El Progreso, otro de los barrios afectados
La acumulación de agua volvió a crecer desde el lunes a la madrugada y los vecinos cortaron el tránsito para evitar que se agrave la situación en las casas.
La postal se repite. Juana Manso y Carasa, barrio El Progreso. Tras las intensas lluvias de las últimas horas, las calles totalmente intransitables: agua hasta la cintura, autos varados y vecinos prácticamente habituados a preparar barricadas y sacar el agua con lo que sea que esté a mano.
Tal y como lo hicieron en otras oportunidades, los vecinos aseguran que la situación nunca cambia. Dicen que pagaron obras pero las mismas no sirvieron de nada. Y entonces el agua vuelve a entrar, se acumula y provoca destrozos. Algunos de los habitantes del sector recuerdan que la última vez que vivieron una situación de gran magnitud, con autoevacuados, fue allá por 1991.
“El sábado el agua entró adentro, nosotros no estábamos y nos encontramos con esto cuando volvimos. En el ’91 tuvimos un metro de agua en la casa, nos tuvimos que ir. Ahora el agua pasó las compuertas y la tenemos que frenar”, relata uno de los vecinos, un poco resignado ante una situación que no deja de repetirse.
Como en cada ocasión, y para evitar que los autos circulen por las calles y generen un oleaje que lleve el agua casas adentro, los habitantes de El Progreso decidieron este lunes cortar algunas de las calles con lo que tenían a mano; cintas de peligro, algunas maderas y bolsas de basura son parte de la postal en la zona de Juana Manso, Peralta Ramos y Carasa, donde las veredas dejaron de existir y lo único que se puede distinguir es el gran caudal de agua, que atraviesa las calles.
En medio de las tareas de limpieza, un vecino decidió salir sin intención de mojarse: tomó su kayak y comenzó a recorrer las calles, ante la mirada atenta de los vecinos que en medio de la preocupación tuvieron un momento de distensión. Otro de los habitantes de la zona también estaba preparado para cualquier inundación: dijo tener listo su traje de neoprene para salir y así evitar, también, mojarse.
