Uno más de ellos y menos uno en casa: “Nos mueve la injusticia”
Entre guitarras y mates, bajo la consigna “Callejeros inocentes, la música no mata”, se realizó una concentración frente la Catedral tras la vuelta a prisión de los músicos.
Luego de que el Tribunal Oral Nº 24 ordenara días atrás la vuelta a prisión de los músicos de Callejeros, a través de las redes sociales se gestó una concentración pacífica en apoyo a la banda que pese al frío y entre guitarras y el mate caliente se realizó este sábado en Mar del Plata frente a la Catedral bajo la consigna “Callejeros inocentes, la música no mata”.
El delegado en la ciudad de “No nos cuenten Cromañon”, grupo que representa a un sector de los sobrevivientes de la tragedia que en diciembre de 2004 le costó la vida a 194 personas, habló con QUÉ y advirtió que ahora, tras la determinación de la Justicia “definitivamente tienen que cumplir la condena porque no hay instancia más arriba a la cual apelar”, pero de inmediato remarcó: “No nos juntamos acá porque somos fanáticos de Callejeros y pedimos que salgan a tocar. A nosotros nos mueve la situación de injusticia y encontramos a pares”.
Los miembros de Callejeros fueron trasladados a los penales de Ezeiza y Marcos Paz, donde deberán cumplir lo que les resta de condena luego de que la Corte Suprema rechazara el recurso de apelación presentado a las condenas dispuestas en septiembre del 2015 por la Cámara Federal de Casación Penal.
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“Para un juez no soy
más que un crimen perfecto.
Para otros, he sufrido
un gran revés.
Sólo soy un bicho
tan roto y tan sediento
como aquella vez”.
(Señales, Callejeros)
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Frente a la Catedral y entre los puestos de la Feria de libros usados que funciona en San Martín y Mitre, seguidores de Callejeros compartieron un encuentro de unas dos horas en apoyo a la banda.
Sentados en el suelo, con remeras con mensajes alusivos a la inocencia de los músicos y guitarras en mano, repasaron algunas de las canciones con sensaciones encontradas y sin repartir volantes esta vez.
No es la primera vez que concentran. En el marco de los avances y retrocesos de la causa, en Mar del Plata los seguidores de Callejeros ya se habían reunido en este mismo lugar, pero también lo habían hecho en el monumento al General San Martín y a su vez en Plaza Italia, siempre de manera pacífica y con mensajes de apoyo para la banda que lideraba Patricio Fontanet.
Según lo dispuesto por la Justicia, Fontanet deberá cumplir una condena de siete años; Eduardo Vázquez de seis; Christián Eleazar Torrejón, Elio Rodrigo Delgado y Juan Alberto Carbone deberán pasan cinco años en prisión y Maximiliano Djerfy, tres.
“Definitivamente tienen que cumplir la condena porque no hay instancia más arriba a la cual apelar. Después hay que ver porque ellos ya cumplieron 20 meses de prisión efectiva. Los chicos están en Marcos Paz, a excepción de Eduardo y Patricio que están en Ezeiza porque es el único penal que tiene un pabellón psiquiátrico”, precisó en diálogo con este medio Juan Carlos Pesaresi, delegado en Mar del Plata del grupo de sobrevivientes “No nos cuenten Cromañón”, luego de mantener contacto con los músicos.
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“Tantos mediocres sin clase
Que te arman “El ranking de los elegidos del nunca jamás”.
Y ahí caes en la cuenta de
que lo que cuenta es lo que se siente en la calle,
en la gente
Y no en los inventos de estos incoherentes
Para no dejarte llevar”
(Rocanroles sin destino, Callejeros)
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Juan Carlos Pesaresi conoció hace tiempo en Buenos Aires a algunos de los sobrevivientes de la tragedia del 30 de diciembre de 2004 en República Cromañón. Luego, se acercó a los integrantes de Callejeros. Es hoy -de alguna manera- un nexo desde Mar del Plata entre los fanáticos y Callejeros. Sin embargo, se encargó de aclarar que no es el fanatismo lo que los lleva de defender a la banda.
Tras la detención de los músicos, apuntó: “Resulta raro que la Corte haya respondido con tanta celeridad. Es la mayor tragedia no natural del país y la Corte no tomó el caso”, pero rápidamente agregó: “Acá el problema no es que Callejeros vaya preso, sino que se repita otro Cromañón”.
“Acá en Mar del Plata hay cantidad de lugares que no tendrían que estar habilitados. No soy yo el encargado de decirlo, porque no soy inspector. Pero el paso a seguir va a ser concientizar a la gente para que se empiece a cuidar sola, porque el Estado no nos va a cuidar”, siguió.
CENSURA: RECITALES SUSPENDIDOS
A mediados de febrero de este año, horas antes de la primera de la dos fechas que Don Osvaldo -la banda a cargo de Patricio Fontanet- tendría en el estadio Polideportivo Islas Malvinas, desde la productora confirmaron que por “errores de logística durante la venta y entrega de tickets” se suspenderían ambos recitales en Mar del Plata.
La noticia naturalmente cayó más entre los fanáticos primero por las dudas en torno a los motivos (no es habitual que NA, una de las principales productoras de la ciudad, suspenda un recital por un error tan simple), pero fundamentalmente porque la cancelación de un show de Fontanet volvía a ser noticia, otra vez.
“Fue raro. Cuando era Casi Justicia Social, se habían programado tres fechas en Gap y tampoco se hicieron. No tengo confirmaciones de por qué se suspendió en este caso, pero no creo que suspendan un recital de 15 mil personas a dos días por 200 entradas, siendo que el lugar está habilitado para 2 mil personas más de las entradas que se pusieron a la venta y que la productora venía de convocar a La Renga, pero también a Ricky Martin y a Chayanne”, analizó el delegado de “No me cuenten Cromañón” en el marco de la concentración de este sábado.
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“Estaba empezando a preguntarme cosas raras
¿qué busca la gente cuando uno sólo canta?
Será la necesidad de no sentirse nadie
soy uno más de ellos y menos uno en casa.
La vida dibujó una sonrisa en mi cara
y en un minuto triste la borró como si nada.
Ay de mí, ay de vos,
ay de todos…”
(Patricio Fontanet y León Gieco, Un minuto)
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PRESIÓN
Siempre pasa. Pesaresi lo compara con un Boca-River, como una rivalidad innecesaria e infundada entre los familiares de las víctimas y los sobrevivientes a la tragedia. Siempre pasa que en una concentración así alguien pasa, se autoproclama como parte de una vereda opuesta a la defensa de Callejeros y cuestiona, acusa, agrede, se desentiende de lo que pasa o tal vez simplemente ve la realidad desde otro ángulo.
“Nos ha pasado, de gente que dice que son asesinos, que agrede, que amenaza. Algunos de los familiares de víctimas convirtieron esto en un Boca-River que no existe. Por eso nos juntamos este sábado no para pedir que Callejeros salga a tocar, sino para acompañar, criticar la injusticia de que un cantante pase más tiempo preso que un político corrupto. Nos juntamos en familia a tocar una guitarra, a tomar mates, a compartir un momento y mostrar nuestra generación. Y quienes se acercan con una inquietud, les decimos cómo son las cosas”, sostuvo.
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Una realidad. Dos versiones. Existen dos versiones de una misma realidad, de una tragedia que arrancó 194 vidas, que generó conciencia solo a medias, que condenó a más responsables que culpables. Irrecuperable, evitable. Una de las peores catástrofes no naturales de la Argentina ensució el rock, dividió, pasó el tiempo pero no se olvidó ni se olvidará. Dos versiones o más. Tal vez tres. Fontanet cantaba a viva voz “mejor que dos opciones siempre van a ser tres; subir, bajar y reaccionar”. La música no mata.
