Martes 14 de mayo | Mar del Plata
30/12/2014

“De Cromañón estamos más cerca de la memoria que de la justicia”

Javier García es uno de los sobrevivientes de aquella noche. A diez años de la tragedia pide tomar conciencia de que “Cromañón somos todos” y asegura que “poco” ha cambiado en cuanto a la organización de shows.

“De Cromañón estamos más cerca de la memoria que de la justicia”
(Foto: Rockandball.com.ar)

Javier García tenía 19 años cuando Cromañón se le vino encima. Había ido a ver a Callejeros con nueve amigos. Lograron sobrevivir al horror. Hoy, diez años después, Javier dice que en necesario “tomar conciencia de que Cromañón somos todos” y hacer que la sociedad “mire a Cromañón como una causa que le duela y no como una búsqueda constante de los culpables”. Javier pide mirar para adelante, pide ayudar a esos sobrevivientes que hoy, diez años después, siguen sufriendo las consecuencias.

“De Cromañón estamos más cerca de la memoria que de la justicia. Siempre creí que la justicia por Cromañón era algo imposible, pero no por el aparato judicial, por los que estén presos o los que estén libres, sino porque es tan brutal lo que pasó y antinatural que me resultaría muy difícil decir que va a haber justicia ante un hecho semejante”, sostuvo en diálogo con QUÉ, en la radio.

Javier García es periodista –trabaja en el diario Crónica y en el sitio Rock and Ball– y forma parte de la agrupación No nos cuenten Cromañón.

“El rol de No nos cuenten Cromañón y otras agrupaciones que militan la causa tiene que ver con mantener la memoria viva, un poco con humanizar, hacer que la sociedad mire a Cromañón como una causa que le duela y no buscando constantemente a los culpables. Para buscar a los culpables diez años ya es un tiempo prudencial”, expresó y reparó: “Está claro que para algún familiar de los pibes desaparecidos eso es imposible y está bien que así sea, pero me molesta cuando la sociedad toda se encolumna con buscar una cabeza en lugar de ver qué pasó con los que quedamos y con los que podrían haber estado”.

En ese sentido, Javier aseguró que es por eso que sostiene desde hace tiempo que “estamos más cerca de pedir y bregar por la memoria que de buscar justicia o de salir con pico y pala a buscar la cabeza de alguien”. “Ya es un tiempo prudencial para dejar la caza de brujas, principalmente porque hasta ahora solo trajo divisiones, más dolor”, dijo.

Por eso, justamente, es que argumentó que es necesario “tomar conciencia que Cromañón somos todos”. “Yo sobreviví,  194 como yo murieron y otros tantos no estuvieron y otros tantos se están haciendo los boludos con lo que pasó. No tenemos que dejar de lado lo que nos pasó y lo que le podría haber pasado a cualquiera. Tenemos que entender que Cromañón es una herida abierta y es una herida que nos pasó a todos”.

POSTURAS CON FORMA DE ROMBO

El después de la tragedia de Cromañón dio lugar a una gran cantidad de posturas y posiciones sobre los porqué, los quiénes, los cómo. Esas posturas muchas veces se encuentran completamente enfrentadas entre los mismos sobrevivientes o familiares de víctimas.

“Si tuviera que poner una forma geométrica a lo que es el universo Cromañon diría que es un rombo, que empieza unido en una punta, que es lo que nos pasó, y en el medio se abre, entre los que defendemos la inocencia de la banda y los que piensan que tienen que ir a la horca, que creo que es la diferencia central. Después que Chabán es culpable, que Ibarra es culpable, que los inspectores hicieron la vista gorda, todos estamos de acuerdo. Y después en la otra punta nos volvemos a unir en el dolor, en la búsqueda de que no se repita”, describió Javier sobre esa situación que atraviesan en cada momento. “Nacimos y morimos en el mismo punto, pero en el medio hay una diferencia que tiene que ver con Callejeros”, graficó.

DIEZ AÑOS DESPUÉS, ¿QUÉ CAMBIÓ?

Para que el “que no se repita” se concrete, muchas cosas deberían haber cambiado. Javier entiende que lo que cambió es “poco”: “Lo que más cambió tiene que ver con la autoseguridad que desarrolló el espectador de un recital, que ya definió no usar más bengalas, que ni bien entra mira dónde está la salida de emergencia… Lo único que hizo el rock para garantizar que Cromañón no vuelva a pasar tiene que ver con no vender los lugares al tope, después es lo mismo”.

Otra cosa que “cambió poco y nada”, según el periodista, es la repercusión social. “Hay gente que sigue pensado que Cromañón pasó porque había pibes borrachos que prendieron una bengala; no se dan cuenta que pudo haber pasado por un cortocircuito, por un pucho mal apagado, por un encendedor o por cualquier cosa. Esto tuvo que ver con puertas y candados cerrados y con planos adulterados”, sostuvo.

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30/12/2014