Se nos va el año electoral
Editorial QUÉ, en la radio
Este año en Mar del Plata, contando el domingo, habremos ido tres domingos a las urnas, entre partido, revancha y bueno. En otros lugares, como en Capital Federal llegaron a ir 6 veces a votar, pero vamos a centrarnos en la ciudad.
Este año, en el que tanto, pero tanto, pero tanto se habló de política los candidatos estuvieron en la tele, en las radios, en los diarios, en los portales, en el cine y obras de teatro. Los candidatos fueron la sombra de cualquier ciudadano, el sujeto, verbo y predicado de cualquier charla.
La propaganda legal fue cerca de 60 días. Las tandas publicitarias no volverán a ser lo mismo sin los muchachos prometiendo o insultando; ahora, cuando en una tanda publicitaria solo quieran vendernos un producto nos parecerá poco, será poco. Los extrañaremos, extrañaremos los spots como una especie de Síndrome de Estocolmo.
Este año se inauguraron tantas, pero tantas obras que no empezaron, o que terminaron o que ya fueron inauguradas para otra foto. Pero se inauguraron igual, porque nadie dijo que la política no era sacarse fotos e inaugurar obras.
Y este año, por sobre todo, aprendimos a disfrutar de la veda. Por más culto a la libertad de todas las libertades que hagamos, aprendimos a amar la veda electoral. En total tuvimos 174 horas de silencio político en los medios en el año, y cada hora valió la pena.
Tenemos unas minivacaciones de la política en los medios, relajarse, disfrutar y pensar, pensar que sobre de todo, después del domingo el mundo sigue girando y no queda otra que seguir en él.
