Viernes 26 de abril | Mar del Plata
28/01/2017

¿De qué hablamos cuando hablamos de amor?

El psicoanalista Gabriel Rolón estuvo en Mar del Plata con la reedición ampliada de su libro de ensayo “Encuentros (El lado B del amor)”. “El amor es una construcción compleja, un acto creativo, porque el enamorado se crea a sí mismo y al otro”, dice el autor.

¿De qué hablamos cuando hablamos de amor?
(Fotos: Lucho Gargiulo)

El amor y la muerte son los temas que más nos quitan el sueño a quienes no podemos dormir cuando otros problemas están solucionados (el trabajo, el techo, la comida). Durante el amor, el insomnio lo provoca la idea de la muerte, porque cuando el amor funciona el único problema parece ser el final de todo, morir y no poder disfrutar más de la persona amada. Si no hay amor, la muerte importa menos que bañarse o no a la mañana. Si no hay amor, lo que más importa es el amor, la falta de amor, el dolor por el amor que es algo así como una pequeña muerte y en cuotas cada día.

El psicoanalista Gabriel Rolón pasó por Mar del Plata en el marco del Verano Planeta y presentó la reedición ampliada de su exitoso libro de ensayo Encuentros (El lado B del amor), un título que ya lleva vendido más de 300.000 ejemplares y que no es un libro de autoayuda, o sobre el psicoanálisis.

Encuentros (El lado B del amor) es el primer ensayo crítico de Rolón y nace justamente de una serie de charlas, de encuentros con la gente que lo seguía. Con este libro el autor reivindica el amor en tiempo de soledades, desmitifica el amor idílico de telenovelas, considera que el que ama puede ser infiel o violento o enfermo o cualquier otra cosa que una persona pueda ser.

“Si hay dos temas que convocan la intriga y el misterio de la vida para un ser humano son el amor y la muerte. Son esos dos temas para los que no tenemos ninguna explicación”, dice Rolón en una charla mano a mano con QUÉ y asegura: “El que diga que sabe de esos dos temas está equivocado o miente”.

-¿Y por qué hacer un libro sobre el amor y no sobre la muerte?

-El amor es menos cruel que el tema de la muerte…

-Hasta ahí te diría.

-(Risas) Claro, por eso yo le busqué la crueldad, para no hablar de un amor maravilloso, idealizado. Yo voy a hablar del otro lado del amor. Que me encontré con ese lado a partir de las preguntas de la gente, de los supuestos de la gente.

-¿Qué pregunta te hacían por ejemplo?

-Una recurrente era si cuando se está enamorado no se engaña. Y eso no es cierto, conozco a un montón de personas enamoradas que igual cometen una infidelidad.

-¿Cómo pasás del diálogo con personas al libro?

-Fui como recolectando respuestas propias y pensamientos de estas cosas que planteaba en charlas y el amor me pareció una constante que se repetía. Este libro significó la posibilidad de darme un permiso de escribir un primer ensayo que de alguna manera decir yo tengo algo para decir. Me reconozco como alguien que piensa sobre estos temas y hasta parecía necesario una autorización personal. Me llevó mis buenas sesiones de análisis llegar a eso.

-¿Tu editor fue terapista?

-No, pero me ayudó mucho.

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-Hablemos de amor. ¿Cómo lo podemos definir? ¿Todos sabemos de qué hablamos cuando hablamos de amor?

-No estoy seguro de que todos sepamos qué es estar enamorado. El otro día hablaba con un paciente que me dijo que estaba “muy enamorado, pero no la amaba”. Y ahí se ve que lo que para él es estar enamorado no es para mí o para vos. Para mí estar enamorado es amor, pero para él no. Creo que la primera dificultad es que no todos hablamos de lo mismo cuando hablamos del amor.

-¿Y vos, cómo podrías definir al amor?

-En lo personal pienso en el amor como una construcción muy compleja. Como un trabajo que alguien decide hacer sobre sí mismo y sobre el otro. El amor implica un acto creativo, porque el enamorado se crea a sí mismo y a la persona que ama. Empieza a modificar actitudes, a ser distinto, a tratar de ver qué es lo que el otro desea de uno y cómo se hace para que nos ame. Entonces uno se acomoda a eso y trata también de ver en el otro cosas que no tiene y trata de convencerlo de que las intente.

-El amor como construcción, trabajo pesado de obra parece.

-Es que el amor es un proceso muy complicado. Que no tiene nada de natural, ni de distintivo, ni de un descubrimiento automático, como cree la gente que dice que yo te vi y me enamoré. Eso lo puede decir uno tres años después, con una mirada retroactivo.

-¿Descreemos del amor a primera vista entonces?

-No, yo creo en el amor a primera vista tres años después. Si yo veo una mujer que me gusta mucho y me acerco y le hablo y no deji de verla y construyo una relación, ahí sí le puedo decir: “Yo te vi y me enamoré”. Pero si veo a una mujer que me gusta, y no me le arrimo porque al lado hay un pesista que es el novio, dentro de tres años la verdad que no voy a estar enamorado de esa mujer, pero cuando la vi me generó lo mismo que la otra.

-Saber cuándo uno se enamoró también es una tarea difícil. Porque también es una mirada retroactiva.

-¿Será que uno se enamoró cuando lo admite en Facebook?

-(Risas) Claro, cuando ponés “en una relación con”. Es complejo saberlo. El amor es una construcción difícil, personal y arriesgada.

-¿Es necesaria la otra persona para que haya amor?

-En ese caso más que hablar de un amor podemos hablar de un enamoramiento. En el enamoramiento no necesito demasiado del otro, porque al otro lo construyo todo yo. Vos conocés a alguien y decís es hermosa, es inteligente, es alta, es buena y cuando la presentás a alguien te dicen: “¿Estás seguro, me habás de la misma mujer?”. Entonces en el enamoramiento hay algo maravilloso desde la palabra: EN-AMOR-A-MIENTO. La mentira está puesta en la palabra. Allí uno se la puede jugar solo.

-¿Pero es sano ese amor unilateral?

-El amor, como es una construcción, también podría darse de a uno, pero sería más patológico. Casi sería ese amor silencioso de alguien que comparte tiempo, que comparte la vida, mientras el otro cree que está en una hermosa amistad, pero uno en realidad está muriendo de amor. Por lo general los amores unilaterales son muy sufrientes, conviene bajarse de ese viaje y no seguir hasta el final de ese recorrido.

-El amor parece estar más ligado a la posibilidad de sufrimiento que a la certeza de ser feliz ¿por qué?

-El sufrimiento es más fuerte. Pensar el amor sin el dolor sería como pensar una hoja de una sola cara. El Negro Dolina decía que iba a comer a un lugar que la feta del queso era tan  finita que tenía un solo lado. Sería como pensar algo así, una moneda de una sola cara. El amor y el dolor son dos caras de un mismo proceso y se implican. No otra cosa es el dolor que la pérdida de algo que amamos.

El dolor como la pérdida de amor…

-Hasta el dolor físico es la pérdida de algo que amamos, que es el propio cuerpo. Quien sufre porque tiene un accidente y le tienen que amputar también sufre por amor, por amor hacia uno, hacia el cuerpo. Quien sufre porque muere un ser querido, porque lo dejan, porque no puede terminar una carrera, porque le fue mal en un casting. Siempre el dolor está ligado a algo que se ama. El amor está ligado siempre a la posibilidad de dolor.

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-¿Es lo mismo dolor que sufrimiento?

-Yo diferencio el dolor del sufrimiento porque mientras todo amor conlleva una cuota de dolor, creo que el sufrimiento tiene que ver con sostener el dolor durante mucho tiempo y en ese sentido es patológico. Yo no puedo evitar que me duela el amor, pero puedo evitar sufrir lo innecesario. Me va a doler si me dejan, pero haré mi duelo y ya está. Ahora si yo me quedo sufriendo toda la vida ahí ya estamos hablando de padecimiento.

-¿Uno puede amar y preservarse del dolor futuro?

-Hay maneras que tienen que ver con acuerdos, que tienen que ver con no sufrir ciertos dolores. En este sentido, aquellos que ya han estado en una relación y tienen la capacidad de conocerse y saber qué les duele y qué les hace mal, a veces pueden plantear “yo esto no lo quiero para mí”. Uno establece así algunos acuerdos y pone ciertos límites para que el amor sea lo más sano que uno puede intentar. De todas maneras siempre va a doler, el enamorado está en riesgo. Basta que alguien no responda un mensaje para sufrir taquicardia.

-Peor si te puso el visto y no respondió.

-Huy si te clava un visto, ahí se ve cruelmente la diferencia de los géneros. Si vos sos hombre y te clavaron un visto decís: “¿Y yo qué hice?”. En cambio si sos mujer pensás: “¿Qué estará haciendo?” (risas).

-¿El concepto cambia dependiendo el momento histórico y el lugar?

-Creo que el concepto de amor es cultural. A la mujer principal de un cacique de una tribu que acepta las dos o tres mujeres que vienen detrás de ella, su amor pasará por ser la primera. Se jugará de otro modo. En nuestra cultura se juega así al amor y está bien, el ser humano es un ser que se mueve en su cultura. No comemos lo mismo que comen en la India, no hablamos del mismo modo ¿por qué vamos a amar de la misma manera si el amor es una construcción cultural?.

-¿Una persona puede pegarle a su pareja e igual amarla? ¿es amor eso?

-Claro que puede ser amor. Los defensores a ultranza del idealismo amoroso dirán si te pega no te ama o si te dejás pegar no es por amor. Pero podría serlo, el amor puede ser una emoción muy enferma y destructiva. Hay que pensar que el amor es un sentimiento y el sentimiento es algo que recorre a un ser humano. Si el sentimiento recorre a alguien sano lo que va a crear será sano y si recorre a alguien violento generará una relación violenta.

TRATAMIENTO PARA EL DOLOR DE AMOR

Uno cuando se quiebra una pierna va al médico. Es lógico ir al médico por un problema físico, por un dolor visible, palpable, natural. El dolor del amor es interno y uno lo arrastra consigo por días. Uno con una pierna quebrada no puede caminar y todo el mundo se da cuenta, pero muchas veces, cuando uno tiene dolor por haber perdido una pareja no puede hacer nada y nadie lo sabe o lo entiende.

-En el prólogo del libro hablás de la relación desigual entre la salud corporal y mental ¿cómo es la situación en el país?

-Es todo un recorrido el que se viene haciendo, estamos lejos del ideal, pero hay países en que directamente la salud mental no interesa. Acá tenemos incorporada la idea de ir al psicólogo. Argentina es el país con más psicoanalista per cápita en el mundo y eso ha hecho un recorrido y ha dado cierto lugar, que todavía no está tan incorporado como el de la salud física, pero ya tiene un lugar. En los hospitales hay guardia de psicopatología, por si alguien tiene una crisis de angustia o pánico. Hay que trabajar más, pero se viene haciendo.

-¿Entonces es sano admitir el dolor de la ausencia de amor y tratarlo?

-Es un acto de sanidad, sí. Si a alguien le duele una muela no le da vergüenza ir al dentista, no se tapa la cara, no lo oculta. La psicología está para eso, somos personas que estudiamos para tratar el dolor de la gente cuando se separa, cuando se pelea con un hijo, cuando se pierde un trabajo. Sea cual fuera el dolor, hemos estudiado mucho para tratar de hacer algo para que la gente no se siga lastimando.

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EL AMOR EN LA VIDA DE ROLÓN

Gabriel Rolón dice que hoy tiene la fortuna de estar muy feliz en una relación con la mujer que ama. “Trabajo cada día en ser un Gabriel mejor o lo más parecido a lo que la mujer que amo espera de mí. Ese es el intento de un buen enamorado”.

-A vos también te dolió el amor ¿cómo lo superaste?

-Cuando he sufrido por el amor, como todo el mund,o me he tenido que apechugar como pude. Analizándome. El desamor se transita básicamente con dignidad. Si hay algo que es patético no es dejar de ser amado, si no convertirse en un indigno: tocar el timbre 6 veces por día, llamar y pedir por favor atendeme, mandar mails con ruegos. ¿Para qué reclamar una emoción que ya no está? ¿para qué forzar a alguien y ponerlo en la desagradable situación de decirnos en la cara lo que ya nos dice con las actitudes? Me parece que el desamor se transita por el lado de sostener la dignidad, de admitir que alguien tiene el derecho de dejar de querernos. De esto hay que reponerse, hay que entusiasmarse con otros deseos, estudiar, escribir, salir, lo que sea que te conecte de nuevo con la vida. No sentir porque al perder un amor se perdió la vida.

El amor pareciera más materia de poetas inspirados en la belleza del misterio que de psicoanalsitas críticos en busca de reparar el dolor. Pero tal vez no. O tal vez es materia de cualquiera, de todos, si en definitiva nadie sabe de qué hablamos cuando hablamos de amor, salvo los enamorados. Aunque tampoco.

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28/01/2017