El hombre de la máscara de hierro, reviente y derecho a la identidad
El musical debutará en el Teatro Auditorium el próximo martes. 40 artistas representarán un Versalles de 1600 combinado con el glam de los 80. “Ambas fueron épocas de excesos, fiestas y represiones”, dice el escritor y actor de la obra, Nicolás Pérez Costa.
Un musical ambientado en un Versalles de 1600 teñido con el glam de los 80. Excesos, fiesta, represión y el derecho a la identidad. 40 artistas en escena entre actores, bailarines, acróbatas y una orquesta para representar el mito de El hombre de la máscara de hierro. Uno de los grandes sucesos del circuito under de Capital Federal debutará el próximo martes 6 de enero, a las 22 en la Sala Piazzolla del Teatro Auditorium.
“Empezamos a pensar sobre el mito de la máscara de hierro, el derecho a la identidad y nos pareció que resonaba mucho en nuestra memoria colectiva como pueblo”, cuenta el guionista del musical Nicolás Pérez Costa quien, además, interpreta a Philippe, el hombre de la máscara de hierro y hermano del rey de Francia, Luis XIV.
Nicolás explica que trazaron un paralelismo entre ese Versalles del siglo XVII con el glam de 1980 para aggiornar la historia ya que “ambas fueron épocas de excesos, fiestas y represiones”.
-¿Cómo fue llevar a un musical el mito del hombre de la máscara de hierro?
–Fue un proceso de mucho disfrute. Junto con Nacho Medina venimos trabajando desde hace 15 años. La película protagonizada por Leonardo DiCaprio es fabulosa y en diciembre de 2013 le dije “¿por qué no hacemos este espectáculo?”. Nosotros tenemos la costumbre de extraer o sintetizar históricamente las cosas.
-¿Qué fue lo que más te sedujo para encarar la obra?
-El derecho a la identidad, que es un derecho inalienable. Basé la obra en el mito francés, no en la novela de (Alejandro) Dumas. El mito es que cuando se hizo un recuento de documentación de la Bastilla, la cárcel de Francia, se encontró el registro de los prisioneros y en uno, en vez de un nombre decía: “el hombre de la máscara de hierro”. Una de las hipótesis más fuertes es que ese hombre era el hermano mellizo de Luis XIV, quien fue uno de los peores gobernantes de Francia y después uno de los mejores, por eso dicen que pudo haber sido cambiado.
-¿Cómo es la manera en que escriben y realizan la música?
-Tenemos un ejercicio armado con Nacho: yo escribo el libro y los momentos donde me gustaría que aparezcan las canciones y él hace una propuesta melódica. Sobre eso, luego, yo pongo la letra. Estamos con orquesta en vivo y sonidos electrónicos, una propuesta muy romántica y con mucho punch. Versalles en esa época era una fiesta todo el tiempo, Luis XIV hizo esa genialidad de juntar a todos en el palacio y que no lo jodieran básicamente, que es también lo que políticamente sucede todavía. Por esa razón se nos ocurrió que musicalmente tenía que ser una fiesta.
Si bien la dupla Pérez Costa – Medina suelen trabajar con una misma compañía teatral, para El hombre de la máscara de hierro hicieron un casting en Buenos Aires al que se presentaron 1000 personas, de las que quedaron 50. A Mar del Plata vinieron con 40 artistas para representar la obra.
El hombre de la máscara de hierro tuvo una excelente repercusión en Buenos Aires. Fue nominado a mejor musical por los premios Florencio Sánchez 2014 y Nicolás Pérez Costa fue nominado a mejor actor por el mismo galardón.
-¿Cómo es representar al hombre de la máscara de hierro?
-A Philippe es a quien se le niega el derecho a la identidad, mientras que el otro personaje, Luis, lo hace mi hermano. Philippe es un chico tierno, encerrado sin saber por qué, sufriendo porque su rostro tiene que ser borrado por alguna razón. Lleva el amor como ideal. Para mí fue un proceso muy dificultoso porque por lo general mi hermano es el bueno y yo el malo. Fue muy difícil porque me tuve que achicar, aniñar. Es un personaje muy bello porque tiene ideales muy nobles.
-¿Tienen planes más allá de la temporada?
–En estos momentos la oportunidad Mar del Plata – Auditorium – Piazzolla ocupa toda mi cabeza. Queremos que nos vaya bien acá y volver a Buenos Aires a seguir la obra. No hay nada pensado después.
El hombre de la máscara de hierro –cuenta Nicolás- es una obra en la que finalmente el bien prevalece sobre el mal, un musical coral en el que todos los personajes defienden el derecho a la identidad.
