De La Plata a la Rambla en bici, por la donación de órganos
Gustavo Álvarez atravesó en dos días la Autovía 2 y este domingo arribó a Mar del Plata. Reconoció que “tenía que lograr este objetivo” porque pelea “por la vida de 10 mil personas que están en lista de espera”.
Gustavo Álvarez sabía que la idea sería una locura. Atravesar el Autovía 2 en bicicleta desde La Plata hasta Mar del Plata, no podía ser tarea sencilla. Sin embargo, llegó y en buenas condiciones: “Tenía que lograr este objetivo porque estoy peleando por la vida de 10 mil personas que están en lista de espera”. Pedaleó los últimos kilómetros junto a Juan Curuchet y llegó a la Rambla este domingo cerca de las 20 con un mensaje para concientizar sobre la donación de órganos.
Desde hace tres años Gustavo es un paciente de diálisis y espera un trasplante de riñón, pero asegura que esta travesía no la hizo por el órgano que necesita, sino para “concientizar a la gente de que se donante y decirle a quienes están en lista de espera, que son más de 10 mil personas, que se cuiden y que sigan un buen tratamiento con deporte para llegar a un trasplante en óptimas condiciones”, dijo en diálogo con QUÉ tras la llegada.
El punto de salida fue la Plaza Moreno de La Plata, a primera hora del sábado. La ruta lo recibió con viento en contra y una fuerte lluvia en Chascomús lo hizo bajar la velocidad y temer que no podría llegar a destino.
Pero tras una parada logró llegar después de las 20 a Dolores, con un intenso frío. Allí se hospedó, dice que durmió “como un bebé” por el cansancio acumulado, y a las 4 de la madrugada de este domingo ya se levantó para continuar el recorrido.
“Ya a las 5 estábamos de vuelta en la ruta, hacia Coronel Vidal. Los chicos del grupo Bicis Solidarias se alinearon para que no sufriera el viento y me cuidaron en todo momento”, cuenta y asegura que “si no fuera por ellos y los vehículos de apoyo, no llegaba”, porque “en un momento la mente te juega en contra y ves la ruta que no termina. Y se hace difícil”.
El multicampeón y medallista olímpico Juan Curuchet, lo acompañó en los últimos kilómetros de la Autovía 2 y juntos llegaron a la Rambla, minutos antes de las 20 de este domingo. “Juan me dio una gran ayuda. En La Plata nadie nos apoyó y Curuchet pagó parte de la bicicleta y nos dio todo su apoyo desde el primer momento”, agradeció Gustavo.
Al llegar a destino, lo recibió Laura, su mujer. Ese abrazo largo, reconfortante y sincero, fue mucho más que un reencuentro. Gustavo asegura que ella y sus dos hijos, son lo más importante que tiene en este mundo y por ellos elige pelear día a día.
“Cuando entré a diálisis la primera vez pensé que era la antesala de la muerte. Vi a gente muy entregada, hasta que empezamos a cambiar las cosas. Fresenuis Medical, que brinda una diálisis de calidad, nos apoyó con la indumentaria y fue fundamental en esta experiencia, igual que la gente del Cucaiba, que pidió conocerme y me dio una gran mano en todo esto”, añadió.
Pese al cansancio, Gustavo reconoce que “lo volvería a hacer”. La promoción de la donación de órganos lo viene motivando hace tiempo a luchar por él y por quienes están en lista de espera, como el caso de Valentina, una nena de 2 años que necesita un corazón y se encuentra en emergencia nacional. Su madre le acercó al ciclista una bandera a la hora de la partida en Plaza Moreno.
“Estoy agradecido por toda la gente que nos acompañó. Fue un esfuerzo muy grande y pensé que no llegaba. Pero todos me alentaron y pude cumplir este objetivo”, completó.