Miércoles 15 de mayo | Mar del Plata
07/11/2015

Sufre una enfermedad crónica y no le entregan la medicación

Lorena Aguirre padece artritis reumatoidea. El programa Incluir Salud dejó de proporcionarle hace cuatro meses la droga que mejora su calidad de vida. A su vez, le negó una prótesis y tuvo que costear ella la operación.

Sufre una enfermedad crónica y no le entregan la medicación

Lorena Aguirre tiene 35 años, sufre una enfermedad crónica desde hace casi una década y el tratamiento que venía llevando adelante se vio interrumpido por la falta de entrega de los medicamentos que su cuerpo requiere para bloquear la inflamación progresiva que padece en todas sus articulaciones. Incluir Salud, el programa federal del Gobierno nacional del cual depende debido a su certificado de discapacidad, dejó de entregarle las drogas hace cuatro meses sin ninguna explicación.

El avance de la artritis reumatoidea que padece prácticamente desde que nació su hija, hace nueve años, la dejó inválida. Hoy está recién operada de la rodilla (con una costosa prótesis que Incluir Salud tampoco le cubrió) a la espera de la medicación que dejó de recibir.

La enfermedad crónica que padece tiene una particularidad no menor: si es tratada, puede tener una calidad de vida medianamente normal. De lo contrario, la patología avanza. Si bien durante seis años ingirió las pastillas que le recomendaron, con el tiempo dejaron de hacerle efecto y la pasaron a una terapia biológica con inyecciones: debe aplicarse cuatro por mes y la caja cuesta alrededor de 30 mil pesos, cifra que a Lorena le resulta imposible costear.

“Las inyecciones me las venía dando el Banco de Drogas de La Plata hasta que a fines del año pasado me dieron el certificado de discapacidad y automáticamente me derivaron al programa Incluir Salud”, explicó. Allí, con este programa federal (antiguamente llamado ProFe), comenzaron los problemas que continúan hasta hoy.

En agosto de este año Lorena Aguirre decidió salir a contar su historia a través de distintos medios de comunicación de la ciudad. Zona Sanitaria VIII gestionó el envío de las drogas para ponerle fin a la espera, pero la medicación volvió a dejar de llegar desde entonces.

“Hace cuatro meses que no recibo la medicación. En el medio presenté un recurso de amparo, pero todavía no tuve respuesta”, aclaró la paciente y responsabilizó directamente a Incluir Salud, que como ya ha reflejado QUÉ, no es la primera queja que recibe por su “mal funcionamiento”.

“En Incluir Salud te dicen que te brindan toda la medicación y la cobertura, pero es mentira. Pedí en octubre del año pasado una prótesis de rodilla porque mi rodilla no daba más. Nunca me la dieron y me la tuve que comprar yo: salió 35 mil pesos, más la operación. Nunca me mandaron nada”, continuó.

La operación en la rodilla se la practicó exitosamente días atrás en el sanatorio Avenida, debido a que en el Hospital Interzonal General de Agudos no funcionaba parte del equipamiento para realizar la intervención. Su círculo cercano la ayudó a comprar la prótesis. Pero lo que tiene en claro, es que no puede seguir dependiendo de la espera de los medicamentos porque su cuadro se agrava rápidamente.

VIVIR ESPERANDO

Debido al avance de la enfermedad y a la falta de los medicamentos que funcionan como un bloqueador de la inflamación en sus articulaciones, Lorena tuvo que dejar de trabajar. Sin embargo, tiene una familia que atender, una hija a su cargo, y la calidad de vida que hoy tiene está muy lejos de ser la ideal.

Ya fue operada de las dos muñecas (no puede mover ninguna de las dos) y también de una de sus piernas, como consecuencia del avance de la misma enfermedad. Hoy está inválida en su casa del barrio Alfar.

Lo que le ofrecieron en el mientras tanto es la ayuda económica de 2.500 pesos que contempla el plan federal Incluir Salud. “A todo el mundo le sirve, pero si la medicación sale 30 mil pesos por mes y no me la dan, no me sirve de nada esa ayuda entonces”, resumió.

A partir de su certificado de discapacidad a Lorena le prometieron que Incluir Salud no le haría faltar las drogas. Lo concreto es que hace cuatro meses que no recibe la medicación y sus articulaciones y su cuerpo se encargan de recordárselo todos los días.

“Quedé inmóvil, en una cama. Mis articulaciones funcionan mal porque están inflamadas. El tema es que no me envían las drogas pero tampoco me explican por qué ni me dicen que no me las van a dar más. No me dicen nada y vivo esperando”, continuó.

Naturalmente ya recurrió al área de Salud de la Municipalidad y también -nuevamente- a Zona Sanitaria VIII. Incluso tomó la decisión de escribirle a Karina Rabolini, esposa del gobernador en campaña presidencial. Nada de esto alcanzó ni logró que se restablezca el envío del medicamento que el cuadro de salud de Lorena demanda.

Lorena Aguirre tiene 35 años y no eligió tener artritis reumatoidea ni ser una paciente crónica. El Estado le prometió que no le haría faltar las drogas pero no cumplió y decidió postergar su calidad de vida. Hoy, ella aguarda para conseguir cuanto antes las inyecciones que necesita para aliviar el dolor, controlar la enfermedad y dejar de esperar promesas que dejaron de cumplirse hace al menos cuatro meses.

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07/11/2015