

Durante la instrucción, quien realizó la autopsia, quien se encontraba a cargo del cuerpo médico local, un perito del Ministerio Público Fiscal de Lomas de Zamora y otros de la Asesoría de la Suprema Corte de Justicia mantuvieron divergencias claves en torno al causal de muerte de la joven, a la existencia o no de abuso sexual y a si luego del hecho el cuerpo fue acondicionado para ocultar el crimen. Sobre esos tres puntos deberán profundizar sus apreciaciones ante los jueces.