Derrota digna
Editorial QUÉ, en la radio
El mensaje que instalaron, que alguien instaló, es claro: éxito, cueste lo que cueste. Y los modelos prefabricados que se vendieron desde hace décadas indican que es así, no importa nada salvo ganar, ganar lo que sea, al precio que sea.
En esa postura maquiavélica por alcanzar el objetivo, cualquier objetivo, los cadáveres se esconden, se entierran, se olvidan, porque lo que importa es ganar, lo que importa es el éxito, el poder, la victoria. Los cadáveres que surgen en el proceso no le importan a nadie, pero esos cadáveres, son los nuestros.
En medio de tanta locura, de tanto pisar cabezas, algunos hablan de derrota digna; de derrota digna en el rugby, de derrota digna en el tenis, de derrota digna cotidiana. En octubre habrá derrotados y vencedores. Estarán los que hicieron todo por ganar y ganaron, los que hicieron todo por ganar y perdieron (los grandes fracasados) y los que hicieron lo que sintieron y perdieron.
Derrota digna, ojalá algún político lo entendiera.
