No ignores a tus vivos ni a tus muertos
Editorial QUÉ, en la radio
Mar del Plata ¿qué tal? Él de la foto es Pablo: 25 años, había venido hace 5 a buscar laburo, a pelearla. Le escapó a la miseria en el sur y se encontró con la miseria en la costa. Sin dudas no era perfecto, ¿pero quién lo es a esta altura?
Mar del Plata, no tengas vergüenza y míralo, conocelo aunque sea. El flaco vivía en la calle, en tus calles. Dormía en un auto o en otro lugar y cuidaba autos en Brown y Las Heras. Sí, un cuidacoches o un trapito, como quieras decirlo.
¿Por qué no le diste bola, Mar del Plata? Ni una mano le diste a Pablo que murió porque le explotó una caja de electricidad en la cara. Culpá a EDEA si querés ¿Pero qué hiciste por el flaco mientras estaba vivo? Nada hiciste.
Miralo de nuevo aunque te dé vergüenza, Mar del Plata, miralo bien porque está muerto, muerto por algo que pasó en la calle, porque le pasó en la calle donde laburaba, en la calle donde vivía, a la calle a la que lo mandaste sin alternativa. Murió pobre en el Regional y ni siquiera pudiste ofrecerle un velorio, ni siquiera ayudaste a su mamá a despedirse, ni siquiera una flor, nada.
Mar del Plata, te cagás en la vida de tus pobres y también en la muerte.
