Jueves 16 de mayo | Mar del Plata
25/12/2014

Una foto con Papá Noel, para mantener viva la ilusión

El hombre de rojo y blanco recibió cerca de 600 cartas por día durante las últimas semanas. Aseguró que “el amor y el cariño que recibe de los chicos es real” y prometió que “todos los deseos van a ser cumplidos”.

Una foto con Papá Noel, para mantener viva la ilusión
(Fotos: Kito Mendes)

Unos 600 niños por día buscaron sacarse una foto con él para entregarle su cartita. Lo miraban con admiración, sonreían y algunos hasta lloraban por los nervios de tenerlo tan cerca. Con la excusa de que los más chicos puedan saludarlo y escucharlo, los padres aprovecharon para revivir el espíritu navideño de su infancia. Papá Noel tomó nota de los pedidos y trabajó en las últimas semanas para, más allá de los obsequios, mantener viva una ilusión.

En diálogo con QUÉ, el hombre de rojo y blanco asegura que sobrelleva el calor de su grueso traje y de la barba tupida que porta con la buena onda de los chicos y un ventilador a su lado.

En las últimas semanas recibió las cartitas de cientos de chicos en el subsuelo del shopping Los Gallegos y prometió cumplir con todos los regalos este 25 de diciembre.

Asegura que lo más satisfactorio de ser Papá Noel es “el amor y el cariño que dan los chicos, porque es real”. Afirma que “no hay mentira” en el acercamiento de los más pequeños, ya que “trasmiten algo puro que te llena de lo más lindo que puede haber en la vida”.

Los chicos piden. ¿Qué piden? “De todo”, cuenta y repasa: “Desde un autito, una muñeca o una pelopincho hasta una guitarra o un piano”. Bajo la atenta mirada de los padres mientras posa para la foto, él promete “que todos los deseos van a ser cumplidos”.

Cuenta además que si bien naturalmente son los chicos quienes más se entusiasman con su presencia, “también los padres recuerdan su Navidad de pequeños y quieren seguir viviéndola de alguna manera como cuando eran chicos”.

A lo largo de las últimas semanas, Papá Noel se sacó en el subsuelo del paseo comercial unas 600 fotos por día. Hasta el 24 de diciembre a la tarde, la fila para obtener este recuerdo inolvidable se presentaba por demás extensa.

Por último, posa para la foto de QUÉ, canta un villancico, intenta calmar a una niña que rompe en llanto al sentarse en una de sus piernas, le guiña un ojo a sus padres y tras recibir la cartita de Navidad, afirma: “Es un muy lindo trabajo. Lo disfruto mucho. Se llevan una foto que es un gran recuerdo, pero sobre todo mantienen viva una tradición que habla de la familia. Me voy lleno de un amor y un cariño real”.

Ver más: , , ,

25/12/2014