Dictan el sobreseimiento de la joven que mató a su pareja mientras era golpeada
El homicidio ocurrió en enero y la Justicia comprobó el contexto de violencia de género en el que se produjo.
La joven de 24 años que en enero mató a su pareja mientras era golpeada fue sobreseída por la Justicia de Mar del Plata al concluir que “vivía en un marco de violencia y sumisión tanto física como emocional” y que la lesión que le provocó con un cuchillo al agresor se produjo al actuar en “legítima defensa”.
El dictado del sobreseimiento estuvo a cargo del Juzgado de Garantías N°4, encabezado por Juan Tapia, al respaldar lo solicitado por la titular de la Fiscalía N°4, Andrea Gómez, que llevó adelante la investigación del hecho ocurrido el 24 de enero alrededor de las 20 cuando en una casa del barrio Libertad una joven de 24 años apuñaló con un cuchillo a la altura del tórax a su pareja, un joven de 26 años (Alas Salinas), que murió horas después en el Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA).
Desde el día del hecho hasta el 8 de febrero la joven estuvo detenida hasta que fue excarcelada: ante la fiscal relató que era víctima de violencia de género, que desde hacía meses había empezado a sufrir agresiones físicas y que ese día el joven le había pegado en la cabeza incluso mientras ella tenía en brazos a su hijo por lo que al intentar volver a agredirla, tomó un cuchillo y lo apuñaló. Con eso, aseguró, intentaba “asustarlo” para que no le pegara más pero no tenía intención de matarlo.
A medida que la fiscal Andrea Gómez fue incorporando pruebas y testimonios, la versión de la joven -representada por el abogado Mauricio Varela- fue tomando fuerza y así finalmente decidió pedir su sobreseimiento al considerar que actuó en “legítima defensa” en un contexto de violencia de género.
Esa postura fue respaldada por el juez Tapia al formalizar el sobreseimiento. A la hora de la decisión, el magistrado tuvo en cuenta distintos puntos requeridos por la ley para acreditar que se está ante una “legítima defensa”.
En primer lugar, dio por acreditado que la joven era víctima de violencia de género por parte de Salinas no sólo por sus dichos sino también por testimonios de familiares y vecinos que dieron cuenta de circunstancias de maltrato y distintos episodios de violencia, por estudios médicos que constataron lesiones previas producidas por el hombre y por las conclusiones de las pericias psicológicas y psiquiátricas que concluyeron que la joven “posee déficit autoestimativo y de dependencia, que no logra medir el riesgo, como tampoco el deterioro que en lo físico, emocional, social y laboral le fue generando la exposición a vínculos hostiles, dado que ello estaba naturalizado como estilo relacional”.
“Vivía en un marco de violencia y sumisión tanto física como emocional del que Salinas era responsable“, concluyó el juez.
Como segundo punto valoró la existencia de racionalidad del medio empleado -un cuchillo- para cometer el homicidio, y describió que el joven sólo presentó una única lesión, menor de dos centímetros, que incluso en un primer momento no fue considerada de gravedad por el médico de turno del Centro de Salud Ameghino y por lo cual fue derivado al HIGA para un mayor control, donde finalmente murió. Tanto en el CAPS como en el hospital estuvo presente la joven acompañándolo.
“De la valoración conjunta de toda la evidencia puede inferirse que la intención de la joven fue defenderse de una agresión ilegítima (que no era la primera que sufría) y que colocaba en riesgo su propia integridad física como la de su hijo. Para ello, seleccionó el primer objeto que tuvo a su alcance en el monoambiente que habitaban (un cuchillo), ello en un contexto en el que además tenía a su hijo en brazos, produciéndole una única lesión que finalmente causó el fallecimiento de Salinas”, reconstruyó Tapia.
Y, por último, remarcó la “situación de extrema vulnerabilidad en la que se encontraba la imputada, quien no tenía condiciones socio-económicas para poder abandonar el hogar” y que “tampoco contaba con recursos emocionales para identificar y salir del círculo de violencia en el que se hallaba inmersa”.
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