En favor de la sátira
Editorial QUÉ, en la radio
Tal vez no les contaron, pero el mundo ya es de por sí tan ridículo que no vale la pena tomárselo en serio. Si no nos podemos reír del mundo, de sus delirios, sus injusticias, sus contradicciones, sus antihéroes, sus próceres ¿qué sentido tiene?
Defender el humor y la sátira es defender la libertad de expresión en su más puro sentido.Seguramente hay un límite muy fino entre sátira y falta de respeto; y es la inteligencia con la que se lo plantea. Imponerlo, es peligroso ¿Quién dice de qué nos podemos reír? ¿Lo dicen los censuradores de un gobierno? ¿Lo dicen los fanáticos religiosos de algún dios? ¿Lo dice alguna una jueza? ¿Una época? ¿Una moral?
Defender el humor aunque no estemos de acuerdo con el chiste. Defender la sátira aunque el blanco de la burla seamos nosotros. Defender el humor porque hay que reírse de la realidad. Defender la burla como crítica social, como manera de repensar la sociedad.
Una jueza condenó a la Revista Barcelona por una contratapa en la que se burlaban de Cecilia Pando por haberse encadenado para reclamar contra los juicios por delitos de lesa humanidad. Tal vez no les contaron, pero el mundo ya es de por sí tan ridículo que no vale la pena tomárselo en serio.
Defendamos la sátira, al menos vamos a reírnos de todo esto.
