Lunes 29 de abril | Mar del Plata
29/05/2018

Alfonsina Storni, reconocida en Google

El doodle que aparece este martes en la pantalla del buscador obedece al 126º aniversario del nacimiento de la reconocida escritora y periodista.

Alfonsina Storni, reconocida en Google

En la pantalla principal de Google asoma una simpática imagen en caricatura de Alfonsina Storni, celebrando que este martes se cumplen 126 años de su nacimiento. La distinguida escritora y periodista argentina fue una gran defensora de los derechos de las mujeres y la igualdad de género. Sus depresiones  y una situación económica poco estable marcaron una vida que supo reflejar con calidad en sus obras, hasta convertirla en una de las poetas posmodernas más relevantes del habla hispana.

Storni nació en Suiza el 29 de mayo de 1892. Al poco tiempo su familia se mudó a la provincia de San Juan y luego se instaló en Rosario. Con 19 años la escritora se ubicó en Buenos Aires y al año siguiente nació su hijo Alejandro; para mantenerlo trabajó como cajera en una tienda ubicada en avenida Florida y Sarmiento y en la revista Caras y Caretas.

Activista en materia de derechos de la mujer desde los 16 años, fue miembro del Comité Feminista de Santa Fe, líder de la Asociación Pro Derechos de la Mujer y ayudó a que se estableciera la Sociedad Argentina de Escritores.

El primer libro de Alfonsina se publicó en 1916, cuando era madre soltera y sin contactos adecuados; todo un escándalo para la época. Se publicaron quinientas copias por 500 pesos. Sus siguientes obras reflejaron las frustraciones que la escritora tenía ante los estereotipos de las mujeres: El dulce daño (1918), Irremediablemente (1919), y Languidez (1920).

El 23 de octubre de 1938, a sus 46 años, Alfonsina se mudó a Mar del Plata y se quedó sola en un hotel frente a la playa La Perla. Durante las primeras horas del martes 25 de octubre, salió de su habitación con destino a la playa. Nadie la vio, pero las hipótesis más románticas sobre su muerte aseguran que caminó lentamente hacia el mar y que se hundió en las frías aguas. Horas después dos obreros descubrieron el cuerpo sin vida de la escritora.

Me voy a dormir

Dientes de flores, cofia de rocío,

manos de hierbas, tú, nodriza fina,

tenme puestas las sábanas terrosas

y el edredón de musgos escardados.

 

Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.

Ponme una lámpara a la cabecera,

una constelación, la que te guste,

todas son buenas; bájala un poquito.

 

Déjame sola: oyes romper los brotes,

te acuna un pie celeste desde arriba

y un pájaro te traza unos compases

para que olvides. Gracias… Ah, un encargo,

si él llama nuevamente por teléfono

le dices que no insista, que he salido…

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29/05/2018